El lobito de río que fuera encontrado en la calle goza de muy buena salud

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Mejora el estado de salud del lobito de río que hace más de dos semanas fue encontrado en el medio de una calle al norte de la ciudad de Paysandú. Una persona que iba rumbo a su lugar de trabajo, vio a este pequeño lobito cruzando una calle a las 6 de la mañana y lo recogió para protegerlo de los perros y el tránsito. Luego se comunicó con el veterinario Germán Matosas –también integrante de Coendu (Conservación de especies nativas del Uruguay)–, quien no dudó en llevarlo principalmente para evaluar su estado de salud.

Lobita

“El lobito resultó ser lobita”, afirmó Matosas a EL TELEGRAFO y contó que “el hecho de que se dejara agarrar fácilmente implica que ya había sido cuidada por alguien; que estaba acostumbrada a que la agarraran”. Recordemos que los animales silvestres no se pueden tener de mascotas y tampoco está permitida su caza y comercialización.
“Cuando llegó acá, lo primero fue tratar de conseguirle comida. Lo que necesitaba era peces o crustáceos de río y conseguí algo de pescado congelado. También le di un complejo de vitaminas y minerales que yo les doy siempre a los animales como suplemento para el aporte extra. El pescado que se compra viene en filetes y ellos cuando comen el pez, lo comen entero, con todos los huesitos y con la materia que trae en los intestinos de lo que comió esa mojarra; con eso reciben el aporte nutricional que ellos necesitan”.

Grandes desafíos

La fauna autóctona debería permanecer en su hábitat natural por su bien y por el equilibrio de los ecosistemas. Todo entendido en cuestiones de biodiversidad sabe que cuando se rescata un animal silvestre por alguna razón, la prioridad es salvarlo pero siempre pensando en reinsertarlo en su ambiente lo antes posible. Este caso había que estudiarlo muy bien para ver cuán domesticado estaría, es decir, si estaba demasiado acostumbrado al humano o había sido separado muy recientemente de su madre. De eso iba a depender la posibilidad de liberarlo o no.
“El primer desafío fue tratar de recurrir a la comida viva. La idea era que ella pudiera capturarlos y cazarlos para poder intentar después una suelta en la naturaleza”.
“Ahí fue que me compré un mojarrero –porque yo no pesco, me gusta pescar pero en un momento de mi vida dejé por un tema de conciencia animal o como lo quieran llamar— y salí a pescar mojarritas.

Por suerte había otra gente pescando que tuvo más éxito que uno y les pedí algunas más. Cuando llegué, se las dejé recién sacadas del agua y las comió”, contó Matosas, satisfecho de esos logros que eran muy buenas señales para pensar en una liberación.
El veterinario explicó que por día, la lobita consume unas 30 mojarras que debe distribuírselas durante la jornada, y cuando no hay suficientes, completa con pescado congelado y en la tardecita sale a pescar nuevamente.

“Lobita mediática”

Naturalmente cuando suceden estos encuentros no muy comunes de un animal que no encontramos a menos que frecuentemos sus ambientes, la noticia de la lobita trascendió primero en las redes y luego en medios locales y nacionales. Desde el principio estuvo en un lugar muy seguro bajo cuidado veterinario y alejada de la presencia humana todo lo posible, alimentada en su mayor parte con peces vivos y con la conciencia de no “mascotizarla” en absoluto, porque todo indicaba que podría ser reintroducida en su hábitat pronto.
Así fue como le llegó al Dr. Matosas la comunicación con el Ministerio de Ambiente, que fue quien hizo un seguimiento del estado del animal y que, junto al veterinario, empezaron a pensar en posibles lugares para su suelta.

En espera

“Ya llegó la autorización para reinsertar a la lobita, estamos en espera para coordinar fecha y lugar, que será obviamente dentro de un área protegida”, finalizó Matosas.
El ejemplar hembra de lobito de río se notaba con mucha fuerza y EL TELEGRAFO pudo observar cómo devoraba su comida y lo mucho que había evolucionado su estado desde la primera vez que se la vio.
Se espera con gran entusiasmo que pueda volver a la naturaleza, nadar a gusto y encontrarse con los de su especie muy pronto.