“Las mujeres somos el 52% del electorado. Por lo tanto las mujeres tenemos que estar informadas para emitir nuestro voto el 27 de marzo”, dijo Lilián Abracinskas, directora de Mujeres y Salud en Uruguay, una organización no gubernamental que trabaja con las oenegés en temas de salud y derechos sexuales y reproductivos.
Abogó por reducir “la brecha en el campo político, social, de vivienda, trabajo, educación, convivencia ciudadana. En ese sentido es importante en el entorno de este 8 de marzo, que cae en el preámbulo del 27 de marzo, identificar esas gravedades, y convocar a la ciudadanía a ejercer responsablemente el voto”.
Destacó que en la Ley de Urgente Consideración (LUC), “particularmente el artículo 56 que se propone derogar ha significado un retroceso. Es el que modificó en el Ministerio del Interior la estructura que debería tener la atención de la violencia basada en género. Se había logrado que fuera una división nacional de atención acompañado por una preparación y capacitación de todo el personal que trabaja en las jefaturas”.
“Ahora su modificación plantea otras realidades. Una es que va a operar solo con efectivos propios. Actúa como una Dirección, es decir no transversaliza el problema y eso reduce el número de efectivos que estarán abocados a atender la violencia basada en género. Además reduce las denuncias, porque aleja a la Policía de la atención, al convertirlo en un organismo especializado. Esto hace que no pueda intervenir cualquiera de los actores claves, que lo hacían desde la sensibilidad, atendiendo la problemática y sabiendo que se debe actuar con otros criterios diferentes a la persecución como en cualquier otro delito”, explicó Abracinskas. Por lo tanto, opinó “su derogación realmente resultaría beneficiosa”.
Por otra parte “nos enfrentamos al problema que, al incorporarse el combate al microtráfico se duplicó el número de mujeres presas, y es a partir de la aplicación de la LUC. El problema es que se mide igual al que trafica una tonelada y media de cocaína que al que está en el microtráfico, sin posibilidad de reducir penas por educación o por trabajo. Se duplicó el número de mujeres presas desde que está en vigencia esta ley. Había 600 mujeres recluidas y ahora casi el doble. Además son las más vulnerables, las más pobres”.
Lilián Abracinskas hizo hincapié también en que la LUC influye negativamente “en la forma de pago de salarios, que puede resultar perjudicial. Porque de alguna manera dificulta poder trazar el pago salarial, e impacta en empleadas que están en situaciones de informalidad. Hay muchas mujeres en el mercado informal de trabajo y por lo tanto si no se respetan las leyes, va a significar para el empleador una discrecionalidad en términos de negociación salarial y cumplimiento”.
“El reclamo histórico ha sido el ser ciudadanas plenas y participar activamente. Ese ejercicio de ciudadanía implica que vinculemos el 8 con el 27 de marzo, porque es una instancia de democracia. Por lo tanto también es importante ver qué impacto va a tener que la población tenga la información suficiente, para tomar una decisión responsable. Por eso estamos uniendo un sector del feminismo, el 8 de marzo, con el 27 de marzo, porque justamente entendemos que queremos dar vida, sino que queremos también cambiarla”, resumió la activista feminista.