Llegó para quedarse

Por Natalia Modernel

El teletrabajo o trabajo a distancia no es nada nuevo, existe desde hace décadas, pero el avance de la digitalización y las nuevas tecnologías, y especialmente la crisis sanitaria del coronavirus, amplió y consolidó su uso. En ese contexto de distanciamiento social impuesto, el teletrabajo se transformó en una solución viable para sostener puestos de empleo y actividades económicas.

Empleadores, trabajadores y consumidores se vieron obligados a adoptar rápidamente nuevos comportamientos que probablemente se mantengan, cambiando hacia tendencias que hace unos años pensábamos lejanas. El debate sobre el teletrabajo como una modalidad instalada es amplio y aseguran que llegó para quedarse.

Por definición, el teletrabajo es una forma flexible de organización del trabajo que consiste en el desempeño de la actividad profesional sin la presencia física del trabajador en la empresa, por lo que conlleva una descentralización, a la vez que engloba a una amplia gama de actividades y puede realizarse a tiempo completo o parcial.

Cambios son oportunidades se dice normalmente; claro que después de sortear las dificultades que surgieron a raíz de que ni los empresarios, ni el personal, ni los marcos legales estaban preparados para estos cambios. Principalmente no se tenía conocimiento ni experiencia al respecto, más allá de que se venía desarrollando ya en el mundo. La actividad profesional en el teletrabajo implica el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información, y el uso permanente de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el teletrabajador y la empresa. Las ofertas laborales y la demanda de habilidades para el trabajo también están cambiando. Un estudio del sitio de empleo Indeed muestra que la cantidad de ofertas de trabajo globales que mencionan el “trabajo remoto” casi se ha triplicado desde el inicio de la pandemia.

Pero, ¿qué es el teletrabajo?, ¿qué modalidades existen?, ¿cuáles son sus ventajas y desventajas?, ¿qué oportunidades presenta esta tendencia para los mercados laborales?, y sobre todo ¿qué necesitamos para aprovechar esas oportunidades?

¿Qué es el teletrabajo?

El teletrabajo es una actividad laboral que se desarrolla de manera remota. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha señalado que el teletrabajo es una subcategoría del concepto más amplio de “trabajo a distancia”, es la realización de tareas desde otro lugar que no sea la oficina del empleador, utilizando las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), y la telecomunicación.

Una de cal y una de arena

Como todas las cosas de la vida, el teletrabajo tiene ventajas y desventajas tanto para el empleador como para el trabajador. El trabajador se ve favorecido al ahorrar en transporte y el tiempo que conlleva el traslado, reduce su movilidad, lo que redunda en una mejor organización de sus horarios, flexibilizándolos, y por otro lado, aumentan sus posibilidades de balancear el trabajo con la vida familiar. Esto también otorga una mayor libertad en temas personales menores como el vestuario y las relaciones con compañeros de trabajo.

Algo verdaderamente relevante es la posibilidad que se presenta del autoempleo, permite trabajar y generar ingresos para quienes tienen dificultades para permanecer en el mercado laboral como (mayoritariamente) mujeres con personas a su cuidado o personas con discapacidad. Las empresas obtienen importantes ahorros en infraestructura, servicios y energía y en muchos casos el teletrabajo representa mayor productividad y una considerable disminución del ausentismo.

En cuanto a los aspectos negativos de teletrabajar, el primero y fundamental suele ser no contar con la conectividad adecuada, además de que no todos los trabajadores tienen las habilidades digitales o los equipos necesarios. Lo que puede ser una ventaja como se sostiene líneas arriba, de balancear el trabajo con la vida familiar, si no es manejado correctamente puede resultar en un deterioro de los vínculos. Quienes teletrabajan pueden ser perjudicados también por la percepción de que los trabajadores que están presencialmente en la oficina trabajan más o mejor que los que están de manera remota, y eventualmente no pueden gozar de los posibles beneficios que quienes trabajan de forma presencial. También estas personas deben estar preparadas mentalmente para un mayor aislamiento social.

Por otro lado, las consecuencias negativas para las empresas suelen ser la pérdida de identidad y de pertenencia de los empleados, lo que produce cambios en la cultura y la forma de organización laboral. Los empresarios tienen un menor control sobre la productividad y también del cumplimiento de la jornada laboral (salvo excepciones) y se exponen a problemas más o menos graves según el rubro que sea, con la seguridad de sus datos. Eventualmente deberán asumir un aumento del gasto en equipamiento y servicios para los teletrabajadores.

¿Qué modalidades o tipos de teletrabajo existen?

La clasificación más sencilla se podría hacer según desde donde se realicen.

Desde casa: el trabajo en el domicilio del trabajador utilizando la tecnología implica diferentes formas de desempeño, puede hacerse con control de parte del empleador a través de sistemas de logueo, es decir, con un horario fijo en el que el trabajador debe estar conectado trabajando; o también el trabajo por proyectos u objetivos, que ofrece mayor flexibilidad horaria al trabajador.

Teletrabajo híbrido: se trata de los trabajadores que ejercen el teletrabajo de manera ocasional, con movilidad y desempeñándose fuera de las oficinas del empleador para tareas puntuales, o en determinados días de la semana. El trabajo remoto lo hacen desde su domicilio, o desde otra ubicación. Al modelo híbrido también se lo conoce como ocasional o suplementario.

Teletrabajo de elevada movilidad: en esta forma de trabajo remoto los empleados son itinerantes y prestan sus servicios en diferentes lugares por la naturaleza de sus tareas. Un ejemplo de este tipo de ocupación son los representantes comerciales y de ventas.
Telecentros, centros comunitarios y centros de trabajo: los centros de teletrabajo ofrecen espacios y recursos compartidos que son rentados por empresas para colocar allí a sus teletrabajadores.

Teletrabajo nómada: en esta modalidad, los trabajadores no tienen un lugar fijo ni una oficina central para prestar sus servicios, y casi nunca van a la empresa. Los trabajadores nómadas trabajan desde diferentes espacios como cibercafés, hoteles o coworking y también se les conoce como nómadas digitales.

Reglamentación en Uruguay

El pasado 17 de marzo el Poder Ejecutivo emitió el Decreto N° 86/022, reglamentario de la Ley para la promoción y regulación del teletrabajo en Uruguay (Ley N° 19.978) que había sido promulgada en agosto del 2021.

Deberá quedar documentado por escrito (en un contrato de trabajo), que el dependiente realizará su actividad laboral bajo la modalidad de teletrabajo. El Decreto estableció los términos que deberán quedar definidos en forma obligatoria en el contrato: 1) Que la modalidad de trabajo fue pactada entre ambas partes en forma voluntaria. 2) El lugar o los lugares desde donde el dependiente realizará el teletrabajo, incluyendo la posibilidad de que éste lo escoja libremente, pudiendo elegir incluso más de un lugar. 3) En caso de que exista combinación de trabajo presencial y teletrabajo (régimen híbrido), deberá explicitarse en el contrato, incluyendo el detalle de cómo se implementará. 4) Si se acordaran horarios o rangos horarios de distribución de las horas de teletrabajo, se deberá incluir el detalle correspondiente. 5) Se deberán detallar los tiempos de descanso (descanso intermedio, descanso entre jornadas y el descanso semanal) y los tiempos de desconexión. 6) Si el empleador decide implementar un sistema de registro de asistencias, el mismo deberá quedar detallado en el contrato. 7) La forma en la que el empleador provisionará al dependiente de las tecnologías de la información necesarias para el desarrollo del teletrabajo también deberá quedar estipulada en el contrato de trabajo.

Testimonios

Sofía es traductora, docente de inglés y escritora, trabajó presencialmente en un instituto hasta la llegada de la pandemia; ahí tuvo que reinventarse. Comenzó contactando a sus alumnos para ofrecer clases online, después a promocionar sus servicios de traductora en redes. Según dijo a EL TELEGRAFO, “al principio fue muy difícil y tuve que aprender rápido, los primeros dos meses dedicaba 8 horas diarias a promocionarme y buscar oportunidades, recién después de ese tiempo, conseguí mi primer trabajo como traductora en un sitio web de contenido de Singapur”.
Marcos desde hace varios años se dedica a transcribir clases dictadas y grabadas de distintas facultades. Los textos solicitados se utilizan luego para la confección de libros o manuales que los solicitantes distribuyen entre los interesados. “Tengo problemas de movilidad, y esta es la forma que encontré para ganarme la vida”, dijo.

Esteban es viudo y tiene dos hijas de 8 y 6 años; por esa razón le pidió a su jefa que le permita trabajar desde su casa para poder cuidarlas. Se dedica a mantener bases de datos, ingresando y controlando datos, pero se dio cuenta de que no le era posible, no lo lograba concentrarse en el trabajo.
Claudia vive con su pareja, es madre de un niño de 12 años y una bebé de año y medio, y también convive con su madre que es muy mayor y requiere algunos cuidados. Sus ventas de servicios por Internet (que es a lo que se dedica) han bajado muchísimo desde que trabaja desde su casa. Tiene metas semanales y mensuales que le son impuestas por la empresa para la que trabaja y –según dijo– “las interrupciones y distracciones son constantes, ya sea por las cosas cotidianas de la casa, o las necesidades de mis hijos y madre, cosas que antes atendía solamente al regresar de la oficina. Ahora estoy ahí, y se me hace imposible ignorarlas”.

En conclusión, los resultados son tan diferentes como personas consultadas, lo que se encuentra como irrefutable es que el teletrabajo es una oportunidad de producir y generar ingresos sin moverse de su casa, y como puede notarse al recorrer los llamados para cubrir puestos laborales, va en creciente aumento.