“Menea para mí”: cuando el mundo es realmente cruel

MENEA PARA MÍ, de Mariana Cumbi Bustinza, por Teatro Sin Fogón, de Fray Bentos. Dirección: Roberto Buschiazzo. Con: Florencia Cúneo, Bruno Ferreyra, Arlette Gerfauo, Ana Barrios, Bruno Castromán, Juan Manuel Cáceres, Sherilyn Griego. Sala Arteatro. XIX Encuentro Regional Teatro Sede Paysandú.

Integra una “trilogía villera” junto a “Gorila” y “Lo que quieren las guachas”. Esta obra ganó el Estrella de Mar 2019 a mejor obra de teatro alternativo, el premio Teatro XXI y nominaciones en los premios Hugo al teatro musical. Trae a la escena del teatro del Interior un género escasamente utilizado, el musical. Básicamente, es la historia de amor en un mundo sin amor de Maxi y Paola, y de sus amigos y familias, los de la ranchada, la esquina en la jerga villera de Buenos Aires. Un ambiente de alcohol, droga, delincuencia, abusos sexuales en la infancia, marginación. Esa parte de la sociedad que se pretende ignorar.

Planteado como teatro coral, usando la cumbia como ritmo esencial, “el de los pobres”, el texto de Bustinza enlaza historias con la principal, utilizando la música y la danza como instrumentos. La puesta en escena, en cambio, hace algunos cambios, con menos coreografías y más escenas convencionales.

Interpretar jóvenes en situación de pobreza y vulnerabilidad no resulta sencillo; por el contrario, es un desafío muy complejo. Interpretar desde una construcción interior a personajes a los que se mira como ajenos a la sociedad tiene la dificultad enorme de no contar con muchos elementos concretos. El actor, para interpretar, debe crearse una historia personal que se activa antes de subir al escenario. Lamentablemente, ese problema queda bien en claro en esta puesta en escena donde los actores se aferran a clichés, a estereotipos antes que a un crecimiento dramático imprescindible. La recreación de la realidad de Bustinza es cruda y provoca dolor, pero el elenco no convence. Las corridas por el escenario, los constantes avances a proscenio, la deformación de la voz reduce el núcleo de la obra, la “aliviana”, se evade del infierno tan temido.

Pudo ser una gran puesta en escena, como lo fue la que en Buenos Aires estuvo varios años en cartel en el circuito off, en el barrio del Abasto; pero no es. Es solo una versión estereotipada de los sectores populares. De todas maneras, por esas cuestiones de los jurados, tiene muchas posibilidades de ser seleccionada para la bienal. Habrá tiempo entonces para mejorar, para enfatizar en el musical y mejorar las coreografías, de sentirse pobres y marginados y no solo pretender.

E.J.S.