La osteopatía ante el síndrome del text-neck

Por Marilina Odella

¿Cuántas horas por día estamos con el celular en la mano leyendo y escribiendo?
Seguramente la mayoría de nosotros permanecemos muchas horas con los brazos en ángulo de 90º, sosteniendo con ambas manos un dispositivo móvil con una pantalla de minúsculas letras. Pero, ¿somos conscientes de la posición que adopta nuestro cuello todo ese tiempo? Sin dudas que lo notamos cuando ya debamos acudir a algún tipo de tratamiento preventivo, o bien, cuando decidimos directamente tomar un calmante.

Con el uso de los dispositivos móviles vinieron muchos beneficios en lo que a tecnología y comunicaciones concierne, pero también se empezó a notar un deterioro cada vez mayor, de la salud física y mental del ser humano.

Ya se venía dando un problema notorio de dolencias en la columna vertebral debido al uso frecuente de las computadoras que derivó en una serie de medidas que hubo que adoptar –entre ellas la correcta postura cuando estamos sentados, determinada distancia y altura de escritorio y silla y otras —y de un tiempo a esta parte, le ha tocado a las cervicales sufrir daños a veces muy graves por la utilización exagerada de los teléfonos móviles.

Cómo trabaja la osteopatía

Quinto Día dialogó con Nicolás Fernández Morales, licenciado en fisioterapia y máster en osteopatía, egresado de la Escuela de Osteopatía de Madrid (EOM), sucursal Montevideo. Desde hace 20 años trabaja en Paysandú y varios departamentos del Uruguay.

“Para quien no conoce, la osteopatía es una terapia que realizamos solo con las manos, que busca el equilibrio del paciente; que los sistemas confabulen para su bienestar. Se evalúa mediante test de movilidad en el que uno va verificando si el cuerpo se mueve bien y a través de eso nos damos cuenta si un sistema está fallando más que otro, porque el cuerpo se maneja con compensaciones, se adapta. Si no funciona bien un sistema, inmediatamente para que el cuerpo no duela va sobrecargando otro sistema”, explicó el osteópata. Agregó que “la osteopatía es un tipo de medicina complementaria que atiende no sólo lo musculoesquelético sino lo visceral y lo craneal –a mí me incumbe lo musculoesquelético porque soy máster en osteopatía y no un doctor en osteopatía que puede abarcar todo lo otro— y no se conoce mucho porque es muy preventiva. Encontrando el equilibrio en el cuerpo, el cuerpo se subsana. El cuerpo sano tiene la medicación intrínseca”.

El papel que juegan las emociones

Esta medicina complementaria es una terapia holística, es decir que relaciona el malestar con el cuerpo, la mente y el espíritu del ser humano y dentro de ese relacionamiento “las vísceras son algo fundamental porque son las promotoras de pensamientos y emociones”.

La enfermedad de la tecnología

El término “text-neck” lo adoptó el quiropráctico estadounidense Dean L. Fishman en el año 2008 en referencia a todos los problemas que ocasiona el uso prolongado de aparatos inteligentes a la zona cervical. Si prestamos atención, la mayoría de las veces que utilizamos un celular, tablet o incluso una computadora que no está ubicada a la altura correcta, lo que hacemos es inclinar nuestro cuello y así podemos pasar durante horas, creando una enorme tensión en esa zona del cuerpo.

“En el caso del Text-neck, cuando uno habla de síndrome ya está hablando de un proceso que tiene muchos síntomas. No es solo uno, viene con un conjunto de manifestaciones que son dadas por los extremos, es decir por hacer mucho de algo. Con el correr del tiempo ha habido muchos cambios y en ese proceso de adaptación se ve perjudicado el cuerpo, que no está preparado para eso. Tenemos una estructura esquelética que tiene curvaturas. Por ejemplo, la columna tiene curvaturas fisiológicas (lordosis, cifosis), y ante esta mala postura prolongada, se pierden esas curvaturas fisiológicas y esto acarrea muchos problemas. Si empezamos a recargar una parte, esa parte no va a resistir porque está preparada para una función determinada. Si lo sobrecargamos, el cuerpo se va a adaptar, va a compensar y va a empezar a tener síntomas que terminan generando un síndrome”.

No solo la inclinación del cuello durante mucho tiempo deriva en un caso de text-neck. También inciden factores como una alimentación no muy saludable y con ciertas deficiencias que puedan terminar en un problema de vista; así como también un incorrecto tiempo de descanso o su ausencia.
“Todo hace que el cuerpo se manifieste; es muy sabio. La tecnología fue abrumadora y el sistema nos llevó a estar con la pantallita todo el día y conspiró para que el cuello cambie su curvatura”.

“Anatómicamente hablando, el cuello tiene una lordosis, una concavidad posterior que, al colocarse en posición para ver mejor la pantalla, la curvatura empieza a cambiar y ahí se produce el choque articular y de facetas que provoca que los nervios que están en la columna sean agredidos y terminan con dolor en el cuello y otros síntomas que van afectando a todo el cuerpo”.

Los síntomas

Los frecuentes dolores de cabeza y cuello, irritabilidad, ansiedad, rigidez de cuello; manifestaciones oculares como astenopia, xeroftalmia y miopía, mareos y vértigos, son algunos de los síntomas que abundan en la población en la actualidad.

“La cervicalgia – ‘algia’ es dolor, o sea el dolor en la cervical— depende de si es provocado por la parte articular o muscular, o si la raíz nerviosa se comprime. Puede ser dolor localizado o irradiado hacia cabeza y brazos. Cuando se afecta al cuello, éste tiene las raíces nerviosas que le dan vida a los brazos y al afectarse los brazos se produce una neuralgia cervicobraquial (la llamada ciática de brazos)”, explica Fernández.

La inclinación y el peso

Un reciente estudio publicado por CBS News, afirmó que las personas estamos de 2 a 4 horas por día con el cuello inclinado utilizando un Smartphone, lo que equivale a 700 a 1.400 horas al año. Sumado a que la cabeza de un adulto pesa entre 4 y 5 kilos y al inclinarla 60 grados al mirar la pantalla les significa a las vértebras cervicales un total de casi 30 kilos de presión.

A esta “enfermedad tecnológica” la padecen personas de todas las edades, pero los síntomas se empiezan a notar más ya de adultos.
“Se subestiman generalmente mucho los dolores en niños que uno piensa que no puede pasarles porque son niños y se acude inmediatamente a la medicación, pero este problema arranca de jóvenes edades. Hoy en día me llegan consultas desde preadolescentes a personas de 70 y 80 años”, acota el máster en osteopatía.

Hablemos de prevención y tratamientos

En cuanto a la prevención del text-neck, se podría decir que bastaría con una postura correcta al sentarnos o pararnos y llevar el dispositivo móvil hacia nosotros y no nuestra columna y cervicales hacia el dispositivo. Pero en la práctica, es tal la concentración hacia el aparatito, que olvidamos todo lo que nos rodea, incluso el mal que le hacemos a nuestro cuerpo.

“Cuando uno habla de tratamiento, siempre se tiene que analizar cuál es la causa principal. Si hablamos de sobrecarga de horas de pantalla debemos minimizar ese tiempo de sobrecarga. Todo extremo es malo. En el trabajo debemos tomarnos descansos más seguidos –aproximadamente cada una hora– y por supuesto mantener la postura correcta ante el monitor y en el caso del uso de celulares, mantenerlos a la altura de nuestros ojos o ligeramente debajo. Todo va de la mano, porque el mismo estrés es provocado por las vísceras y viceversa, ya que la estructura gobierna la función y la función la estructura. Las vísceras están enrabadas a la columna sobre todo a la parte dorsal, son parte del estrés y de las emociones. También por dentro se tensionan y al hacerlo nos cambia la postura, nos hace flexionar y sobrecargar la parte posterior del cuerpo. Es un síndrome que se ve potenciado por el estrés que nos hace sobrecargar y meter más mochilas en el cuello. Depende de la inclinación que tengamos, más peso va a darle a la vértebra y a la columna”.

Fernández explica que esto también sucede cuando leemos un libro, es una postura bastante parecida a la que adoptamos al estar con un celular. Entonces “si vamos a leer un libro, entre las 3 o 4 páginas, conviene hacer un movimiento de cuello, descansando esa tensión que tenemos por la visión, por la posición del cuello y también por la posición de los brazos con el libro”.

Además, sugirió que luego de varias horas de trabajo, podemos darle frío a la zona cervical o masajes. “Dependiendo de la persona y el grado de gravedad es lo que se debe hacer. Depende de su fortaleza, su actividad física y todo su contexto. Agarrado a tiempo, van a ser menos los tratamientos para resolver el problema”. En la terapia que compete a Nicolás, se va evaluando qué es lo que está afectando al paciente. Cómo se mueve, “no solamente cuello sino columna dorsal y todo el cuerpo. Si fuera solo un problema en las cervicales hay manipulaciones para eso, hay posturas, estiramientos; variado el tratamiento de acuerdo a la persona y la causa. Pero lo principal es eliminar un poco la sobrecarga principal”.

Cuando hacemos “sonar” el cuello

Algo muy común en nosotros cuando percibimos una contractura o como si tuviéramos “trancada” la movilidad del cuello, es acudir a esos movimientos que nos hacen “sonar”. Sentimos que cuando se escucha ese “crack”, el alivio va a ser inmediato.

Sin embargo “debe ser muy medido. Cuando uno se quiere desbloquear una parte del cuerpo es porque esa parte no se está moviendo bien y el paciente lo percibe. Pero a la hora de hacer la movilidad, no debe ser con mucho rango articular, con mucha amplitud de movimiento porque estaría manipulando no solamente la vértebra que está hipomóvil sino otras que se mueven perfectamente. Entonces hacemos una rotación grande y hacemos sonar otras partes que no lo necesitan y ahí estaremos empeorando el cuadro”. Lo mismo sucede cuando pedimos a cualquier persona que nos haga ese movimiento aun sabiendo que no es alguien con conocimientos al respecto. “Todo es digno de una consulta y con alguien capacitado”.

Si se vuelve crónico, el text-neck puede acarrear patologías más serias como desgarros musculares, degeneración osteomuscular a nivel cervical y llegar incluso a requerir de cirugía.

Fernández finalizó explicando que “se debe evaluar todo el sistema desde diferentes especialidades como otorrinolaringología, traumatología, etc.”
“Necesitamos ser más inteligentes al utilizar los dispositivos inteligentes”. (Dr. Robert Markinson)