Pare, mire y escuche

El 1º de marzo la empresa UPM anunció que, ante la inminente puesta en marcha de la producción en su planta fabril en Paso de los Toros (prevista para la segunda quincena del mes de marzo), se activará una la solución logística temporal de transporte de celulosa e insumos químicos. Esto, justifica, se debe al “desfasaje” de la construcción del Ferrocarril Central. Detalla la comunicación de la firma que se “diseñó e implementó un sistema de transporte carretero temporal para movilizar la celulosa y productos químicos” desde la nueva planta hacia la nueva terminal especializada en celulosa del Puerto de Montevideo y que este sistema logístico operará solo hasta que se pueda disponer del transporte ferroviario.

Este sistema de transporte alternativo y temporal tendrá como eje la Ruta 5 entre Paso de los Toros y el Puerto de Montevideo, por donde “unos 200 camiones transportarán la celulosa diariamente y unos 25 camiones los insumos químicos”. Las estimaciones de impacto prevén que los niveles de servicio “de las rutas y las intersecciones mantendrán buenas condiciones de circulación y no se modificarán por la presencia de los camiones vinculados a la operativa temporal de transporte carretero”, según determinó un estudio realizado por CSI Ingenieros. Se detalla que los productos a transportarse por la ruta son: “pasta de celulosa, hidróxido de sodio, ácido sulfúrico y fuel oil”, y destaca que se trata de “productos que ya circulan y utiliza actualmente la industria nacional”. En particular la celulosa viajará en “semirremolques con capacidad de 30 toneladas, impulsados por modernos camiones, de iguales dimensiones a los que ya circulan por las rutas nacionales” y hace un pormenorizado repaso de las medidas de seguridad.

Pero, como se ha dicho, este tránsito adicional por la Ruta 5 será transitorio, porque luego la operativa se trasladará al tren y este será un cambio muy importante para ese eje, porque los trenes no circulan con asiduidad en esa zona desde los años 80. La excepción es el transporte de combustibles que se siguió haciendo en vagones desde La Tablada a la planta de distribución regional de Ancap, en Durazno, pero no eran viajes diarios, ni mucho menos, cómo sí se programa que lo sean en esta nueva etapa del ferrocarril, que además va a transitar ahora a una mayor velocidad. Es, diríamos, la introducción de un elemento nuevo en el esquema y requiere, por ende, de una educación, de una sensibilización a los conductores para evitar que se produzcan accidentes.
Debido a ello fue que se lanzó un “programa de sensibilización vial ferroviaria” con el que se pretende “brindar capacitación a la población y fomentar buenas prácticas, al momento de interactuar con este renovado medio de transporte que próximamente se pondrá en marcha”.

Del lanzamiento participaron el ministro de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero, el subsecretario, Juan José Olaizola, el presidente de UPM, Javier Solari y el presidente de Automóvil Club del Uruguay (ACU), Jorge Tomasi.
El eslogan de este programa es “Si hay vía, hay tren: ¡pare!”. En esta presentación se dieron a conocer las acciones que se llevarán a cabo detrás del objetivo. Falero advirtió que “No es el mismo ferrocarril que circulaba años atrás, por tal motivo requiere de una mirada específica y diferente”, y agregó que este es un plan de sensibilización “vital para el Uruguay, para un país en desarrollo que no quiere detenerse”.

Básicamente el programa comprende dos grandes ejes de acción: por un lado intervenciones en la comunidad, con el dictado de talleres abiertos a la ciudadanía, y acciones de comunicación, como campañas informativas y distribución de material gráfico.
Claro, este programa se va a desarrollar en los departamentos de Montevideo, Canelones, Florida y Durazno, y estará dirigido “principalmente a autoridades y fuerzas vivas departamentales y nacionales, a jóvenes estudiantes de liceos públicos y privados así como de escuelas técnicas, a escolares, a docentes de liceos, de escuelas técnicas, públicas y privadas de los cuatro departamentos involucrados”. También se menciona como destinatarios a “bomberos, policías, directores de tránsito y profesionales de la salud, con el fin de que luego ellos actúen como replicadores sociales”. A fines de este mes se empezarán a dictar estos talleres en Durazno.

Más allá de lo indiscutiblemente pertinente de llevar adelante acciones de prevención en estos casos, no podemos dejar de señalar como una parajoda la elección de las palabras que forman el eslogan de esta campaña, y no podemos dejar de hacerlo porque aquí en el norte, en el departamento de Paysandú, hay vía sin tren. Y no cualquier vía, una vía hecha a nuevo, flamante, en la que se invirtieron varios millones de dólares y por la que únicamente han transitado algunas pocas excursiones organizadas por asociaciones de jubilados, más allá de algunos otros pocos trenes que han unido la estación Paysandú con la Asociación Rural Exposición Feria, en ocasión de la muestra anual y más recientemente con la Cata Nacional de Tomate.

Está claro que por el momento no estamos necesitando talleres de capacitación, por más que exista la muy remota posibilidad de encontrarse con un tren. No pasan trenes, no se usa esa vía que demandó tanta inversión —e incluso se abandonó el servicio que realizaba Ancap entre la cantera y su planta de pórtland, y con ello se cerró la única estación que seguía operando en el interior del departamento, en Lorenzo Geyres— y para colmo de males sigue siendo una vía que no lleva a ningún lado, porque encima –como no alcanzaron los rubros– simplemente se detuvo la obra.
Ojalá, y como expresa el ministro Falero, este país que no quiere detenerse pronto tenga la necesidad de hacer talleres para advertir que volvieron a circular los trenes.