Recursos para la salud en el Interior

La reciente presencia en Paysandú de la nueva ministra de Salud Pública, Karina Rando, permitió una puesta al día con los profesionales locales del sector sobre el escenario que se vive en Paysandú respecto a la infraestructura, fortalezas y falencias de la atención de salud, donde evidentemente no hay sorpresas porque pese a los avances de los últimos años, también se arrastra desde hace décadas déficits notorios que no han sido resueltos y respecto a los cuales solo se ha arañado la cáscara.

Paysandú no escapa precisamente a la problemática de todo el Interior, pero sobre todo del interior profundo y del norte del río Negro, que tiene sin resolver temas históricos, como es el caso de la distribución de médicos y disponibilidad de especialistas, por señalar los más notorios.
Rando dijo en Paysandú que la salud mental será una prioridad durante su gestión y reconoció que las políticas sanitarias en este sentido no son de rápida implementación, precisamente, sino que requieren de una planificación y evaluación y dotación de recursos materiales y humanos que no salen de la nada.
Evaluó que “tenemos un problema de recursos humanos al norte del río Negro en todas las especialidades, y en salud mental también. Faltan siquiatras y sicólogos, pero sobre todo siquiatras. Vamos a hacer una propuesta para implementar con un grupo de trabajo bien especializado, con una capacitación en el primer nivel de asistencia a los médicos generales, médicos de familia y médicos rurales para que diagnostiquen precozmente aquellas enfermedades que puedan ser tratables”, para posteriormente reforzar el trabajo de los sicólogos, “probablemente donde falten siquiatras”.

Sobre la misma problemática el director del Hospital Escuela del Litoral, Dr. Gustavo Curbelo, reflexionó que en Paysandú se han firmado contratos de alta dedicación con estos especialistas, mejorando honorarios y carga horaria y que se cuenta con un número de siquiatras cercano a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, relación esta que no se da en los otros departamentos del norte del río Negro.

Pero, naturalmente, las dificultades y carencias de la atención sanitaria en el Interior no se limitan al plano de la siquiatría, sino que responden a un escenario histórico en el que se han incorporado algunas mejoras con el paso de los años, pero sin que ello moviera significativamente la aguja respecto a la asimetría con la situación que se da en la capital y área metropolitana, y en menor medida con los departamentos que la rodean, porque la problemática empeora a medida que nos alejamos de Montevideo.
Curbelo recordó al respecto que al norte del río Negro se encuentra el 6 por ciento de los asociados al Colegio Médico del Uruguay, y dijo que hay que preguntarse –como lo hemos hecho desde esta página editorial desde hace muchos años– por qué no se ha logrado revertir este proceso de concentración de infraestructura y recursos humanos en la capital, en desmedro del resto del país.

El director del Hospital señaló que “hay que ver la cobertura de internet, la accesibilidad, los medios de locomoción y los incentivos para que se trasladen al norte y no se queden en el sur”, aunque al contarse ahora con la carrera de Medicina en Paysandú, hay muchas más posibilidades de que se queden los estudiantes en nuestro medio, “para lo que falta generar los entornos en las ciudades y departamentos del norte, con una serie de beneficios y exoneraciones para habilitar su residencia en esta zona del país”, como se hace por ejemplo en Australia, donde ganan más los médicos de las zonas rurales que los radicados en la ciudades.
Lamentablemente, estos planteos, absolutamente de recibo y formulados desde hace mucho tiempo, no han tenido respuestas contundentes en los hechos, porque la problemática de la salud es muy compleja, con participación de actores estatales y privados, y a la vez hay intereses económicos y profesionales que tienden a contaminar todo lo que pretenda hacerse en la materia. Por cierto, es una situación que se ha dado en todos los gobiernos y donde cada partido ha impulsado su hoja de ruta, porque no se cuenta con políticas de Estado determinantes, más allá de las buenas intenciones y de la voluntad política de cada administración para llevarlo adelante, para encarar una gestión que tropieza con una maquinaria poderosa para trabar y/o demorar todo lo que se pretenda innovar y que toque los intereses que se dan en la capital en el ámbito profesional de la salud. Allí donde ha estado radicada históricamente el 90 por ciento de la infraestructura, tanto desde el punto de vista universitario como de los IMAE y otros centros de alta especialización.
Estos centros e infraestructura, a la vez, obran como poderoso imán de captación y retención de los recursos humanos, de gran parte de los estudiantes del Interior, que una vez que se reciben permanecen radicados en la capital, atraídos por el entorno al que se refiere el Dr. Curbelo, porque tienen más posibilidades de trabajo, de especialización, de tener contactos, apoyos e infraestructura para avanzar desde el punto de vista profesional, y como señala el director del hospital, “falta que el médico una vez recibido se quede en Paysandú o en la región”.

El antecesor de la actual ministra de Salud Pública, Dr. Daniel Salinas, subrayó en el inicio de su gestión que considera fundamental instrumentar políticas de descentralización y anunció que el gobierno es partidario de estimular la radicación de más médicos y especialistas en el Interior. Precisamente los datos indican que menos del 30% de los médicos están en el Interior, y del río Negro, hacia el norte, menos del 6%.

Agregó que en el Interior faltan algunas especialidades y aseguró que hay una distribución “inequitativa de los médicos especialistas” y consideró que con la descentralización “nos interesa llegar a una política de cercanía y desplegar a los recursos humanos de manera más eficiente y de la manera más humana”.
Puntualizó que Uruguay padece también en el área de la salud de un “macrocefalismo montevideano y nos interesa mucho llegar a todos los puntos del país y que todos tengan las mismas posibilidades como ciudadanos de atención”, a la vez de abogar por motivar “la radicación en el Interior de médicos y especialistas”.
Bueno, en tren de realidades, intenciones y proyectos, entre estos puntos no hay cosa para discutir que no se haya dicho antes, y por cierto que la experiencia revela que del dicho al hecho ha quedado mucha distancia en la gestión de los sucesivos gobiernos, más allá de la impronta que se le haya intentado dar y que también llevara adelante Salinas, dentro de sus posibilidades.

Desde la Federación Médica del Interior se ha planteado asimismo el tema, apuntando a generar consensos sobre como alentar la radicación de médicos fuera de Montevideo, e incentivar sobre todo la formación.
Este es un aspecto clave a revertir y requiere de un trabajo concienzudo y de amplitud de criterios, de acciones coincidentes en una diversidad de aspectos, y sobre todo, con decisiones políticas que serán fundamentales para avanzar en una dirección que no va a ser en muchos casos del agrado de corporaciones de la medicina y lobbies que tienen gran capacidad de presión, con fuertes intereses de por medio, y que harán todo lo que esté a su alcance para que todo siga igual.