Escribe Danilo Arbilla: respaldar siempre II

Ni imaginaba que iba a volver sobre el tema tan pronto. Decíamos hace dos semanas: “Mientras los progresistas respaldan a los suyos, sea como sea, con pruebas o sin pruebas, los del otro lado (los demócrata-republicanos (DR)) son mas “flojos”, aceptan y cumplen con lo que dice la justicia, renuncian, echan gente, asumen públicamente responsabilidades”. Decía también: “No quisiera estar en los zapatos de la fiscal Gabriela Fossati. Depende lo que haga (referido al caso Leal): lo suyo puede pasar a ser ‘lawfare’”.

Digamos respecto a los DR que son como timoratos, vergonzantes, como que tienen cola de paja o prejuicios populistas; no quieren salirse ni un pelito de lo políticamente correcto; si la tribuna grita que son culpables, lo asumen aunque la justicia los considere inocentes y la gente los respalde. Lo que pasó en Colonia, con Moreira, la justicia lo eximió de toda culpa y el pueblo coloniense lo respaldó dando un palmo de narices a quienes en su partido se rasgaron las vestiduras declarándolo culpable de antemano.

Y para qué ir tan lejos. Lo de Adrian Peña es harto elocuente. Un error –grande por cierto– sobre un dato que “alguien pidió” , y notoriamente hizo trascender, a este señor le costó mucho. No solo el ministerio. Hay cosas que no se arreglan volviendo a ser ministro, pienso. Y todo por el grito de la tribuna y el pánico que les entra. No digo esconder los temas pero por lo menos sí esperar un poquito hasta que se le vean las patas a la Sota. ¿No?

Los otros los entierran, o los encarpetan y además no se filtra nada. Siempre víctimas. Víctimas del odio; ellos, ¡que nenes! Y son descarados: sobre el discurso del presidente oí como crítica que no se refirió al caso Astesiano, o al de los Pasaportes. ¿Cómo puede pretenderse que el Presidente interfiera o se meta en casos que corresponden al Poder Judicial? ¿Querían que hiciera lo que hizo Alberto Fernández en Argentina? Tampoco Lacalle se refirió al caso Carrera –va lento eso, y tan clarito que es– ni al caso Leal, ni a Morabito o al caso de los pasaportes desde su origen en el gobierno anterior. Son casos en manos de la justicia. No cabía incluso ni que hiciera mención a la lentitud, a los encarpetados y etcéteras.

Y lo de la fiscal no se demoró nada: en cuanto el caso Leal se complicó –éste se niega a explicar por qué se fue hasta Chui–, enseguida le empezaron a caer a la fiscal. Sin frenos, como en Argentina.
No vi que el Fiscal de Corte saliera a respaldar a la funcionaria, como sí creo, si no recuerdo mal, que lo hizo frente a supuestas o reales presiones del gobierno sobre el tema Astesiano.
Para defenderse Fossati recurrió a la justicia. Pienso que ese no es el camino; hay mucha jurisprudencia nacional e internacional en contra. Además les levanto un centro: ahora se rasgan las vestiduras. Dan cátedra sobre libertad de prensa, ellos ¡qué nenes! Quisiera que un tonto que habló de garantías y libertades me ubicara sobre lo que paso con Laura Raffo.
Pero ese equívoco, en mi opinión, no empaña para nada la tarea que viene cumpliendo la Fiscal. Malo si hubiera salido polemizar o se “los pasara por…” como dijo una vez una colega suya.

“El riesgo es que sea el Fiscal, muy sensible, quien se rasgue las vestiduras…” me dijo una abogado amigo.
Repito, no quisiera estar en los zapatos de la fiscal.
De todas formas no creo que pase nada. Yo creo en la seriedad de la Fiscal y en la seriedad del Fiscal.