Políticas y prosperidad

Titula la DW (Deutsche Welle; televisión alemana) que “El ‘país más feliz del mundo’ (en referencia a Finlandia) busca mano de obra extranjera desesperadamente”. Agrega al respecto que “La mayoría de países occidentales se enfrentan al envejecimiento demográfico, pero pocos sienten su efecto como este país de 5,5 millones de habitantes, con el mayor déficit de trabajadores calificados dentro de la OCDE”. Las razones: aliviar su crisis demográfica y solucionar el déficit de mano de obra, “uno de los más graves de Europa”. Pero no es un caso aislado. “Se buscan trabajadores extranjeros, razón Europa”, tituló el diario El País de Madrid su reportaje en el que refiere a que “Varios países aprueban normas específicas para atraer mano de obra por la escasez que sufren algunos sectores clave. España y Alemania están entre los que más empujan para atraer empleados, mientras Países Bajos o el Reino Unido optan por otras estrategias”. Pero tampoco es que se trate de un fenómeno circunscripto al viejo continente. “Hoy viven en Canadá un millón de latinos”, encabeza el artículo publicado en la web de la BBC (Londres). “Según cifras del gobierno canadiense, entre 2007 y abril de 2021 alrededor de 92.000 latinos fueron admitidos como residentes permanentes, la mayoría provenientes de Brasil, Colombia, México y Venezuela. Por lo general se trata de profesionales que suelen postularse a un programa diseñado para captar trabajadores calificados. En el proceso deben someterse a una rigurosa evaluación, por medio de un sistema de puntos, para recibir la residencia permanente en Canadá”.

Claro que no es una novedad la migración, basta tomar una guía telefónica (que ahora no son tan fáciles de conseguir como hace unos años) para comprobar, por los apellidos, que nuestra población tiene sus orígenes del otro lado del océano. Y aun antes, mucho antes de que la civilización occidental tuviese conocimiento de la existencia de estas tierras americanas, ya había en el mundo desplazamiento de poblaciones de un territorio a otro, por diferentes causas.

La novedad de estos tiempos es la competencia entre los países por captar la atención de los potenciales migrantes y en ello se enfocó el Informe sobre el desarrollo mundial 2023: Migrantes, refugiados y sociedades, elaborado por el Banco Mundial, cuya presentación dice: “Las políticas migratorias mejoradas pueden ayudar a impulsar la prosperidad en todos los países”, y en el que explica que “Aumenta la competencia por los trabajadores a medida que las poblaciones envejecen en los países ricos y de ingreso mediano”. Se plantea en el estudio que “las poblaciones de todo el mundo están envejeciendo a un ritmo sin precedentes, lo que hace que muchos países dependan cada vez más de la migración para hacer realidad su potencial de crecimiento a largo plazo”, y sin embargo identifica allí una oportunidad única para hacer que la migración ayude más “a las economías y a las personas”.

Es que a la par que crecen los problemas demográficos en los países ricos y en los de ingreso mediano (entre los que se encuentra Uruguay, donde venimos de aprobar una reforma jubilatoria para solucionar los problemas originados justamente en una situación de este tipo), en los países de ingreso bajo, la población demuestra un rápido crecimiento demográfico. En este esquema los países de renta media, como el nuestro, sufren un doble problema, ya que a la disminución natural de la población se suma esa captación de talentos que viene haciendo el mundo desarrollado. Si lo quiere más claro, es como en el fútbol, se nos llevan los mejores jugadores, lo único que en este caso no tenemos la posibilidad de disfrutarlos en la Copa América o en el Mundial.

Durante las próximas décadas la proporción de adultos en edad laboral va a disminuir en muchos países. Cita el ejemplo de España, “que tiene una población de 47 millones, este porcentaje se reducirá en más de un tercio para 2100 y la cantidad de mayores de 65 años aumentará del 20% al 39% de la población”. Pero también países como México, Tailandia, Túnez y Turquía “pronto necesitarán más trabajadores extranjeros porque su población ha dejado de crecer”. Pero a su vez, estos siguen siendo origen de trabajadores migrantes. Sumado a ello se han desdibujado algunas lógicas, “también están cambiando las fuerzas que impulsan la migración, lo que hace que los movimientos transfronterizos sean más diversos y complejos. Hoy en día, los países de destino y de origen pueden tener cualquier nivel de ingreso, y muchos países, como México, Nigeria y el Reino Unido, envían y reciben migrantes al mismo tiempo”. Y una de las razones que aparecen cada vez más frecuentemente son las relacionadas con los impactos del cambio climático. Se estima que “alrededor del 40% de la población mundial –unos 3.500 millones de personas– vive en lugares sumamente expuestos a los impactos climáticos”.

El informe enfatiza en la urgencia de “gestionar mejor la migración” y afirma que el objetivo para los responsables de formular políticas “debe ser fortalecer la correspondencia entre las habilidades de los migrantes y la demanda en las sociedades de destino, protegiendo al mismo tiempo a los refugiados y reduciendo la necesidad de desplazamientos desfavorables”, presenta un marco para que las autoridades hagan realidad este modelo y propone que estos temas se aborden de forma plurilateral entre países de destino, de tránsito y origen: “Los países de origen deben hacer de la migración laboral una parte explícita de su estrategia de desarrollo”; “Los países de destino deben alentar la migración cuando las habilidades que aportan los migrantes sean muy requeridas, facilitar su inclusión y abordar los impactos sociales que generan inquietud en sus ciudadanos”.
Decirlo o escribirlo es muy sencillo, pero llevarlo a cabo es infinitamente más complejo, por la cantidad de factores sociales, culturales, políticos, económicos, administrativos (y un largo etcétera) que intervienen en estos procesos. Uruguay tiene mucho por trabajar en el tema, porque es una carrera que habrá que correr, tanto para tratar de retener el talento propio como para volverse más atractivo a ojos de potenciales inmigrantes.