Los productores lecheros tienen su reconocimiento en Esperanza

Asistentes a la actividad posan junto a la escultura en Parada Esperanza.

Productores y exfuncionarios de Usina 6 de Parada Esperanza, participaron el sábado pasado del homenaje a los productores lecheros de la zona, con la inauguración de una escultura que se colocó en un espacio de uso público en el acceso al pueblo.

“Fue un homenaje realizado a la lechería en general, por parte de un exfuncionario de Conaprole, de la antigua Usina Nº 6 que se ubicó en la curva de Parada Esperanza, conjuntamente con la biblioteca comunitaria de Esperanza, en una actividad que estaba pendiente desde hace tiempo, y se consumó en una escultura metálica”, señaló a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Roberto Ceriani, presidente de la Asociación de Productores de Leche de Parada Esperanza (Aplpe). Se trata de una obra en hierro del señor José Aníbal Gallardo, uno de los promotores de la recuperación de la historia de la producción lechera de la zona. Desde principios del siglo XX, Pueblo Esperanza, ha sido una importante cuenca lechera que albergó a las industrias lácteas Kasdorf, Colepay y Conaprole, así como a numerosos productores nucleados desde la década del 80 en la Asociación de Productores Lecheros de Parada Esperanza (Aplpe).

El sábado se recorrió la vieja planta, “junto a gente que trabajó en la misma desde hace mucho tiempo. A medida que se la recorría surgían comentarios y cuentos de aquellos tiempos, desde que se levantaba la leche en carro, recuerdos de la caminería que no estaba como actualmente, y el ordeñe que se hacía a mano”, sostiene Ceriani.
Comentó además que “se habló de los avances que se han logrado en el sector y la zona, y posteriormente se descubrió la escultura metálica que está muy linda”, dijo el productor y dirigente gremial.

Si bien hace dos décadas que la planta industrial del pueblo dejó de funcionar, hoy un grupo de vecinos ha comenzado la tarea de recuperar y poner en valor la historia de la lechería de la zona, contando para ello con el apoyo de la Biblioteca Comunitaria de Pueblo Esperanza que está reuniendo testimonios y fotos.
“Fue además una actividad que resalta el sentido de pertenencia que tienen los exempleados de Conaprole, la mayoría ya jubilados. Allá por el año 2000 cuando se cerró la planta, se hizo una importante reunión, en donde a pesar de no poder mantenerla abierta, se logró que los 25 empleados de aquel momento no perdieran el trabajo, lo que fue reconocido en el encuentro”, finalizó.