Hospital Policial: tan solo un botón de muestra

En los últimos días el tema de discusión del sistema político ha estado centrado en el uso, por el senador y exdirector general de Secretaría del Ministerio del Interior, Charles Carrera, de los servicios del Hospital Policial.

De acuerdo con lo informado por esa secretaría de estado, Carrera no pagó a Sanidad Policial el 4% que deben pagar quienes acuden a ese centro asistencial durante los siete años que ocupó el cargo de director general y a pesar de ello su esposa (que es civil) se atendió en ese lugar entre los años 2010 y 2012, pese a que contaba con cobertura mutual. Esta situación ha derivado en una polémica de alto perfil mediático entre el ministro del Interior Luis Alberto Heber y el propio Carrera, la cual tuvo como antecedente inmediato las críticas que Carrera ha formulado a la gestión del gobierno (y en particular del ministro Heber) en temas de seguridad ciudadana. Sobre esta circunstancia, el también senador del Frente Amplio, Alejandro Sánchez, expresó al diario “El País” que “el gobierno, en particular el ministro Heber, están tratando de generar una serie de noticias y una serie de acciones contra Carrera, persiguiéndolo, tratando de ocultar lo que está siendo una gestión bastante crítica”. La referida nota del diario montevideano destaca, asimismo, “que una norma de 1967 señala que el Hospital Policial puede ser utilizado ‘por personal dependiente del Ministerio del Interior y sus familiares’”. Pero otra de 1974 es más clara al respecto y advierte que las instalaciones son sólo para “personal policial en actividad y en retiro”.

La denuncia contra Carrera estuvo originada en la atención que el nosocomio policial brindó a una persona que recibió un disparo que lo dejó parapléjico durante una fiesta en la casa de quien entonces era subcomisario de La Paloma, en el departamento de Rocha. Ante esta denuncia, Carrera sostuvo que las autorizaciones especiales son usuales en el Hospital Policial y que el director de Sanidad Policial es el único facultado para poner este mecanismo, que cuenta con formularios y procedimientos establecidos” informó “La Diaria”. Por otro lado, se difundieron audios entre Carrera y los familiares de la víctima (de apellido Hernández) en los cuales el actual senador le expresó al hermano de la víctima “Vos si estás nervioso, te vas de acá tranquilamente y no me jodas más. Pero yo la llamé a tu madre para ver si le podemos dar una mano. Si estas nervioso, te mando a cagar, hermano”. De acuerdo con lo informado por la prensa en ese momento, la familia Hernández sostiene que hubo “irregularidades en la investigación” y que el subcomisario fue encubierto por Carrera”.

En el medio de esta polémica, el intercambio de ataques entre el gobierno y la oposición desencadenó una consecuencia inesperada: se produjo la renuncia del actual director general de secretaria del Ministerio del Interior, Luis Calabria, por haber hecho una “consulta oftalmológica” en el Hospital Policial. En su carta de renuncia Calabria sostuvo que dicha consulta tuvo lugar el 1º de julio de 2022 y que “Más allá de las resultancias de la discusión pública que este hecho puede generar, al considerarlo un error de valoración, pero que puede utilizarse en este tiempo para impactar frente a la gestión de Gobierno, frente a mi persona y mi familia, es que vengo a presentar renuncia al cargo de director general del Ministerio del Interior”. Las reacciones ante esta renuncia no se hicieron esperar. El ministro Heber expresó que ese gesto “es un ejemplo de comportamiento en la función pública y alguien a imitar” y que su salida supone una “gran pérdida”, destacando además que “este proceder que tiene el doctor Calabria eleva la vara muy alta en el desempeño de los cargos públicos de confianza en la administración pública”. El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, fue igualmente elogioso de Calabria, expresando que “no hay ninguna causa que ameritara la renuncia de Luis Calabria, de quien tengo la mejor opinión”. El senador del Frente Amplio Alejandro Sánchez sostuvo por su parte que Calabria es una persona “seria, honesta y muy responsable” y que no creía que hubiera cometido ninguna ilegalidad” al utilizar los servicios del Hospital Policial, al tiempo que lamentó que la “cacería” contra Carrera que inició el ministro Heber terminara provocando la renuncia de Calabria.

Todo este episodio sobre el Hospital Policial deja material suficiente para algunas reflexiones que creemos deben formularse para centrar el problema que subyace bajo la montaña de titulares de prensa, mensajes en las redes y ataques y contraataques de las partes involucradas.
En primer lugar, sería bueno establecer responsabilidades y penas por la persona que terminó parapléjica por un disparo que presuntamente provino de una casa donde estaban jerarcas policiales. ¿Acaso el proceder de Carrera tuvo la finalidad de encubrir esta tragedia y proteger al culpable?

En segundo lugar, resulta inaceptable que un sector tan importante para el país como la policía no tenga reglas claras sobre quienes se pueden atender en un centro médico tan importante como el Hospital Policial. ¿Cómo es posible que en una fuerza basada en una clara organización jerárquica no se puedan dictar normas internas que regulen este tema? ¿Por qué no se cumple con algo tan elemental? ¿Será que cada jerarca que llega al Ministerio del Interior bajo cualquier gobierno quiere reservarse la posibilidad de hacer uso de las instalaciones de dicho hospital y para eso lo que mejor sirve es la falta de claridad y transparencia porque, como dice el refrán, “a río revuelto, ganancia de pescadores”?

En tercer lugar, representa un necesario baño de humildad para el ministro Heber, quien atacó a Carrera con un “boomerang” el cual se le volvió en contra y forzó la renuncia de Luis Calabria. Mientras Heber y Carrera polemizan sobre el número mensuales de muertos como si se tratara de una lotería macabra, los uruguayos seguimos padeciendo los problemas de inseguridad que nuestro coterráneo Jorge Larrañaga combatió desde el primer momento de ser nombrado ministro del Interior, con total entrega y a riesgo de su propia salud física.
En cuarto lugar, más allá de los fuegos artificiales que tanto Carrera como Heber utilizan para distraer la atención de la opinión pública, sería bueno si las múltiples irregularidades que se han denunciado y que habrían sido cometidas por jerarcas de diversos gobiernos van a ser investigadas y sus responsables efectivamente castigados. ¿Realmente queremos que el Hospital Policial funcione adecuadamente y no se cometan abusos?

Entonces que se den todos los pasos y se tomen todas las decisiones que sean necesarias. Si no se llevan a cabo acciones transparentes, contundentes y ejemplificantes, estaremos alentando a que todo siga como está y que Juan Pueblo siga pagando por los privilegios de una clase política que cada día más se aleja de la gente y de sus problemas reales, sin importar el partido político al cual pertenezcan. Al fin y al cabo, todo este episodio y el propio Hospital Policial es tan sólo un botón de muestra de algunas cosas que funcionan muy mal en este país.