La experiencia de un payador de Paysandú en Puerto Rico

De 9 al 18 de diciembre, el payador Leonardo Silva se presentó en diversos puntos de Puerto Rico, en el marco del festival “Trovadores del Mundo en Navidad”, cumplido en ese país. El artista sanducero fue uno de los dos representantes de Uruguay en el festival, junto a José Silvio Curbelo, considerado el mayor referente actual del arte payadoril en el Río de la Plata.

“Tuvimos siete actuaciones frente al público, en siete ciudades distintas, más otras actividades. Grabaciones para programas de YouTube, por ejemplo, y otras que compartimos con otros repentistas, músicos y bailarines que conocimos ahí en Puerto Rico”, relata Leonardo, que fue convocado a participar mientras se encontraba en Miami, visitando a unos poetas cubanos. Del festival, que se organiza anualmente, participaron artistas de Puerto Rico, Uruguay, Argentina, México, Colombia y Panamá. “Cada uno improvisaba en su estilo, con lo suyo. Muchos tienen músicos atrás, y nosotros, los del Río de la Plata, somos los únicos que nos acompañamos con el instrumento, con la guitarra. Se cantaba alguna canción, y a la vez se improvisaba”.

El sanducero –que además de cantar en los escenarios, impulsa un taller y organiza encuentros de payadores en Paysandú– destaca que fue una gran experiencia “el intercambio de culturas, conocer otras costumbres de otros músicos, de otros poetas, conversar con ellos. Y compartir la calidez humana de las personas, del público de Puerto Rico. Esa calidez con la cual te van a abrazar después de la actuación, o te piden una foto, muy humildemente, muy amablemente. Realmente, nunca en mi vida había vivido algo así”. Le sorprendió mucho la celebración navideña de los portorriqueños, que se extiende durante 4 meses, desde octubre hasta avanzado enero. “Sienten mucho la Navidad. Hay un clima navideño que nunca vi acá”.

Una gran motivación

Con 33 años, y 7 como payador, considera que está todavía en una etapa temprana de su trayectoria. “Me la he tomado con mucho compromiso, y todas estas cosas que nos están pasando realmente son una gran motivación, para mí y para los muchachos del taller. A ellos también les da mucho impulso el hecho de ver que se puede llegar a otro país, a otros lugares. En este caso con la religión de uno, que es el arte. Realmente te va abriendo puertas”.

Valora haber podido improvisar todos esos días con José Silvio Curbelo, “el máximo referente de las payadas, no solamente en Uruguay, sino también Argentina. Él, en su tiempo, con otros compañeros –Roberto Ayrala, Rodolfo Lemble–, abrieron camino. Porque en otros lugares no se conocía la improvisación del Río de la Plata, no creían que aquí también se improvisaba. Entonces él abrió caminos en Brasil, Chile, Puerto Rico, Islas Canarias también… Ese camino es el que tenemos que cuidar y preservar nosotros ahora”.

Y valora sobre todo haber finalizado 2022 “con algo que a uno lo motiva mucho, y que fue una sorpresa del destino, más allá de que uno se prepara, estudia… Yo dirijo esto de los talleres sin ningún tipo de costo para los muchachos, porque es algo que realmente se siente. Y lo que se siente se ama, y lo que se ama no tiene precio. Tiene valor, pero no tiene precio. Entonces, para mí tampoco tuvo precio esta oportunidad que me dio el destino, y es un incentivo para seguir adelante”.