Hoy comenzará a levantarse el piso del Estadio Cerrado, dándose así el primer paso de la remodelación a la que será sometido para transformarse en un centro de eventos de primer nivel.
El piso flotante ya tiene destino: el gimnasio del Club Rodó. La idea es que sea trasladado a la institución para que sea colocado en el gimnasio que viene teniendo grandes avances gracias al trabajo de un grupo de dirigentes y del básquetbol Senior del club, que han revitalizado la obra que estuvo demasiado tiempo parada.
La Intendencia acordó con Rodó que, una vez instalado allí el piso del Estadio Cerrado, los rodoenses tengan a disposición de manera exclusiva el gimnasio para que la Dirección de Deportes pueda seguir llevando adelante las diferentes actividades que hasta ahora tenían como sede al Coloso.
“Se realizó un comodato con Rodó para usar exclusivamente su gimnasio mientras esté la obra del Estadio Cerrado. Por ahora vamos a seguir como estamos, ya que en Rodó se tiene que hacer el contrapiso, y después de la Semana de Turismo ya tenemos definidos algunos lugares para llevar las diferentes actividades” mientras se cierran los trabajos en Rodó, explicó el director de Deportes, Guillermo Arias. Una vez que queden listas las obras de remodelación del Estadio Cerrado y éste vuelva a recibir actividad, Rodó tendrá en su gimnasio un piso de buena calidad que podrá utilizar para sus actividades.
El levantamiento del piso del Estadio Cerrado será el primer paso de cara a la remodelación. Está claro que con el piso colocado es imposible iniciar cualquier tarea, ya que no se preservaría.
La obra en sí podría comenzar sobre el 20 de marzo, y el primer objetivo sería comenzar a trabajar en la parte externa del escenario, puntualmente en el sector de tierra y césped.
El proyecto elegido para la remodelación a través de un concurso nacional permitirá que el escenario se transforme en un centro de eventos con todas las comodidades para recibir diferente tipo de espectáculos, no solo deportivos.
“El Estadio Cerrado es icónico, y el proceso de transformación tiene que respetar la identidad del lugar, pero estando a la altura de las exigencias modernas. No solo desde lo que FIBA solicita, sino de lo que la gente pide. Cosas que se demandan cuando uno paga una entrada”, había indicado el intendente Nicolás Olivera el pasado año, cuando presentó la idea ante la Federación Uruguaya de Básquetbol y de la FIBA.
En aquella ocasión confirmó, además, que la modalidad del concurso “que llevamos adelante con la Sociedad de Arquitectos del Uruguay, es un concurso licitación porque primero definimos qué queríamos hacer y cuánta plata teníamos para hacerlo (cuatro millones de dólares). Cada propuesta de los arquitectos tenía que venir validada de una empresa que diga que con ese dinero puede hacer el proyecto”.
El plazo de las obras será de unos 12 meses, según se proyectó en su momento.
Hoy, por lo pronto, comienza el primer paso, que permitirá diagramar la primera parte de las obras: sacar el piso.
