Alberto Severo denunció por difamación a Fermín Farinha: “quiero recuperar mi buen nombre”

Alberto Severo, quien denunció por difamación a Fermín Farinha.

Alberto Daniel Severo Picos presentó denuncia penal por difamación contra Fermín Farinha, secretario general de la Intendencia de Paysandú, después que fuera despedido de la Fundación A Ganar (que contrata personal para la Intendencia) tras un correo electrónico donde el denunciado indica que se ha determinado “la verificación de que fueron sustraídos bienes sin autorización”, y que se pide “dar por finalizada la vinculación” del denunciante tras “haberse comprobado su responsabilidad”.

“Me acusaron de una cosa que nunca sucedió y tengo pruebas de ello. Nunca toqué ningún elemento del Parque Municipal como me acusaron. A mí me llamó el secretario general Fermín Farinha a su oficina y me dijo que tenía que echarme porque había robado chapas del Parque. No me dio oportunidad de explicar ni nada. Envió un mail a la Fundación A Ganar pidiendo que se me despidiera y eso fue todo. Pero nada de lo que dijo fue cierto”, dijo Severo a EL TELEGRAFO. “Y me baso en que ni siquiera hicieron la denuncia policial, que es de orden cuando ocurre un hecho de apariencia delictiva. No lo hicieron. Me sacaron del cargo y listo”, expresó.

CHAPAS RETORCIDAS TRAS TORMENTA

“Lo que realmente ocurrió es muy simple y sencillo no solo de contar sino de investigar, lo que la Intendencia y en particular quien ahora está denunciado por difamación, hicieron. El funcionario J.S. llamó a una persona que no es municipal, que no trabaja para ninguna empresa que tenga contrato con la Intendencia, S.R., y le ofreció que si desarmaba un tinglado que había quedado destruido por una tormenta, se podía llevar los restos de chapa. Para mí eso es irregular y no se puede hacer. Si una persona ajena a la Intendencia trabajando por encargo de un funcionario se lesiona, ¿qué ocurre? Además, no se puede dar material municipal sin registro y en pago de un trabajo que pudo hacer un municipal”, explicó Severo.

Contó que “posteriormente S.R., a quien conozco, me dijo si quería algunos pedazos de chapa y le dije que si, que las dejara en casa. Yo no estuve cuando se cargaron las chapas rotas porque ya había terminado mi turno; esas chapas le fueron dadas a quien antes mencioné y éste dejó algunas en casa. Después resulta que se me acusó a mi de robar, hurtar o como digan chapas. Totalmente falso”.

“Cuando me entero de eso -siguió explicando Alberto Severo-, rápidamente llevo los pedazos de chapa al Parque, y ahí D.N., otro funcionario, me hizo firmar un documento que -me dijo- indicaba que ya había retornado las chapas. No tenía los lentes de leer y cometí el error de confiar en ese compañero. No leí la carta previamente y resulta que decía que yo reconocía que había retirado las chapas sin autorización y que las devolvía. Creo que un juez podrá determinar que fui engañado y además que es falso. No saqué chapas ni ninguna otra cosa. Incluso hay videos que muestran cómo se cargan las chapas a un camión y no aparezco por ningún lado; porque yo no estaba en el Parque”.

“REVANCHA POLÍTICA”

Severo sostiene que “estoy convencido que el asunto es otro, no unas chapas retorcidas. Para mi está bien claro. El asunto es así: hace un año atrás -más o menos- a pocos días de haber ingresado a la Intendencia, se viralizó un audio que le había mandado a quien yo creía un compañero. Yo decía la verdad, no otra cosa. Reclamaba que después de haber apoyado a Olivera con una agrupación (lista 18; 930 votos en las elecciones departamentales 2020) no me habían dado trabajo como habíamos acordado. De hecho, titulares de otras listas con menor cantidad de votos ya estaban en la Intendencia. Luego entré por la Fundación A Ganar y entonces fue que apareció ese audio. Un ataque directo a mi, sin dudas”.
“Pero me mantuvieron en el cargo, supongo que porque si me sacaban enseguida iban a quedar muy en evidencia. Pero quedé caminando sobre la cornisa, como en una escuela de ciegos, me hablaban pero no podían ni ver. Fue una revancha política”.

“LIMPIAR MI BUEN NOMBRE”

“La denuncia por difamación es contra el secretario general, Fermín Farinha. Fue quien me llamó y destrató, fue quien en un mail me acusa de ladrón por decirlo rápido y pronto, y quien concretamente me difamó. Eso provocó en mi una situación muy difícil a nivel personal, tanto que estoy bajo tratamiento médico”. “Más allá que Paysandú me conoce, que sabe quién es Severo, que puedo caminar con la frente alta por la calle, sabiendo que no he hecho nada malo, esta difamación me pegó fuerte. Incluso en cosas insólitas. Necesitaba una copia de mi historia laboral para que mi hija se presentara a una beca y cuando me la dan, leo que dice que tengo un antecedente de notoria mala conducta. No hice nada, sé que la Justicia lo comprobará, pero para el BPS tengo notoria mala conducta en mi historia laboral”.
“Lo que quiero es simple: que se esclarezca este tema, que se limpie mi buen nombre. Hay una familia detrás que está en medio de esta tormenta. Quiero limpiar mi nombre porque injustamente se me ha querido ensuciar. Públicamente mi nombre debe quedar limpio”.

LA DENUNCIA PRESENTADA

La denuncia penal por difamación (delito penado con tres a dieciocho meses de prisión) al secretario general de la Intendencia Fermín Farinha, fue presentada por el abogado Federico Álvarez Petraglia. En la misma se indica que “desde la Secretaría General de la Intendencia y con la firma del denunciado (Fermín Farinha) sale un correo electrónico hacia la Fundación A Ganar donde se afirma que extraje bienes sin autorización del Parque Municipal, vale decir, que supuestamente sustraje dichos bienes, en castellano normal, lo cual es absolutamente falso”.

“Nada de lo que se afirma ha sucedido, sino que he sido víctima de una maniobra para desprestigiarme ante los ciudadanos de Paysandú, habiendo inventado hechos que jamás se produjeron”, sostiene la denuncia y agrega que se trató de “un operativo diseñado para difamarme y hacerme pagar por mi conducta díscola, donde parece que los responsables de este tema perdieron la memoria en cuanto al hecho de que habían regalado las chapas en cuestión, y de buenas a primeras pareciera que yo hubiera sustraído bienes propiedad de la Intendencia sin la correspondiente autorización, lo cual es absolutamente falso y de eso es plenamente consciente el denunciado”.

“Lo que no se reparó en la emergencia por parte del denunciado, y si lo hubiera hecho se evitaría este daño que se me ha provocado sin ningún sentido, fue en que un funcionario municipal había autorizado el retiro de tales objetos, que no fui yo ni fue (la persona que se llevó las chapas) los que en medio de la noche sustrajimos bienes del lugar, para nada. Todo se dio con conocimiento y consentimiento de parte de quien lo podía prestar, según mi leal saber y entender, y en función de ello fue que se procedió al retiro; de no haber existido tal extremo jamás se me hubiera pasado por la cabeza llevar nada”, destaca más adelante la denuncia.
“Pero lo más insólito de todo esto es que el mismo funcionario J. S., luego de este episodio, y habiendo tomado estado público, se comunicó con S.R. y le propuso terminar de desarmar lo que quedaba del tinglado y le ofreció que se llevará también las cerchas de metal del mismo si las necesitaba, lo que no se concretó por problemas de disponibilidad de esa persona. Pero el funcionario persistía en regalar parte de aquel techado por el cual a mí se me había cesado por supuestamente haber sustraído parte del mismo. ¿Es posible entender semejante contradicción?”, subraya la denuncia.