Puesta a punto de la fachada de Casa Parroquial de la Basílica

La Casa Parroquial San Benito de Palermo, esa extensión elegante de la Basílica hacia 18 de Julio, también merece su atención. No solo porque tiene más de 100 años de vida, sino porque necesita sus caricias y agasajos. Así como el principal templo religioso de la ciudad, ícono sanducero y monumento histórico nacional, prevé remodelaciones, este lugar que abarca toda una esquina entre la iglesia y el Colegio del Rosario, precisa de sus retoques.
Esto se traduce en la restauración de la fachada, su limpieza, pintado –cambiará de color– y la utilización de las dos ventanas esquineras para realizar exposiciones. La inversión rondaría los 15 mil dólares y se prevé finalizar las tareas en marzo.
El párroco de la Basílica, padre Rubén Avellaneda, recordó que en 2019 se recuperaron los balcones de la Casa Parroquial que sufrían algún tipo de desprendimiento. “Ahora la refacción significa el hidrolavado que hicimos para ver hasta dónde aguantan los revoques y lo que hay que recuperar de las molduras. La parte de albañilería y la pintura”, dijo a EL TELEGRAFO.
“Y recuperar la esquina”, continuó en relación a lo más particular de estas obras. “Ahí haríamos una parte de vidrieras para muestras temporarias. Muestras que pueden ser artísticas o históricas, religiosas o de la ciudad, de forma gratuita. Ya comenzamos con un grupito (dentro de la parroquia) que se va a encargar de ese lugar de la esquina”, detalló.
Esas vidrieras estarán formadas por las puertas ubicadas una de cada lado de la esquina y que hoy son portezuelas dobles de madera y vidrio cerradas, y que nadie abre. “Están ahí, cerradas. Serían de vidrio Blitzen, tanto la que queda por Montecaseros como la de 18 de Julio”, comentó Avellaneda. “La cuestión es recuperarlas también por una razón de vecindad con los comercios. Es una esquina espectacular y nosotros la tenemos tapiada. Entonces yo digo que sea un lugar que tenga cierta visibilidad y quede prolijo. Y si se le da una utilidad social, mejor, esa es la idea”, remarcó.

Hidrolavado

El párroco indicó que, como primer paso, ya se hizo el trabajo de hidrolavado de la fachada: lo siguiente será observar lo relacionado al revoque y a la pintura. Para ello, cuentan con asesoramiento profesional. “Tenemos a la arquitecta Fabiana Bartesagui que nos asesora. Se están pidiendo los presupuestos para la pintura, por lo que el año pasado salimos a pedir colaboración. La arquitecta dirá en qué medida habrá que hacer un trabajo más en profundidad”, aseguró.
“También en la elección de los colores, porque el color va a cambiar (hoy está de rosado). A su vez, ella está viendo si jugamos con algo de luces, iluminando la fachada o los balcones, con focos desde la vereda o poner algún farol. La idea es colocar algunos adornos especiales en los balcones. Veremos. En todo esto siempre dependemos del tema económico”, subrayó Avellaneda.
En ese sentido, el religioso mencionó que bajaron “considerablemente” los costos iniciales; de cualquier modo, “es una plata”, la que es “siempre una necesidad y un requerimiento”. “No solo supone el material sino además la mano de obra”, dijo.
El párroco de la Basílica enfatizó que este tipo de circunstancias remueven a los sanduceros que, más allá de ser cristianos o no, ponderan este monumento y todo lo relacionado a él: “Por las redes sociales se publicaron imágenes del hidrolavado. Y es impresionante la opinión de la gente. ‘Ya era hora’, ‘qué bueno’, ‘felicitaciones’, decían algunos mensajes”.
“Claro, el lugar es muy importante en la ciudad. Es un edificio que está al lado de la Basílica y cumple un rol más allá de lo religioso. Porque alberga los libros históricos de los registros de partidas de nacimiento, muertes, bautismos, casamientos desde 1805, época en la que no había registro civil, que comenzó en 1880. Los primeros libros están acá, por eso viene la gente a pedir ciertos datos cuando quieren sacar una partida para su ciudadanía extranjera”, relató.

Obra social

Avellaneda ponderó, al mismo tiempo, la obra social “enorme” que parte de la Casa Parroquial San Benito de Palermo, con los “baños públicos”, el “comedor de los sábados”, la “ropería” y el “banco de remedios” los lunes y viernes de “forma gratuita”; y la posibilidad de acudir gratuitamente a grupos de autoayuda, como alcohólicos anónimos o narcóticos anónimos. “La gente lo sabe y viene más allá de lo religioso. Es un lugar donde se acude por muchas razones; a veces para desahogarse o para buscar una orientación en situaciones que está viviendo, personal o familiar”, aseveró.
Con el tiempo, este edificio centenario ha tenido algunas restauraciones internas, como ciertas ampliaciones o el cambio de las ventanas originales de madera por unas de aluminio (por una cuestión de mantenimiento); lo que sí no se cambiará en esta nueva refacción, son las puertas de madera –que están desde el principio– tanto la principal por Montecaseros como la que da hacia 18 de Julio. El padre Avellaneda está convencido que con esta refacción se da un paso importante para cuidar un valor cultural, patrimonial y religioso. “Va a quedar lindo y renovado”.