Sustancial avance de Uruguay en descarbonizar su matriz eléctrica

En en poco más de una década Uruguay logró canalizar U$S 8.000 millones en la generación de energía renovable, lo que ha permitido descarbonizar su matriz eléctrica, al tiempo que cubrió con las crecientes necesidades energéticas del país, llegando a exportar niveles significativos de excedentes a los países de la región en los últimos años, según destaca en reciente informe el Instituto Uruguay XXI.

Consigna en este sentido que la segunda fase incluirá el desarrollo de la cadena de valor del hidrógeno verde y sus derivados, posicionando a Uruguay como hub regional de exportación. Con este objetivo, en junio de 2022 se lanzó la Hoja de Ruta para el H2 verde, en tanto destaca que una vez más, la política energética sigue siendo una política de Estado que busca potenciar las ventajas del país como productor de energéticos verdes.

De acuerdo a reciente análisis del Instituto sobre la transición energética uruguaya y su incidencia en la exportación, se da cuenta que en 2021 se registró un aumento importante en la capacidad instalada de energía renovable a nivel mundial, con una inversión récord en este tipo de energías. Por primera vez en la historia la energía solar y eólica representaron más del 10% de la generación eléctrica mundial. Asimismo, 135 países –entre los que se encuentra Uruguay– se comprometieron a alcanzar el objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero antes de 2050.

Sin embargo, una mirada de mediano plazo indica que la transición energética global necesita de esfuerzos aún mayores. En la última década, el aumento de la demanda mundial de energía compensó el crecimiento de las renovables.

En 2019, de un total de 80 países, solo cuatro (Islandia, Noruega, Suecia y Uruguay) tuvieron una participación superior al 50% de energías renovables en el abastecimiento total de energía.

La incorporación de energías renovables se concentra en el sector de generación eléctrica, que alcanza el 28% del total a nivel mundial. Sin embargo, el sector eléctrico representa solo el 17% del consumo final de energía del mundo, muy por debajo de otros sectores. La calefacción, la refrigeración y el transporte representan más del 80% de la demanda de energía final. El porcentaje en energías renovables es mucho menor: 11,2% para la calefacción y la refrigeración y 3,7% para transporte. Por tanto, el progreso de las energías renovables a nivel mundial es aún insuficiente y los mayores avances son en los sectores en los que es más simple la incorporación de este tipo de energías.

Transición energética en Uruguay

En 2008 Uruguay presentó su estrategia de política energética 2005-2030, apostando a la diversificación en las fuentes de generación y abastecimiento, la incorporación de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética. Como resultado de la implementación de esta estrategia nacional, Uruguay logró en un corto plazo la descarbonización de la generación de energía eléctrica. En promedio, las energías renovables representaron el 94% de la matriz eléctrica entre 2017 y 2021 (52% eólica, solar y biomasa y 42% hidroeléctrica), disminuyendo de forma drástica las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del sector eléctrico.

Actualmente Uruguay se encuentra a la vanguardia en la utilización de energías renovables en el sistema eléctrico, siendo el segundo país en el mundo con mayor participación de energías renovables variables.

Asimismo, es líder mundial junto con Dinamarca, Irlanda y Portugal en producción de energía eólica. Las energías renovables son actualmente un 57% (en 2005 eran solo el 37%), lo que representa un excelente nivel respecto a los parámetros internacionales.

La segunda fase de la transformación energética de Uruguay significa un reto aún más desafiante: lograr la descarbonización del resto de los sectores, principalmente en el transporte y la industria.

Hidrógeno verde

El hidrógeno es uno de los recursos más abundantes del planeta. Permite almacenar y transportar energía que se puede utilizar directamente o para la producción de otros energéticos. Es así como, a partir de energía eléctrica de origen renovable se puede producir hidrógeno y darle gran variedad de usos como la producción de combustible para la movilidad en vehículos y los derivados de hidrógeno para uso marítimo y aviación.

En Uruguay, el desarrollo del hidrógeno verde aparece como una alternativa natural en su proceso de descarbonización de la matriz energética luego de haber transformado por completo la matriz eléctrica y teniendo por delante el desafío de descarbonizar el sector del transporte y la industria.

El país tiene ventajas competitivas importantes para convertirse en un productor relevante de hidrógeno verde y derivados, tanto para el mercado local como en el internacional.

Uruguay como exportador neto de energéticos

El proceso de transición hacia energéticos renovables supone una mayor diversificación de países como proveedores de recursos energéticos.

Países que históricamente no han tenido recursos fósiles relevantes se posicionan como nuevos jugadores con diversos roles y posibilidades. Uruguay, a partir de la transformación de su matriz eléctrica no solo ha logrado abastecer su demanda a partir de fuentes renovables, sino que anualmente exporta volúmenes significativos de energía eléctrica a los países vecinos. Según información de la empresa UTE, en 2021 las exportaciones de energía eléctrica totalizaron 2.840 GWh, lo que representó el 17% de la generación de energía eléctrica del país y un incremento de 150% en la variación interanual.

En valores, las exportaciones de energía eléctrica representaron U$S 525 millones en 2021. El 78% de las ventas tuvo como destino Brasil y el 22% restante a Argentina. Entre enero y setiembre de 2022 la posición de los principales mercados se invirtió. De esta forma, la primera etapa de la transformación energética ubicó a Uruguay en un lugar privilegiado como proveedor de energía en el contexto regional e internacional.

La hoja de ruta del hidrógeno verde evidenció el potencial de Uruguay como productor de combustibles y derivados renovables.

Con base en los niveles de competitividad analizados y considerando un escenario más conservador (escenario base) respecto al volumen del mercado global proyectado para cada producto, se podría establecer una meta de captura del mercado proyectado de 3,5% del comercio mundial.

Eso se traduce a que Uruguay tendría una oportunidad de exportación de aproximadamente U$S 95 millones al año 2030 y U$S 1.300 millones a 2040. El e-Jet Fuel representaría el 55% de esta oportunidad en 2040, mientras que el hidrógeno constituiría el 25% y el sector marítimo (amoníaco o e-metanol) el 15%.