Cambios en la dentadura de personas mayores, imprescindible para mejorar la alimentación

El estado de las piezas dentales a menudo se pasa por alto en las personas adultas mayores y es uno de los grandes problemas que presentan al momento de la nutrición.
Los doctores Marcelo Luaces y Gustavo Curbelo, del equipo técnico de Atención de Alzheimer Paysandú (ADAP) lo destacan como una “función imprescindible para la formación del bolo alimentario (alimentos triturados más saliva)”.

Luaces destacó la existencia de una “discapacidad oral” que puede prevenirse con “prótesis completas o parciales bien ajustadas para evitar lesiones en el paladar, ausencia de caries por olvidos y mala higiene oral con la consecuente infección y uso de tratamiento antibióticos e instrumentación que produzcan estrés en estos pacientes”.

Explicó que el 80 por ciento de los pacientes está afectado por “la atrofia de los músculos para tragar los alimentos sólidos, semisólidos o líquidos” y que “técnicamente la definimos como disfagia”.

Luaces definió que desencadena “complicaciones como la desnutrición, deshidratación, obstrucción de la vía aérea y micro aspiraciones del alimento hacia los pulmones que se dan generalmente de forma silente, es decir sin síntomas, lo que puede poner en situación de riesgo vital al paciente por neumonías”.
El médico recomendó “tener en cuenta que en la medida que envejecemos nuestro sistema inmune va en retroceso y la capacidad de hacer fiebre se va perdiendo. Todo esto lleva a cuadros clínicos más complejos con un diagnóstico tardío en pacientes con múltiples enfermedades y uso de varios fármacos para tratar otras enfermedades”. En forma paralela, “un concepto fundamental es la deglución la cual requiere de un exacta coordinación muscular cuyo fin es permitir la progresión del bolo alimentario transportándolo desde la boca al estómago”, dijo a Pasividades.

Recomendaciones

El abordaje de la disfagia implica a familiares y a cuidadores en una actuación conjunta y multidisciplinaria. “Es especialmente relevante individualizar la textura en función del paciente y del momento evolutivo de la enfermedad y hacerlo de forma gradual, ya que el uso de dietas modificadas sin individualizar acarrea una clara disminución de la ingesta calórica y proteica, así como otras potenciales alteraciones nutricionales”. De acuerdo a Luaces, “enfrentarse a la disfagia significa enfrentarse al problema deglutorio y sus causas, al estado cognitivo, al estado nutricional y a sus complicaciones, entre ellas el final de la vida. Ello implica sensibilización y conocimiento del problema, la formación del personal, la relación con las familias y la toma de decisiones”.

Recomendó la administración de “cantidades pequeñas cada vez, evitando que se acumulen alimentos en la boca y procurando que no hable mientras esté comiendo. Dejaremos tiempo suficiente para la deglución, masajeando la mandíbula o haciéndole imitar nuestros gestos si no abre la boca o no mastica. Después de cada deglución, conviene animarle a que tosa y asegurarnos de que la boca está vacía antes de administrar de nuevo el alimento. Si aparece tos con la deglución, hay que detener la alimentación”.

El técnico de ADAP resumió que “estamos frente a un gran problema que involucra varias funciones de nuestro organismo y sensibilizar a los cuidadores es una de las metas para lograr una mejor calidad de vida”.