“Pintando sonrisas” y barrio Nueva York atendieron más de 450 personas en pandemia

La asistencia a ollas y merenderos en Paysandú ha variado en la pospandemia y según la época del año, sus organizadores detienen su labor a la espera de nuevos insumos para elaborar los alimentos o de retomar acuerdos institucionales.
En el barrio Nueva York, Delia González y su familia comenzaron con una olla que después se transformó en merendero y, tras más de dos años de pandemia, “frenamos un poco”. Explica que “no teníamos más ayuda que las donaciones de dos o tres particulares y no nos daba para hacerlo, porque son más de 200 personas”. En los últimos días, “hablamos en la Intendencia para comenzar en los próximos fines de semana y nos van a dar una ayuda. Antes no teníamos, porque en el tiempo que nosotros empezamos estaba la administración anterior y nos dijeron que para ollas, no había recursos”. Recuerda que recibieron ayuda del Centro Universitario de Paysandú, donde se capacitaron en Primeros Auxilios Psicológicos. “Nos juntamos con otros merenderos de la zona y una docente nos traía insumos para la olla. Después hicimos merienda dos veces con la ayuda de la Intendencia y la vez que atendimos más personas fue en plena pandemia –cuando aún no se habían ido los realojos de La Chapita– que tuvimos a 265 personas. Las últimas veces atendíamos a 144 niños, pero hoy no se hace nada”.
La olla se instalará “sólo los fines de semana, porque de lunes a viernes los niños van al comedor de la escuela. Los lunes, miércoles y viernes tenemos una escuelita de deportes en el salón de La Chapita y ahí le dan una merienda, pero los fines de semana no tienen nada”.
González reconoce que “cobran beneficios, pero van bien en las primeras semanas del mes. El problema se empieza a ver a partir de la segunda quincena del mes. Y si a nosotros que trabajamos no nos da, a ellos tampoco les alcanza para comer todo el mes. Por eso, hacíamos la olla sobre los últimos días y dábamos guiso de arroz o fideos, que es lo que podíamos hacer”.

 

Pintando sonrisas

El merendero “Pintando sonrisas” continúa “desde hace casi tres años, los lunes, miércoles y viernes en mi domicilio porque no tenemos un espacio físico”. En Zorrilla de San Martín y Benito Chain le brindan alimentos a unos 80 niños, provenientes de 32 familias, además de algún adulto mayor. “Lo que se les brinda es leche y un acompañamiento que varía de acuerdo a las donaciones del momento. Nosotros no recibimos donaciones de ningún organismo público, sino de los vecinos o amigos que colaboran. Y nuestro aporte es solo de la familia porque no somos ni una oenegé, ni un grupo conformado para el merendero”, asegura su impulsora Yisel Vignole. Recuerda que “arrancamos dándole a todo el núcleo familiar en la pandemia y lo hicimos hasta el año pasado, cuando empezaron a cesar las donaciones.
Era muy difícil de sostener a tantas personas porque llegamos, entre los niños y sus hermanos más grandes, a unas 190 personas. Se me hacía demasiado difícil y para no dejar de hacerlo, decidimos priorizar a los niños”.