Extrabajadores de Pili se suman a las gestiones por extensión del seguro o cobro de créditos laborales

Los antiguos operarios de Pili continúan las gestiones para lograr el pago de los créditos laborales o la extensión del seguro de paro, que perciben desde 2018 con el proceso de liquidación de la empresa a cargo del síndico Liga de Defensa Comercial (Lideco). El 31 de este mes vencerá el beneficio que abarca a los extrabajadores de la empresa y ya han sido recibidos por la Junta Departamental, además de enviar cartas a los diputados Juan Carlos Moreno, Nancy Núñez y Cecilia Bottino, intendente Nicolás Olivera, subsecretario del Ministerio de Industria, Walter Verri y al presidente de la República, Luis Lacalle Pou.

Trabajadores que no pertenecían al sindicato junto a los exdirigentes se movilizan en procura de una respuesta, con el fin de cobrar los adeudos.
El presidente de la cooperativa de trabajo, Cosepi, que nuclea a exoperarios que venden servicios de vigilancia en las plantas quesera y de secado de suero al Banco República, Alejandro Ayende, recordó que “el 31 de agosto vence el seguro de paro a todos los extrabajadores, que incluyen administrativos, encargados, peones de campo, hayan estado sindicalizados o no”. El beneficio “abarcaría a unas 70 familias amparadas en el seguro.

Hace unos días enviamos un correo donde solicitamos una nueva extensión, al ministro de Trabajo, Pablo Mieres, al subsecretario Verri, a los tres diputados y al intendente. Hasta ahora nos respondió Verri, que iba a trasladar ese pedido a Mieres y de los diputados, solo contestó Bottino, que iba a hacer las gestiones ante el Ministerio de Trabajo para que enviara un proyecto de ley al Parlamento. Pero no hay otras novedades”, señaló a EL TELEGRAFO.

Marca pili

En forma paralela, solicitaron información a Lideco “sobre la marca Pili y nos respondieron que saldría a remate en setiembre. Nos trasladaron que el único dinero para destinar a los créditos laborales de los extrabajadores es la marca, porque la maquinaria y las plantas están prendadas en su totalidad por el BROU”.

Según Ayende, “en reunión con nuestra abogada, nos trasladó que si el BROU tiene buena voluntad, puede destinar recursos a los créditos laborales cuando se remate la maquinaria. Porque la última vez que recibimos algo de los créditos laborales fue en diciembre de 2021, aún nos adeudan el 75% del total y el que más recibió fueron $10.000”. Aclaró que los seguros que se vencerán el último día de este mes “abarca a todos los trabajadores de la empresa, con la excepción de los integrantes de Cosepi a raíz del sistema de rotación del seguro con el trabajo de vigilancia de las plantas y porque no tenemos trabajo para todos. Eso hace que se extienda un poco más, pero en algún momento tendrá fecha de finalización”.

Prórroga con Nortesur

Cosepi trasladó la consulta a Lideco sobre el estado de las negociaciones con la empresa Nortesur que iba a instalarse en la planta secadora de suero. “Desde un primer momento nos dijeron que la idea era mantener a las plantas y venderlas como una unidad productiva para tener en cuenta a los extrabajadores en su totalidad. En vista de esas negociaciones, nos encontramos con que la nueva empresa no iba a tener en cuenta a ningún funcionario de Pili, a pesar de ser mano de obra calificada”. Cosepi mantiene la custodia de ambas plantas de 22 a 6, además de las tareas de mantenimiento exterior. “A raíz de eso le consultamos la situación de la empresa para ver cómo nos manejamos con la cooperativa. Frente a esa consulta, Lideco nos trasladó que Nortesur solicitó una prórroga para firmar y a raíz de esto, el BROU –al menos por ahora– habría dejado sin efecto esta negociación. No habría voluntad contractual en ambas partes”, dijo Ayende.

Testimonios

En las gestiones se han unido trabajadores que conformaron la Organización Sindical de Empleados de Pili (Osepi) –actualmente en Cosepi– y otros que no pertenecieron al sindicato. Es el caso de William Dorrego, quien ocupó el cargo de jefe encargado de residuos y se desempeñó en la empresa durante 42 años.

“Me jubilé a fines de 2018. Automáticamente dejé de trabajar cuando se presentaron a concurso voluntario de acreedores. Tanto me afectó que tuve que presentar una carta médica porque fue un duro golpe, además, enterarme por alguien que no estaba en la empresa”. Dorrego relató a EL TELEGRAFO que “el 18 de agosto de 2018 me llamaron desde Los Cerrillos y me dijeron que la empresa acababa de presentarse a llamado de acreedores y que al día siguiente no recibía. Ese día, a mi lado, había otros mandos medios muy importantes que tampoco sabían nada. Así nos enteramos después de haber luchado durante dos años para mantener la empresa porque dejamos salarios vacacionales, licencias y aguinaldos sin cobrar con tal que continuáramos trabajando”. Explicó que “estuve en la empresa durante 42 años y cuando me enteré no pude ir a trabajar más porque me enfermé y esperé mi jubilación. En ese entonces tenía 59 años y cuando cumpliera los 60, ni soñaba con retirarme a esa edad porque estaba conforme con lo que hacía”.

Varias opiniones

Dorrego señaló que “en estos años he escuchado tantas cosas que no tienen nada que ver con la realidad. Yo nunca estuve agremiado, pero se dijeron cosas muy injustas que me duelen. Ahora se dice que podría abrirse una nueva empresa en el secado de suero, pero no tienen en cuenta a los extrabajadores. No lo puedo creer, son personas que tienen más de 45 años y no van a insertarse en ningún lado”.
Incluso, “otros mandos medios de Pili tampoco encuentran trabajo. Yo recuerdo que ingresé a la empresa en 1976, con 17 años, y llegué a ser jefe de residuos subiendo cada escalón y así pasó con la mayoría de mis compañeros. Los más viejos hicimos carrera en la planta y por eso, fue un dolor terrible que ni siquiera nos avisaran que se bajaba la cortina”.

Dorrego señaló que “la empresa ya tenía la decisión tomada porque un concurso de acreedores no se organiza de un día para el otro. Hay meses de preparación. Ahora quiero cobrar lo que me deben y a esta lucha la quiero dar también por otros trabajadores”. Consignó que “supuestamente nos dicen que podemos agarrar algo de dinero si se vende la marca Pili, pero sabemos que está totalmente deteriorada porque en Paysandú se baja una marca de leche que viene desde Los Cerrillos. Pili desapareció y el BROU tendría que ver esta situación con otros ojos, porque somos unos 120 trabajadores, entre mandos medios, administrativos y operarios en general a quienes metieron dentro de la misma bolsa”.

En la junta

Dorrego integró la delegación de extrabajadores que fueron recibidos en la Junta Departamental. “Allí escuché tantas cosas que no podía creer. Hablaron de la posibilidad de importar leche de Argentina, cuando tenemos los tambos que eran de Pili a 10 kilómetros a la redonda. Ahora trabajan para Conaprole, pero si realmente se quiere una reactivación, tiene que haber voluntad política”.

Explicó que “a veces escucho y leo a quienes cuestionan hasta cuándo van a estar en el seguro. A esas personas no vamos a explicarle por todo lo que pasamos y lo que vivimos cada familia. Los único que queremos es terminar con esta etapa y ver la posibilidad de cobrar los créditos laborales porque el que tiene menos para cobrar debe andar en unos 12.000 dólares”.

SIN POSIBILIDADES

Robert Ayala se desempeñó durante 32 años como operario en la planta quesera, donde recibía los camiones y se desempeñaba en el área de pasteurización de la leche para la elaboración del queso. “Nunca estuve sindicalizado y estoy en el seguro desde el cierre de la empresa. Si no hay posibilidades de que se renueve, pregunto quién me dará trabajo con 55 años, por más experiencia que tenga, porque no tengo los años para jubilarme, pero soy viejo para encontrar un trabajo. Por eso aspiro a que extiendan el seguro o que me paguen lo que me deben por los créditos laborales. Yo tenía puesta la camiseta de la empresa, pero cuando quedé en banda a nadie le importó y no es porque estuviera o no estuviera afiliado a un sindicato. Eso pasó con todos los trabajadores”. Ayala recordó que “cuando nos trasladamos a la nueva planta teníamos buenas expectativas y pensaba jubilarme ahí porque trabajaba sin parar. Pero de repente nos quedamos sin nada. Si no fuera por el seguro que nos aguantó más de tres años no tendríamos otra cosa. Pero si se termina, que nos paguen lo que nos deben”.

En el tambo

Daniel Álvez trabajó 6 años en los tambos de la empresa, dedicado al ordeñe. “Nunca estuve en el sindicato porque en los tambos no teníamos gremio, pero al igual que todos espero por el cobro de los créditos laborales y por eso lo gestionamos con los demás trabajadores”.
El exoperario señaló que “en mi caso sigo cobrando el seguro porque no está fácil encontrar trabajo en lo que yo hacía. El trabajo en el tambo es complicado y todos sabemos que ya han cerrado varios”. Álvez subrayó que “necesitamos el seguro o cobrar los créditos laborales porque yo tengo familia. Pero sabemos de otras situaciones difíciles, con trabajadores que no pudieron pagar sus viviendas, por ejemplo”.