Escribe Danilo Arbilla: Sequía y ríos revueltos

“Llueve, gobierno ladrón”; del italiano “piove, governo ladro”. A río revuelto, ganancia de pescadores; éstos, en política, léase como oportunistas, demagogos e irresponsables. Llueva o no, haya sequía o inundaciones, o sean pestes u otro tipo de desgracias que afecten a todo un país, ello genera confusiones y no se ve claro y se acentúa la tendencia a culpar de la situación al gobernante, a los políticos. Sobre todo apuntan al gobierno de turno; y es cuando asoman “los pescadores”.

Estos saben que al ciudadano no se le hace fácil discernir. Si el sueldo no alcanza la culpa es del gobierno nacional. El ciudadano no se pone a calcular en cuánto le achica el salario lo que paga al municipio por contribución inmobiliaria, por la patente del auto, por iluminación y salubridad, ni se pregunta a dónde van sus aportes. Tampoco calcula cuánto del salario se le lleva el descuento por los días de paro. ¿Alrededor de un 10%? Paros que más que por una mejora de sus ingresos son con fines político partidarios o ideológicos, con los que no coinciden o no les importan y que nada tienen que ver con su salario que es el elemento en común y de unidad de los trabajadores y razón de ser de los sindicatos.

¿Pero cómo hablar de ríos revueltos en el marco de una sequía histórica? De ríos no, pero de “pescadores” sí. La sequía nos castiga a todos. Y no es por culpa del gobierno, ni de nadie; es mala suerte. Una nueva peste. Estamos ligando mal. Tratándose de algo tan serio, no se explica que el tema se lleve al campo de la demagogia, de la política electorera barata, a la búsqueda del enfrentamiento ideológico. No podrían ni deberían estar en eso la oposición, que ya lo está, ni el Pit Cnt, ya movilizado bajo esta nueva pancarta. No podrían hacerlo los trabajadores de OSE. Ellos conocen el tema en toda su extensión y mejor que cualquiera. ¿Qué hicieron cuando el gobierno anterior pospuso la inversión en una represa, hoy tan necesaria, para volcarla al Antel Arena?

Por esta y muchas razones no se explica la actitud indebida y con tinte alarmista asumida por la Intendenta Carolina Cosse. Pretende aparecer como quien ha tomado las riendas para enfrentar la crisis. Con tono de “el gobierno soy yo”, o “yo soy la indicada”. Si ese mismo empuje lo tuviera respecto a la basura, el alumbrado, ¡la salubridad!, las veredas, los montevideanos estaríamos muy felices. Cuando se inundaron las calles, ella dijo que no era previsible que lloviera tanto en tan pocas horas. Pero en ese caso no fue un imprevisto, fue porque las cloacas estaban tapadas por la basura. Cuando Leonardo Haberkon, en Desayunos Informales le mostró –dato mata relato– cómo en el gobierno de Vázquez, que ella integraba, se le dio prioridad al Antel Arena por sobre la represa, ella respondió que era “prescindible” hablar de eso. ¿Cómo prescindible? Se trata de una entrevista con alguien que pretende ser presidenta; es bueno saber y ver cómo actúa y cómo ha actuado, sobre todo para imaginarse como habrá de actuar.

Cosse se sacó el tema de encima diciendo que fue una decisión de Vázquez. En el Frente Amplio todos creen que por ahí va el camino que los llevará a la victoria. Pereira con la cantinela de siempre: soberbia, poco constructiva y nada autocrítica. No lo esperaba, pero hasta Orsi se suma. Pensé que iba a marcar diferencias. ¿El camino pasa por la destrucción? ¿Creen que es tan en fija? ¿Votan la heladera, nomás? ¿Tan seguros están?