Uruguay en el camino del hidrógeno verde

El hidrógeno “verde” es el que se produce a partir de fuentes de energía renovables, como la electricidad generada por aerogeneradores o paneles solares.

El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), en conjunto con la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), lanzó en junio del año pasado la primera convocatoria internacional para el desarrollo de proyectos piloto de hidrógeno verde en el país. El gobierno pretende sumar un elemento más a su programa de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, en una primera apuesta a diez años con un subsidio por parte del Estado de diez millones de dólares.
Se estima que para 2040, la producción de hidrógeno podría acercarse a 1 millón de toneladas por año, y que para ese año la facturación por medio de este rubro le daría a Uruguay 2.100 millones de dólares anuales. A su vez, el desarrollo de esta industria podría generar más de 35 mil puestos de trabajo directos calificados en construcción de plantas, operación y mantenimiento, logística y educación técnica, asegura un documento con base en datos de la consultoría realizada por McKinsey.

En abril de 2021 se había realizado el primer data room por el gobierno, en el que se presentó el plan H2U enfocado en la producción de hidrógeno renovable para uso en transporte pesado y de larga distancia. El objetivo final apunta a consolidar a Uruguay como un proveedor y exportador de este producto y sus derivados.

“Está enmarcado en lo que hoy podríamos denominar una nueva revolución energética del mundo. Como lo fue el petróleo en su momento. ¿Por qué? Porque hoy hay algo que presiona ese cambio, que es el cambio climático. Y el mundo necesita encontrar combustibles renovables que permitan mitigar la quema de fósiles y las emisiones de gases de efecto invernadero y de calentamiento global. Esos compromisos que el mundo ha asumido, ha disparado esta revolución energética hacia las energías verdes”, dijo a EL TELEGRAFO el subsecretario del MIEM, Walter Verri.
El jerarca subrayó que el hidrógeno verde es “sin dudas” el energético que está llamado a sustituir a los combustibles fósiles en aquellos procesos de gran consumo y de necesidad de volúmenes importantes de combustible. Por lo tanto, esta búsqueda de avanzar hacia la producción de hidrógeno “no es solamente” de Uruguay. “Es una tendencia mundial”, subrayó.

El llamado a los proyectos piloto para el transporte pesado y de larga distancia finalizó con la presentación de una decena de empresas. “Entendíamos que debía ser un piloto para generar conocimientos, capacidades, conocer más del negocio, ver cómo funciona en el país, para articular con la academia y con los que lo van a desarrollar. Se va a adjudicar en breve”, continuó Verri.

Previamente, los equipos técnicos del MIEM, Ancap y UTE mantuvieron 35 reuniones con empresas, grupos empresariales e instituciones de 16 países, en las que se percibió gran interés de importantes actores de la industria del sector energético y del hidrógeno en particular, informó El Observador en febrero pasado. También hubo una gira por Europa para conocer la evolución de los mercados a nivel global y ver cómo podía posicionarse Uruguay para atraer inversiones.
“Seguramente” antes de 2025 “podamos ver” algún vehículo movido por hidrógeno en el país, “lo que va a ser parte de ese proyecto piloto. Parece lógico pensar que lo más fácil sería empezar por camiones para transporte de carga pesada, de larga distancia, y por un piloto de esta magnitud, que es pequeño si uno mira al mundo, pero acorde a las posibilidades y escala nuestras”, señaló el también secretario general del Partido Colorado en Paysandú.

En este contexto, Uruguay cuenta con una “posición privilegiada” para la generación de hidrógeno, de la mano de una “independencia energética: el 97% de la producción de energía para abastecer nuestro consumo proviene de fuentes renovables. Eso nos permite pensar en la segunda transición energética, la cual hemos comenzado a diseñar desde que asumimos y que es básicamente la movilidad eléctrica y la eficiencia energética, es decir, la descarbonización de la industria”, dijo Verri.

Así, Uruguay tiene potencialidades para convertirse en un generador de hidrógeno a precios muy competitivos, y transformarse en un país netamente exportador de hidrógeno. “Obviamente, esto va a comenzar con cosas menores. Seguramente entre 2025 y 2030 tengamos consolidado un mercado de derivados del hidrógeno, como sin dudas lo será el metanol, y que incluye a Paysandú. Esta es una zona donde hay enorme interés en producir metanol a partir de la captura del CO2 de la chimenea de Alur y por eso Ancap está haciendo el pliego de condiciones para hacer un llamado a interesados”, ahondó el subsecretario de Industria.

Modelo de negocio

El proyecto H2U tiene un modelo de negocio privado. Las empresas deberán proveer de una flota vehicular de ómnibus y camiones a los consumidores, y sumar ya acuerdos de demanda para el hidrógeno verde que se va a producir. Se apunta a una flota de al menos diez ómnibus de nueve metros de largo o camiones de 17 toneladas. Se calcula que la distancia mínima que recorrerá esta flota es de 3.500 kilómetros por día. La energía eléctrica que consuma la planta –con una capacidad mínima requerida de 1,5 MW– podrá ser entregada por UTE, a través de un modelo de precios que negociarán de acuerdo a su demanda y horarios de consumo diarios o semanales. También existe la opción de que la energía sea autogenerada.

Los privados deberán instalar una planta propia, pero también se ofrecerá la posibilidad de utilizar las instalaciones de Ancap en la planta de Capurro. Los interesados también podrán hacer uso de los beneficios previstos en la Ley de Promoción de Inversiones.

Verri dejó en claro, no obstante, que está todo “por hacer” y que el mundo “recién” avanza hacia este desarrollo. “La idea es que hagamos una curva de aprendizaje y posicionarnos a nivel global y, eventualmente, ser exportador de hidrógeno”, expresó. Y puntualizó que “el problema es ambiental, nadie cree que la energía renovable es más barata que la fósil hoy. Pero tenemos que resolver un problema de calentamiento global”.

¿Qué es el hidrógeno verde?

El hidrógeno verde se produce a partir de agua y energías renovables. La obtención por electrólisis a partir de fuentes renovables consiste en la descomposición de las moléculas de agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2).
Históricamente, el hidrógeno se ha obtenido usando combustibles fósiles. Esta separación también se puede hacer con energía eléctrica o gas natural, pero la fórmula más amigable con el medio ambiente es producirlo con energía solar y eólica.
La reducción del costo de la electrólisis es uno de los desafíos más grandes que tiene el mundo en la actualidad, debido a la importancia que toma el hidrógeno en la reducción de emisiones. La molécula de H2 tiene alta densidad energética por unidad de masa; 3 veces más que la gasolina y 120 veces más que las baterías de litio.
El hidrógeno verde se utiliza en la refinación de combustibles fósiles, en la producción de amoníaco, y en la industria del acero. Actualmente se están desarrollando nuevas aplicaciones, en las cuales el hidrógeno se quema en forma directa o genera electricidad a través de dispositivos llamados celdas de combustible con la combinación de hidrógeno y oxígeno del aire. En transporte existen vehículos con celdas de combustibles y estanques de hidrógeno. También se puede usar en el almacenamiento y producción de energía eléctrica y térmica; en la generación de electricidad en turbinas de gas; en procesos industriales y refinación de metales. En la producción de fertilizantes para la agricultura y en insumos mineros, utilizando amoníaco verde como materia prima.

Cómo funciona un auto de hidrógeno

La principal diferencia de un automóvil de hidrógeno es que, si bien es un coche eléctrico –son exclusivamente los motores eléctricos los que se encargan de hacer girar las ruedas–, su funcionamiento no es igual. Es un vehículo de pila de combustible se va generando la electricidad a medida que la necesita.
En lugar de almacenar la energía en baterías acumuladoras, estos utilizan una pila de combustible, algo así como una central energética portátil. En un auto de combustión la energía se obtiene al quemar los derivados del petróleo; en los de hidrógeno se procesa el hidrógeno para producir electricidad a demanda.
El hidrógeno (H2) a presión se almacena en unos tanques específicos. Este elemento se canaliza hacia la pila de combustible, donde se añade el oxígeno del aire ambiental para producir electricidad y, como producto residual, se obtiene agua (H2O). Porque, claro está, los autos de hidrógeno tienen caño de escape, pero no contaminan, solo expulsan vapor de agua.
La electricidad generada en la pila de combustible se destina a una batería, como en un auto eléctrico, la cual es la encargada de repartir la energía al o a los motores eléctricos de los que disponga el coche. También se puede destinar electricidad bajo demanda directamente de la pila de combustible a los motores eléctricos.
El sobrante de electricidad acumulado en la batería más la recuperación de energía conseguida a través de la frenada regenerativa se guarda en la batería, permitiendo a las mecánicas de pila de combustible funcionar incluso sin estar consumiendo hidrógeno.
Inversión, mejoras
en infraestructura
y facturación
Mientras tanto, el Instituto Uruguay XXI trabaja para promover la llegada de más inversiones en este rubro. Su vicedirectora, Inés Bonicelli, dijo que el hidrógeno verde “puede implicar inversiones para el país de por lo menos U$S 6.000 millones en los próximos años”.
A su vez, agregó que estos proyectos implicarán una mejora en la infraestructura, mientras que contribuyen a la descarbonización, y al alcance de las metas de sostenibilidad. “Además de tener efecto sobre el posicionamiento (del país) que derrama en inversiones en otros sectores de la economía, en los intereses que el Uruguay paga por su deuda, y por supuesto en hacer un mundo mejor”, dijo a El Observador.