Quinto Día

Narcóticos Anónimos: para quienes quieren cambiar sus vidas

Por: Laura Ayoroa
Fotos: Milton Cabrera

Uno de esos rayos de luz es Narcóticos Anónimos (NA), una asociación libre y gratuita. “Es una confraternidad en la cual no se pagan membresías ni honorarios. Está compuesta por personas para quienes las drogas se han convertido en un problema muy grave”, asegura Martín, miembro del Comité de Relaciones Públicas de NA Uruguay.

A las reuniones llegan adictos con problemas de drogas. “Somos adictos en recuperación que nos reunimos con regularidad para ayudarnos a permanecer libres de drogas por 24 horas. No se hacen seguimientos ni diagnósticos. No decimos lo que cada persona tiene que hacer fuera de las reuniones, pero si considera que tiene un problema con el consumo de drogas, lo podemos ayudar”.

Define que NA desarrolla “un programa de ayuda mutua. Porque el valor terapéutico es la ayuda que da un adicto a otro adicto. En las reuniones no hay autoridades, no hay médicos, no hay policías, ni sicólogos, ni siquiatras. Y si los hubiera, están en calidad de adictos”.
NA desarrolla un programa universal, “porque todos tienen los mismos derechos. No importa si llega una persona con un estatus social muy alto o si vive en la calle. Lo más importante es la ayuda”.

12 pasos

El programa cuenta con 12 pasos y surge de Alcohólicos Anónimos (AA) a finales de la década de 1940 y “nuestra organización surgió en California en 1953”.
Explica que llegan “muchos adictos a otras drogas o al alcohol, que es la madre de todas las drogas. No se identifican solo con el consumo de una. En NA, el programa trata de la enfermedad a la adicción en general y no a una droga en particular”.

Los “principios espirituales” guían al programa de 12 pasos en cada reunión. “Nuestros grupos han llegado, en total, a unas 76.000 reuniones semanales y otras 37.000 en línea a nivel global. Y nuestra literatura cuenta con varios libros de ayuda mutua escritos por adictos. Es decir, no hay nada desde fuera de NA. Eso es una tradición y se traducen en más de 50 idiomas”.

A Uruguay

NA llegó a Uruguay el 27 de noviembre de 1990. “Ese día fue la primera reunión en la Iglesia de los padres Dominicos. Actualmente es el grupo donde funciona ‘La magia’ en Mario Casinoni 1337, esquina Rodó (Montevideo). Tiene recién cumplidos 32 años”.

Desde entonces, el movimiento creció. “En la actualidad funcionan en todo el país más de 75 grupos y se realizan 198 reuniones semanales presenciales, distribuidas en diferentes ciudades. En algunas entregamos certificados de asistencia si una persona debe entregarlo por orden judicial. Lo único que hacemos es certificar que estuvo allí, pero no implica seguimiento ni evaluación porque es una enfermedad de autodiagnóstico”.

El referente señala que “cada persona que asiste a las reuniones sabe si es o no un adicto y si se quiere quedar o no. Por eso es libre, gratuito y confidencial”.
Asimismo, “hay 40 reuniones virtuales que pueden seguirse por el enlace www.na.org.uy. El interesado entra a la página, que lo lleva directamente al teléfono de ayuda que es el 29013282 o el WhatsApp 091841584. Está disponible las 24 horas, son atendidos por adictos. Es decir, no son profesionales ni autoridades. Y lo aclaro, porque muchos adictos prefieren morir antes de que los lleven presos”.

Otra herramienta es la comunicación visual. “Los ómnibus interdepartamentales que cumplen servicios al Interior del país tienen unos stickers pegados, con un código QR que lleva a esta página y muestra los horarios de las reuniones virtuales. Hay seis reuniones virtuales diarias a las cuales se puede acceder y hacer grupos que son sólo para adictos”.

Espiritualidad y no religión

Aclara que “el programa no tiene nada ver con ninguna religión. Es espiritual y trabaja con los principios. La mayoría de los grupos funcionan en iglesias porque los locales se pueden alquilar por horas y son más económicos, pero no tenemos nada que ver con las instituciones y nos mantenemos con nuestras propias contribuciones. Cualquier adicto pone o no pone dinero. No tiene un tope. Si tiene para poner, está bien. Y si no tiene para poner, también. El único mensaje de NA es que cualquier adicto puede parar el deseo de consumir y tener una nueva vida”.

Explica, sin embargo, “que nosotros no ofrecemos que una persona dejará de consumir porque eso es promoción. Y nosotros nos manejamos por atracción. Porque nos diferenciamos de las clínicas y de otras instituciones”.

En Paysandú desde hace un año se encuentra el grupo “Vivir”, que se reúne los lunes, martes, jueves, viernes y sábados de 19.30 a 21 horas en la capilla San Francisco, en Éxodo entre Zorrilla de San Martín y Vizconde de Mauá.

“Nos mantenemos al margen de otras actividades y no tenemos controversias con grupos ajenos a nuestra confraternidad. Por eso, no nos referimos a ningún tema de actualidad. Lo único que puedo compartir es que desde que llegó la pandemia, comenzó una herramienta nueva que son los encuentros virtuales por la plataforma zoom que llega a personas alejadas de las capitales departamentales”.

En Montevideo hay 40 grupos y en el Interior son 10, “que cuentan con las participaciones virtuales abiertas para cualquier adicto”.
Con la llegada de esta herramienta, se han sumado más interesados a las reuniones. “Más personas han conocido a la confraternidad en comparación a las reuniones solo presenciales en puntos estratégicos como Montevideo, Maldonado, Canelones o Colonia. Hoy existen grupos en 14 departamentos. En el Interior se abren gracias al conocimiento virtual. Así se puede llegar a personas que viven en lugares donde no hay reuniones y ayudar a que se mantengan sin consumir”.

En promedio y en cada reunión virtual, se suman entre 20 y 30 personas. “Son 40 reuniones semanales y entre 800 y 1.000 personas lo hacen por la plataforma en Uruguay. En las presenciales, van aproximadamente unas 3.000 en todo el país”.

El llavero

“Cuando llegan a las reuniones se entrega un llavero blanco. Es el de la rendición porque no hay que luchar más y porque es un día a la vez. El llavero naranja se entrega a los 30 días, otro verde a los 60 días, un llavero rojo a los 90 días, uno azul a los 6 meses, un llavero amarillo a los 9 meses y un llavero que brilla en la oscuridad al año sin consumir. Después se entrega un llavero gris a los 18 meses y un llavero que dice ‘limpio y sereno por varios años de recuperación’. Es una especie de simbología que utilizamos y se entrega cuando pasa el tiempo de las reuniones”.

Asegura que “es el premio a uno mismo. Porque nosotros no podemos hacer nada si una persona se miente a sí mismo”.

Finalmente, subraya que “el grupo de NA nunca puede respaldar financieramente ni prestar su nombre a ninguna entidad o empresa. No pedimos dinero porque no nos desviamos de nuestro propósito principal. Cada grupo de NA debe mantenerse por sí mismo y negarse a recibir contribuciones externas. El nombre de NA nunca puede aparecer en polémicas públicas y mantenemos nuestro anonimato. Es la base espiritual de nuestras tradiciones porque anteponemos los principios que mantienen viva a la confraternidad”.

Porque “en NA no importa de dónde vienes, lo que tienes o lo que consumías. Lo único importante es lo que quieres hacer con tu problema y cómo podemos ayudarte”. → Leer más

Quinto Día

Llegó para quedarse

Por Natalia Modernel

El teletrabajo o trabajo a distancia no es nada nuevo, existe desde hace décadas, pero el avance de la digitalización y las nuevas tecnologías, y especialmente la crisis sanitaria del coronavirus, amplió y consolidó su uso. En ese contexto de distanciamiento social impuesto, el teletrabajo se transformó en una solución viable para sostener puestos de empleo y actividades económicas.

Empleadores, trabajadores y consumidores se vieron obligados a adoptar rápidamente nuevos comportamientos que probablemente se mantengan, cambiando hacia tendencias que hace unos años pensábamos lejanas. El debate sobre el teletrabajo como una modalidad instalada es amplio y aseguran que llegó para quedarse.

Por definición, el teletrabajo es una forma flexible de organización del trabajo que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa, por lo que conlleva una descentralización, a la vez que engloba a una amplia gama de actividades y puede realizarse a tiempo completo o parcial.

Cambios son oportunidades se dice normalmente; claro que después de sortear las dificultades que surgieron a raíz de que ni los empresarios, ni el personal, ni los marcos legales estaban preparados para estos cambios. Principalmente no se tenía conocimiento ni experiencia al respecto, más allá de que se venía desarrollando ya en el mundo. La actividad profesional en el teletrabajo implica el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información, y el uso permanente de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el teletrabajador y la empresa. Las ofertas laborales y la demanda de habilidades para el trabajo también están cambiando. Un estudio del sitio de empleo Indeed muestra que la cantidad de ofertas de trabajo globales que mencionan el “trabajo remoto” casi se ha triplicado desde el inicio de la pandemia.

Pero, ¿qué es el teletrabajo?, ¿qué modalidades existen?, ¿cuáles son sus ventajas y desventajas?, ¿qué oportunidades presenta esta tendencia para los mercados laborales?, y sobre todo ¿qué necesitamos para aprovechar esas oportunidades?

¿Qué es el teletrabajo?

El teletrabajo es una actividad laboral que se desarrolla de manera remota. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha señalado que el teletrabajo es una subcategoría del concepto más amplio de “trabajo a distancia”, es la realización de tareas desde otro lugar que no sea la oficina del empleador, utilizando las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), y la telecomunicación.

Una de cal y una de arena

Como todas las cosas de la vida, el teletrabajo tiene ventajas y desventajas tanto para el empleador como para el trabajador. El trabajador se ve favorecido al ahorrar en transporte y el tiempo que conlleva el traslado, reduce su movilidad, lo que redunda en una mejor organización de sus horarios, flexibilizándolos, y por otro lado, aumentan sus posibilidades de balancear el trabajo con la vida familiar. Esto también otorga una mayor libertad en temas personales menores como el vestuario y las relaciones con compañeros de trabajo.

Algo verdaderamente relevante es la posibilidad que se presenta del autoempleo, permite trabajar y generar ingresos para quienes tienen dificultades para permanecer en el mercado laboral como (mayoritariamente) mujeres con personas a su cuidado o personas con discapacidad. Las empresas obtienen importantes ahorros en infraestructura, servicios y energía y en muchos casos el teletrabajo representa mayor productividad y una considerable disminución del ausentismo.

En cuanto a los aspectos negativos de teletrabajar, el primero y fundamental suele ser no contar con la conectividad adecuada, además de que no todos los trabajadores tienen las habilidades digitales o los equipos necesarios. Lo que puede ser una ventaja como se sostiene líneas arriba, de balancear el trabajo con la vida familiar, si no es manejado correctamente puede resultar en un deterioro de los vínculos. Quienes teletrabajan pueden ser perjudicados también por la percepción de que los trabajadores que están presencialmente en la oficina trabajan más o mejor que los que están de manera remota, y eventualmente no pueden gozar de los posibles beneficios que quienes trabajan de forma presencial. También estas personas deben estar preparadas mentalmente para un mayor aislamiento social.

Por otro lado, las consecuencias negativas para las empresas suelen ser la pérdida de identidad y de pertenencia de los empleados, lo que produce cambios en la cultura y la forma de organización laboral. Los empresarios tienen un menor control sobre la productividad y también del cumplimiento de la jornada laboral (salvo excepciones) y se exponen a problemas más o menos graves según el rubro que sea, con la seguridad de sus datos. Eventualmente deberán asumir un aumento del gasto en equipamiento y servicios para los teletrabajadores.

¿Qué modalidades o tipos de teletrabajo existen?

La clasificación más sencilla se podría hacer según desde donde se realicen.

Desde casa: el trabajo en el domicilio del trabajador utilizando la tecnología implica diferentes formas de desempeño, puede hacerse con control de parte del empleador a través de sistemas de logueo, es decir, con un horario fijo en el que el trabajador debe estar conectado trabajando; o también el trabajo por proyectos u objetivos, que ofrece mayor flexibilidad horaria al trabajador.

Teletrabajo híbrido: se trata de los trabajadores que ejercen el teletrabajo de manera ocasional, con movilidad y desempeñándose fuera de las oficinas del empleador para tareas puntuales, o en determinados días de la semana. El trabajo remoto lo hacen desde su domicilio, o desde otra ubicación. Al modelo híbrido también se lo conoce como ocasional o suplementario.

Teletrabajo de elevada movilidad: en esta forma de trabajo remoto los empleados son itinerantes y prestan sus servicios en diferentes lugares por la naturaleza de sus tareas. Un ejemplo de este tipo de ocupación son los representantes comerciales y de ventas.
Telecentros, centros comunitarios y centros de trabajo: los centros de teletrabajo ofrecen espacios y recursos compartidos que son rentados por empresas para colocar allí a sus teletrabajadores.

Teletrabajo nómada: en esta modalidad, los trabajadores no tienen un lugar fijo ni una oficina central para prestar sus servicios, y casi nunca van a la empresa. Los trabajadores nómadas trabajan desde diferentes espacios como cibercafés, hoteles o coworking y también se les conoce como nómadas digitales.

Reglamentación en Uruguay

El pasado 17 de marzo el Poder Ejecutivo emitió el Decreto N° 86/022, reglamentario de la Ley para la promoción y regulación del teletrabajo en Uruguay (Ley N° 19.978) que había sido promulgada en agosto del 2021.

Deberá quedar documentado por escrito (en un contrato de trabajo), que el dependiente realizará su actividad laboral bajo la modalidad de teletrabajo. El Decreto estableció los términos que deberán quedar definidos en forma obligatoria en el contrato: 1) Que la modalidad de trabajo fue pactada entre ambas partes en forma voluntaria. 2) El lugar o los lugares desde donde el dependiente realizará el teletrabajo, incluyendo la posibilidad de que éste lo escoja libremente, pudiendo elegir incluso más de un lugar. 3) En caso de que exista combinación de trabajo presencial y teletrabajo (régimen híbrido), deberá explicitarse en el contrato, incluyendo el detalle de cómo se implementará. 4) Si se acordaran horarios o rangos horarios de distribución de las horas de teletrabajo, se deberá incluir el detalle correspondiente. 5) Se deberán detallar los tiempos de descanso (descanso intermedio, descanso entre jornadas y el descanso semanal) y los tiempos de desconexión. 6) Si el empleador decide implementar un sistema de registro de asistencias, el mismo deberá quedar detallado en el contrato. 7) La forma en la que el empleador provisionará al dependiente de las tecnologías de la información necesarias para el desarrollo del teletrabajo también deberá quedar estipulada en el contrato de trabajo.

Testimonios

Sofía es traductora, docente de inglés y escritora, trabajó presencialmente en un instituto hasta la llegada de la pandemia; ahí tuvo que reinventarse. Comenzó contactando a sus alumnos para ofrecer clases online, después a promocionar sus servicios de traductora en redes. Según dijo a EL TELEGRAFO, “al principio fue muy difícil y tuve que aprender rápido, los primeros dos meses dedicaba 8 horas diarias a promocionarme y buscar oportunidades, recién después de ese tiempo, conseguí mi primer trabajo como traductora en un sitio web de contenido de Singapur”.
Marcos desde hace varios años se dedica a transcribir clases dictadas y grabadas de distintas facultades. Los textos solicitados se utilizan luego para la confección de libros o manuales que los solicitantes distribuyen entre los interesados. “Tengo problemas de movilidad, y esta es la forma que encontré para ganarme la vida”, dijo.

Esteban es viudo y tiene dos hijas de 8 y 6 años; por esa razón le pidió a su jefa que le permita trabajar desde su casa para poder cuidarlas. Se dedica a mantener bases de datos, ingresando y controlando datos, pero se dio cuenta de que no le era posible, no lo lograba concentrarse en el trabajo.
Claudia vive con su pareja, es madre de un niño de 12 años y una bebé de año y medio, y también convive con su madre que es muy mayor y requiere algunos cuidados. Sus ventas de servicios por Internet (que es a lo que se dedica) han bajado muchísimo desde que trabaja desde su casa. Tiene metas semanales y mensuales que le son impuestas por la empresa para la que trabaja y –según dijo– “las interrupciones y distracciones son constantes, ya sea por las cosas cotidianas de la casa, o las necesidades de mis hijos y madre, cosas que antes atendía solamente al regresar de la oficina. Ahora estoy ahí, y se me hace imposible ignorarlas”.

En conclusión, los resultados son tan diferentes como personas consultadas, lo que se encuentra como irrefutable es que el teletrabajo es una oportunidad de producir y generar ingresos sin moverse de su casa, y como puede notarse al recorrer los llamados para cubrir puestos laborales, va en creciente aumento. → Leer más