A paso firme hacia nueva sede de la Udelar

Es auspicioso que en las últimas horas se haya concretado la primera reunión del grupo de trabajo “Pro nueva sede de la Udelar Paysandú”, con plena participación de autoridades departamentales, encabezadas por el intendente Nicolás Olivera y una representación pluripartidaria –además de la académica– que indica que hay motivaciones fuertes para que esta cruzada pueda abrazarse sin egoísmos ni protagonismos en aras de que el objetivo pueda alcanzarse en plenitud lo antes posible.

Además, en la oportunidad el intendente transmitió la voluntad del gobierno departamental de ceder el predio que actualmente ocupa el Corralón Municipal para la edificación de una sede única de la Universidad de la República en Paysandú, que es el eje de la inquietud en cuanto a viabilidad y expectativas. La creación de esta comisión surgió a partir de una sesión extraordinaria de la Junta Departamental en la que se recibió a los integrantes del Consejo Directivo del Centro Universitario de Paysandú (Cenur), quienes expusieron sobre la situación de la sede universitaria y las necesidades locativas que ya padece ante el gran crecimiento de la matrícula.
Son innumerables los argumentos para que se trabaje ahincadamente en esta dirección, y sobre todo, para que nos encolumnemos todos los sanduceros, sin distinciones de ninguna clase, porque solo puede haber beneficios para el departamento y los propios sanduceros si, como todos anhelamos, se concreta este objetivo.

Coincidimos en las expresiones vertidas en aquella sesión por el intendente Olivera en que de lo que se trata es de potenciar el “faro de oportunidades” que es la Universidad, y que además “en el departamento no debe haber tema más importante o causa más importante detrás de la cual debamos encolumnarnos los sanduceros”.
Tampoco es un descubrimiento de estos días ni nada que se le parezca, y aunque nos correspondan las generales de la ley, es pertinente traer a colación que EL TELEGRAFO desde siempre ha sido un gran impulsor de la Universidad en Paysandú, enmarcado por un lado en la prédica histórica por la descentralización de la Universidad, pero a su vez impulsando el “Paysandú Universitario”, para crear conciencia de que en Paysandú hay una universidad donde ya en 2006 cientos de estudiantes cursaban materia de alguna carrera (principalmente Agronomía e ISEF, aunque éste se agregó más tarde a la UdelaR). Una primera muestra de que es posible conjuntar esfuerzos y alcanzar metas que en un principio pueden parecer utópicas tiene que ver con la creación del Campus Deportivo en la antigua terminal de ómnibus de Zorrilla de San Martín y Artigas, iniciativa que habíamos propuesto en nuestros editoriales apuntando a establecer allí un potente polo educativo descentralizador, quizás a cambio de alguna propiedad que pudiera ser de interés para la comuna sanducera. Y así se hizo.
Para ello debieron conjuntarse esfuerzos de organismos como la Universidad, Intendencia, ministerios, entre otros, con gran suceso para concretar esta iniciativa para beneficio de la población sanducera y de la región, con la mirada puesta en el porvenir.

Es precisamente con esta perspectiva puesta en el futuro que 15 años después contribuimos a generar esta iniciativa que responde al nunca desmentido “Espíritu de Paysandú”, que nos hiciera grandes hace ya muchas décadas y que fue la génesis del Paysandú industrial pujante de mediados del siglo pasado. Hoy ya no se trata de chimeneas, los tiempos han cambiado, pero sí se trata siempre del conocimiento, del saber hacer, de crear oportunidades para una mejor calidad de vida y tener un futuro auspicioso para ofrecer a nuestros jóvenes.
El presente nos muestra que hoy la UdelaR en Paysandú cuenta con más de 5.000 alumnos, lo que ha sido revulsivo para la ciudad entera, porque este factor se ha traducido en trabajo e ingreso de recursos para la economía del departamento, a la vez que propicia que se radiquen jóvenes que antes no podían cursar estudios universitarios o debían trasladarse principalmente a Montevideo, como única opción posible.

Un elemento clave, sin dudas, es apostar a incrementar la capacidad de la Universidad a través de un Campus Universitario que congregue toda la actividad en uno o más edificios, con la opción de hacerlo donde hoy está el Corralón Municipal, ya que se trata de un espacio céntrico de 16.000 metros cuadrados que está cerca del Hospital –donde se desarrollan las prácticas de la carrera de Medicina– y de la plaza de Deportes, que ha recibido grandes inversiones y donde está la Universidad ocupando parte de la antigua Terminal de Ómnibus.
El anuncio del intendente Olivera en comisión, respecto a la disposición de su administración de ceder el predio para los fines que se solicitan, es el espaldarazo que se necesitaba para allanar obstáculos en aras de alcanzar el objetivo que promueve la comisión.

Hemos señalado ya desde estas páginas que el Corralón Municipal constituye un emplazamiento estratégico de alto valor agregado que aportará sustancialmente al entramado urbano y a la necesaria interacción entre la Universidad, la ciudad y todos los sanduceros, porque como bien se indica en el grupo de trabajo, este espacio está próximo a infraestructuras como el Hospital Escuela del Litoral, la antigua terminal de ómnibus, la Plaza de Deportes, donde hay actividad educativa a nivel terciario, a lo que se agregaría la perspectiva de generar servicios anexos como una residencia estudiantil, entre otras posibilidades.
El momento llama, por lo tanto, a estar a la altura de las circunstancias y asumir que en este emprendimiento debe participar la comunidad toda, además de las autoridades de los organismos correspondientes y actores involucrados, y dejar atrás cualquier protagonismo o mesianismo que pueda llevar a confundir el verdadero objetivo, que no es otro que el de trabajar por lo grande –con grandeza, mejor dicho– y que hay todo para ganar cuando se genera la masa crítica para hacer realidad la obra. Que no va a ser para la gloria de nadie en particular –si hay alguien que así lo crea que desde ya se vaya bajando del tren– sino para beneficio de todos: de Paysandú, de su gente, de la región, de los jóvenes y para construir nuestro futuro sin esperar de brazos cruzados a que nos caiga como un regalo del cielo.