En otoño 2023, resultados finales sobre uso de hongos patógenos

El doctor Andrés Hiriart dijo que “es un lindo desafío”.

La Escuela Agraria de Guichón, dependiente de la Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU), está involucrada en este proyecto que consiste en la aplicación de hongos patógenos en el campo y en el ganado. El médico veterinario Andres Hiriart, integra el grupo de la Escuela Agraria de Guichón y explicó que estos hongos son garrapaticidas: “Entramos en este proyecto después de varios años de aplicar químicos”, sostuvo. “Funcionaban los químicos, traíamos un test de resistencia hecho por la Dirección de Laboratorios Veterinarios (Dilave), fueron tres años seguidos con un esquema de frecuencia de baños y así llegamos a tener un predio libre de garrapatas, pero con químicos”, aclarando que “durante tres años estuvimos así”. Agregó que “después se cruzó esta idea, nos apareció este lindo desafío, junto a la UTU, a la Escuela Agraria, con todos los muchachos y todo el cuerpo docente, de participar en este nuevo emprendimiento que sinceramente no sabíamos que existía, nos pusimos a estudiar y aquí estamos”, dice Hiriart. Primero, como no tenían garrapata, “se decidió fumigar el campo, excepto 40 hectáreas. Luego vino la seca y se suspendió la fumigación”, explica. “En febrero apareció garrapata y a los pocos días se decidió realizar el primer baño sobre los animales”. “Estamos abocados a que esto continúe”, enfatiza el veterinario sanducero. “Sabemos que no es rápido, pero estamos muy entusiasmados por el lado de que son productos biológicos, que no afectan la carne, no afectan la leche, son amigables con el medioambiente, inocuos para la salud humana, por lo tanto estamos con mucha esperanza de que esto funcione”, agrega.
“En abril, mayo del año que viene podríamos tener los resultados finales”, dice el docente.

La experiencia desde la producción

María del Carmen Portela Correa es productora ganadera y apicultora. Tiene producción ovina. Cuenta con 9 hectáreas en Guichón. Están haciendo una producción de terneros y en este momento cuenta con casi 80 terneros y terneras y algunas vacas. También integra la Cooperativa “Tierra pa’ Todos”, de Colonización, junto a otros seis productores. Además es apicultora y trabaja con certificación PEF nacional e internacional y con la producción orgánica. Carmen vive con su esposo y tiene dos hijas, que ya tienen 30 años, un nieto de 5 y un hijo varón. “Mis tres hijos pudieron estudiar, aunque siempre produjimos en pequeña escala. Una es Ingeniera Agrónoma, otro es maestro y otra licenciada en Lengua y Audiovisual. En Cuchilla del Fuego, donde forman parte de una cooperativa, hacen ganadería y ovinos.

“Nos surgió la oportunidad de este proyecto de control biológico de garrapata”, indica. “Fuimos uno de los productores que nos inscribimos y tuvimos la oportunidad y la alegría de poder participar”, cuenta. Las primeras conversaciones fueron en mayo del año pasado. A principios de octubre comenzaron con los primeros baños y desde ese momento continuaron bajo la supervisión de dos veterinarios y una asistente social. Además contaron con el apoyo de la ingeniera Alda Rodríguez, de BIO Uruguay, de la DGDR y de la Liga de Trabajo de Guichón.
“Nosotros veníamos con problema de garrapata. Llegado el momento la única manera de ir controlando la garrapata fue bañando en la Liga de Trabajo”, sostiene. “Cuando tuvimos esta oportunidad, tuvimos que tener constancia y responsabilidad porque al principio se bañaba cada 15 o 20 días, y después nos quedamos contentos porque se había bajado la carga de garrapata”, cuenta Carmen. Explica además que cada vez que hacían la jornada de baño, lo que quedaba de agua con el producto del hongo, lo rociaban en el campo. “Con eso se piensa que al tener la larva contacto con el producto, ya no lo dejaba reproducirse”, dijo.
“Fue un año de trabajo, de constancia, el proceso siempre había que hacerlo. Y vimos muchos resultados”, acota. “Estamos muy contentos. Hace unos días yo sacaba la cuenta de una lechera que hacía seis meses que no recibía ninguna clase de remedio, nada de productos químicos”, cuenta la productora. “Estamos contentos porque nos estamos perfilando para un Uruguay con una carne sana, orgánica, sin contaminación”, dice Carmen. “Esperamos que se continúe con este proyecto y que además se incorporen más productores”, agrega.