Transporte ordenó eliminar el radar frente a la escuela de Guaviyú y modificar cartelería con velocidades máximas

En Constancia fue retirada la cartelería contradictoria respecto a los límites de velocidad.

El Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) ordenó a la Intendencia de Paysandú eliminar el radar que se encuentra ubicado en el kilómetro 428 de ruta 3, frente a la escuela 37 Rural de Guaviyú, así como la adecuación de la cartelería que advierte de la presencia de radares como del límite de velocidad, en la medida que se detectó que algunos estaban tan cercanos que impedían a los conductores regular la velocidad para evitar ser multados por el radar.

Así lo determinó una carta enviada el 9 de noviembre al intendente Nicolás Olivera por el ministro de Transporte y Obras Públicas, pero conocida en las últimas horas debido a un pedido de informes realizado a través de la Cámara de Representantes por la diputada Nancy Núñez, desde que la Intendencia no informó sobre estos cambios que debió implementar. La fiscalización electrónica mediante el uso de radares comenzó el 1º de setiembre, con cuatros puntos fijos en la ciudad, dos radares móviles y tres puntos fijos en ruta 3, con el objetivo de controlar velocidad de circulación y cruces con semáforo en rojo.

LO ORDENADO POR EL MTOP

“Ante reiteradas comunicaciones por parte de los usuarios en donde manifiestan su disconformidad con la aplicación de las multas resultantes de la fiscalización efectuada por la Intendencia, se procedió a efectuar una inspección por parte de nuestros técnicos constatándose que los mismos no cuentan con la señalización que cumpla con los requerimientos dispuestos en la mencionada resolución, así como inconsistencia entre la velocidad autorizada y la establecida para la fiscalización”, expresa la carta enviada por el ministro Falero.

“También debemos agregar que las distancias entre el radar y las señales son inadecuadas no permitiendo ajustar la velocidad a la reglamentaria; en el caso del radar instalado frente a la escuela 37 Rural de Guaviyú no cumple con la finalidad de proteger zonas pobladas y en este caso el entorno es rural”, subraya luego.
En consecuencia “solicita a la Intendencia de Paysandú que adecue la instalación de los radares oportunamente autorizados a los requerimientos dispuestos en la Resolución, así como efectúe el retiro del radar ubicado frente al mencionado establecimiento educativo, todo previa coordinación y aprobación de la División Seguridad en el Tránsito de la Dirección Nacional de Vialidad”.

INFORME DE DIRECCIÓN NACIONAL DE VIALIDAD

Por otra parte, el 8 de noviembre de 2022 –un día antes de la resolución de Falero– la Dirección Nacional de Vialidad a través de la División Seguridad en el Tránsito, expuso que “La Intendencia de Paysandú, a través del expediente 2022/10/1/335” solicitó autorización “para la instalación de tres radares para fiscalizar la velocidad en ruta 3 a la altura de Constancia, en la escuela 37 de Guaviyú y en la zona de Chapicuy. La misma fue autorizada con fecha 4 de marzo de 2022 con la directiva que se cumpliera con las condiciones técnicas informadas”.
Y determina las irregularidades encontradas, en las que luego se basa el Ministro de Transporte, al indicar que “ante reiteradas llamadas y quejas de usuarios se procedió a realizar una inspección de los puntos, constatándose que los mismos no tienen la señalización que se indicó en el trámite de autorización, que existen inconsistencias entre la velocidad existente en la ruta y la previa al radar y que las distancias entre las señales y el radar son inadecuadas para que operen como información sobre la presencia del mismo”.

EL PEDIDO DE INFORMES ORIGINAL

El que estos documentos se hicieran públicos obedece a un pedido de informes de la diputada por el Partido Nacional Nancy Núñez, ingresado el 1º de noviembre, en el cual estableció el interés por conocer “el objetivo de la instalación de tres radares en una extensión menor a 100 kilómetros; estadísticas de siniestralidad en los últimos tres años; las contradicciones en la cartelería con relación a las velocidades máximas; términos del convenio con la Intendencia de Paysandú; monto recaudado en el primer mes de instalación; factibilidad de operativizarlos como disuasivos; y campaña educativa realizada para bajar la siniestralidad en la zona”.

Nancy Núñez subrayó que dio ese paso porque “desde la instalación de estos tres radares, en setiembre pasado, he recibido infinidad de planteos de usuarios que no perciben que se trate de una medida efectiva para evitar los siniestros de tránsito, sino por el contrario se trata de una medida abusiva, que confunde a quien circula por esa ruta”.

CÓMO FUNCIONA

El sistema funciona de la siguiente manera: cuando el radar detecta una infracción, activa la toma de una foto. La imagen luego pasa a un doble control; el primero realizado por la empresa adjudicataria y otro por parte de funcionarios de la Dirección de Tránsito. Una vez que queda firme la infracción, en caso de que la persona tenga domicilio en Paysandú se le hace llegar una notificación por correo y también se publica en el diario oficial. Para aquellos vehículos que están matriculados fuera del departamento, se notifica a través del diario oficial.

HABÍA SIDO ADVERTIDO POR EL TELEGRAFO

Ya el 22 de octubre del año pasado bajo el título “Trampa cazabobo” EL TELEGRAFO había advertido de incongruencias en la cartelería que luego fueron refrendadas por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), que ordenó se procediera a recomponer la señalética atendiendo a las distancias reales necesarias. En la mencionada edición EL TELEGRAFO establecía que “atendiendo un histórico reclamo de los vecinos, la Intendencia instaló radares con cámaras de fotomulta para controlar la velocidad en ruta 3. La iniciativa es compartible, por cuanto el tránsito no suele respetar los límites de velocidad en algunos lugares densamente poblados de zonas rurales, como es el caso de Constancia, a 16 kilómetros al norte de Paysandú por ruta 3”. Dicho esto, explicó que “en este caso en particular se da la contradicción de que el cartel que marca el inicio del tramo frente al poblado, de gran tamaño y con el nombre ‘Constancia’, establece claramente que la velocidad máxima permitida es de 60 kilómetros por hora, mientras que unos metros más adelante hay otro cartel mucho más pequeño que reduce el límite a 50 kilómetros por hora. Por otra parte, 50 kilómetros por hora en una ruta nacional no parece una velocidad razonable, cuando en cualquier avenida de la ciudad con mucho mayor densidad de tránsito y de peatones está permitido circular a 60 o hasta 75 kilómetros por hora, incluso en proximidad de escuelas –caso de avenida República Argentina y Enrique Chaplin; o avenida Soriano y Varela, donde hay un centro educativo a 100 metros–“.

“Pero mucho más grave aún es lo que ocurre en ruta 3, unos kilómetros al sur de las termas de Guaviyú, donde no hay centro poblado alguno pero se limitó la velocidad a 45 kilómetros por hora porque allí hay una escuela. En casos así lo que corresponde es establecer los controles pertinentes exclusivamente en horario de entrada y salida de los estudiantes, por lo que un radar de fotomulta permanente no es una solución adecuada”, destacó asimismo.

Posteriormente recuerda que en el mes de setiembre las multas aplicadas por el sistema de radares urbanos y en ruta ascendió en setiembre a 1.800.000 dólares, el 85% de esa cifra solo en los tres radares ubicados en ruta 3. Aun cuando esa cifra es la establecida por la fotomulta y no la efectivamente recaudada, pues toda persona multada tiene un periodo para presentar descargos, resulta una cifra de enorme impacto, precisamente generada en el mes cuando aun no se conocía debidamente el sistema y quienes viajaban de fuera de la región, no estaban advertidos de su existencia.

En un editorial publicado el 29 de octubre se indicó que “cuando se detalla que el 85% de ellas provinieron de los tres puestos de ruta 3 la lectura es diferente. Y hay que considerar también que era recién el primer mes de aplicación y no muchos conductores estaban alertados de la existencia del radar. También cabe agregar –y esto relativiza un poco las expresiones del ministro de Transporte, José Luis Falero–, que particularmente el que está al sur de termas de Guaviyú se encuentra saliendo de una curva, donde lógicamente las preocupaciones de quien viene conduciendo un vehículo se multiplican y quizás no sea tan visible el cartel que anuncia un radar. Una solución para evitar que los conductores lleguen desprevenidos sería colocar algún anuncio más, y más visible, un poco antes de la curva”.