“Quien controla el lenguaje, controla la realidad”

Nacido en el pueblo español de Ibahernando en el año 1962, Javier Cercas es actualmente uno de los novelistas españoles de más prestigio internacional. De acuerdo con la agencia literaria Carmen Balcells, “en 2001 publicó Soldados de Salamina, que constituyó un gran éxito dentro y fuera de España, cosechando encendidos elogios de personalidades tan destacadas como George Steiner, J.M. Coetzee, Mario Vargas Llosa y Susan Sontag. La obra de Cercas se caracteriza por la atrevida exploración de los límites entre la realidad y la ficción (él mismo ha definido algunas de sus novelas como “relatos reales”), siempre con las miras puestas en el escrutinio del presente y de sus claves. La publicación de El monarca de las sombras (febrero 2017) cierra este formidable ejercicio literario de memoria personal sobre la Guerra Civil Española. Sus libros han sido traducidos a más de treinta idiomas y han obtenido numerosos premios nacionales e internacionales, como el Premio al Libro Europeo 2016 por su obra El Impostor, el Premio André Malraux 2018 por El monarca de las sombras y el Premio Planeta 2019 por Terra Alta.

Originario de la provincia de Extremadura, pero habiendo vivido desde muy temprana edad en Cataluña, el propio Cercas defiende esa circunstancia en el marco de las reivindicaciones catalanas y lo expresa claramente: “No es que me sienta extremeño, es que lo soy. Pero también soy catalán. ¿Por qué tengo que elegir? ¿Quién carajo es nadie para obligarme a elegir, si puedo ser las dos cosas, y muchas más? Eso es un atropello”.

Cercas expresó, en una entrevista realizada en el año 2019 que “La lectura, antes que nada, es un placer. Dicho esto, entiendo que haya lecturas obligatorias. Yo mismo las he puesto cuando era profesor de universidad. Pero antes que cualquier otra cosa, es un placer, una forma de vivir de manera más rica y más compleja. No es una obligación ni una necesidad cultural”. Interrogado en esa misma ocasión sobre la figura del general español Francisco Franco, cuya dictadura gobernó España entre 1939 y 1975, Cercas no ahorró adjetivos para definirlo: “Un dictador. Una calamidad”. También en esa oportunidad se definió desde el punto de vista político: “Yo soy un votante de izquierda. No siempre un simpatizante de los partidos de izquierda, pero sí un votante. No sólo creo que la izquierda existe, sino que es totalmente indispensable. La izquierda democrática. Porque si no es democrática, no es izquierda”.

Para ayudar a evaluar la relevancia intelectual de Cercas, podemos mencionar que hace algunos meses entrevistó personalmente al presidente francés para el diario madrileño “El País”. En este encuentro, y de acuerdo con lo expresado por el propio Cercas, “se abordaron los principales problemas que atormentan al continente europeo, como el auge de los populismos, las consecuencias de la guerra o la pérdida de identidad por la crisis económica”. La entrevista se encuentra disponible para suscriptores de ese diario en su página web www.elpais.com

Lo que sigue es la entrevista realizada en exclusiva por EL TELEGRAFO (ET) a Javier Cercas (JC).

“SOY ESCRITOR PORQUE NO SÉ HACER OTRA COSA”

ET: ¿Cómo se convierte Javier Cercas en escritor?
JC: A base de empeño, como todo el mundo. Soy escritor porque no sé hacer otra cosa, como dijo Samuel Beckett, o –es lo mismo, sólo que esto lo dijo Giorgio Manganelli– porque ni siquiera sé atarme los cordones de los zapatos. Es decir: porque soy un inútil.
ET ¿Cuánto ha marcado su vida y su escritura sus experiencias vitales en Extremadura y en Cataluña?
JC: Soy escritor porque soy un desarraigado: porque, a los cuatro años, mi familia emigró desde Extremadura, en el sur de España, hasta Cataluña, en el norte. Entonces perdí mi sitio en el mundo. Escribo para recuperarlo.
ET: ¿Qué relación existe entre realidad y lenguaje? ¿Qué importancia tienen uno para el otro?
JC: ¿Cuántas horas tenemos para que intente contestar a su pregunta? En fin: sólo diré que quien controla el lenguaje controla la realidad. Esto lo saben muy bien los políticos, por tontos que sean.
ET: ¿Qué importancia tiene la literatura para el ser humano y la novela en especial?
JC: La literatura es una forma de vivir más, de una manera más rica, más intensa y más compleja. Calcule usted si tiene importancia o no.
ET: ¿Cuál es la lectura que puede hacerse hoy en día de una obra como “Don Quijote de la Mancha”?
JC: Hay tantas lecturas del Quijote como lectores del Quijote. Eso no significa que todas sean igual de buenas. Como escribió Georg Lichtemberg, “un libro es como un espejo: si un asno se mira en él, no puede aspirar a ver un profeta”. En el Quijote nos vemos todos.
ET: ¿En qué situación entiende que se encuentra el periodismo en la actualidad? ¿Cuál debería ser su papel?
JC: Me parece que el periodismo es hoy más necesario que nunca. No porque hoy se digan más mentiras que nunca (aunque a veces lo parezca), sino porque las mentiras tienen mayor capacidad de difusión que nunca. El papel del periodismo es el de siempre: difundir la verdad y combatir las mentiras, sencillamente porque, como dice el Evangelio, la verdad hace hombres y mujeres libres, lo cual significa que la mentira hace esclavos.
ET: ¿Qué reflexión le merece el movimiento independista catalán?
JC: Se trata de un movimiento profundamente insolidario, esencialmente reaccionario y, como mínimo en otoño de 2017, inequívocamente antidemocrático.
ET: ¿Cuál es, en su opinión, la causa del auge de los nacionalismos en diversos países?
JC: Si tengo que mencionar sólo una, el miedo. Un miedo que, por lo demás, el nacionalismo sólo puede contribuir a exacerbar.
ET: ¿Cuál ha sido para usted el papel de las élites económicas y políticas catalanas en todo el “procés”?
JC: Un papel nefasto. Por acción o por omisión, lo han alimentado. Hace un tiempo definí ese movimiento como “la revolución de los ricos”. Aún no he encontrado ningún motivo para cambiar de opinión.
ET: ¿Qué reflexión le merecen los regímenes democráticos frente a los poderes fácticos presentes en la escena española e internacional?
JC: La democracia es la única herramienta que hemos encontrado para defender a los pobres y los indefensos frente a los ricos y los poderosos y para crear las sociedades más prósperas, libres e igualitarias de la historia. Es una herramienta lenta, frágil e insuficiente, pero todo lo demás son estafas.
ET: ¿Qué significa hoy para su país y para usted mismo, la Guerra Civil Española?
JC: El peor pasado de mi país. La peor herencia con la que tenemos que lidiar. Y la más larga, porque no duró tres años sino cuarenta y tres: el franquismo no fue la paz, sino la guerra por otros medios.
ET: El episodio del 23-F fue un evento que trascendió la escena política española. Las fuerzas democráticas latinoamericanas en cuyos países existían dictaduras, contuvieron el aliento ante una situación como esta. ¿Qué lectura hace de esos hechos tantos años después, que fuera el objeto de su libro “Anatomía de un instante”?
JC: El golpe de estado del 23 de febrero es el mito fundacional de la democracia española: ese día empezó de verdad la democracia y terminaron la dictadura, la guerra civil y dos siglos de intervencionismo militar en mi país. Es un día cebado de sentido.
ET: ¿Sigue pensando que Adolfo Suárez fue quien, en sentido figurado, “mató” a Francisco Franco tal como lo tituló en uno de sus artículos?
JC: Claro: él fue el arquitecto de la transición desde la dictadura a la democracia. Y una prueba de que el coraje es una virtud esencial, también para un político.
ET: ¿Cómo ha funcionado, en estos más de 40 años, la democracia española surgido de “ese pacto de debilidades” entre franquistas y no franquistas al cual se ha referido?
JC: Hubiera podido funcionar mejor, pero también peor. En fin: tenemos lo que tenemos. También es verdad que lo que tenemos es, según todos los estudios de calidad democrática del mundo, una democracia plena, cosa que no habíamos tenido nunca. ¿Es perfecta? No: la democracia perfecta no existe (en realidad, la democracia perfecta es una dictadura, como la del general Franco, que se llamaba a sí misma “democracia orgánica”); lo que define a las democracias de verdad es que son infinitamente perfectibles: que siempre se pueden mejorar. Y que mejorarlas es cosa de todos, no sólo de los políticos. En esas estamos.
ET: ¿En qué se manifiesta y qué consecuencias tiene “la dictadura del presente” al cual se ha referido en varias ocasiones?
JC: En que la gente cree que el pasado es irrelevante para el presente, sin entender que el pasado (sobre todo el pasado del todavía que hay memoria y testigos) es una dimensión del presente sin la cual el presente está mutilado.
ET: ¿Cómo interactúan pasado y presente en las sociedades modernas ante la acción de las redes sociales y las noticias falsas?
JC: Las redes sociales fomentan obviamente la circulación de las noticias falsas, las noticias falsas fomentan obviamente la esclavitud y la esclavitud prospera en la dictadura del presente, ese lugar donde el pasado es irrelevante y por tanto el presente no se entiende. El mejor instrumento para combatir esta calamidad es la literatura, que antes que nada es placer, pero también es una forma de conocimiento. Del mundo y de uno mismo.
ET: ¿Qué o a quiénes representa Melchor Marín, el protagonista de la trilogía de la “Terra Alta” y de su última novela “El castillo de Barbazul” publicada en el año 2022?
JC: A los limpios de corazón. A los que tienen hambre y sed de justicia. A aquellos a los que Cristo dirigió sus bienaventuranzas. A todos.
Sin lugar a dudas Javier Cercas es un autor que vale la pena leer, ya sea que podamos coincidir o discrepar con su obra literaria o con sus opiniones sobre temas de la esfera española o internacional. Es que, al fin y al cabo, uno no debería leer para reafirmarse en sus creencias, sino precisamente para exponerlas a otras y poder, de esa forma, formarse una opinión propia sobre las cosas y el mundo. “Pensar con cabeza propia” como se dice habitualmente que es, precisamente, lo que este autor español nos invita a hacer a través de sus libros. Como sostuvo Cercas en una entrevista del año 2021, “Si solo vamos a leer a aquellas personas con las que estamos de acuerdo, vamos a la barbarie absoluta”. Tal como lo ha señalado el escritor hispano-canadiense Claudio Palomares Salas, “existe en Javier Cercas una preciosa obsesión por entender la historia sin miedo, por explorar el pasado y el presente sin censura, y por dejar en claro la diferencia fundamental que existe entre entender y justificar”. El problema es que en la actualidad muchas personas consideran que tratar de entender un fenómeno es lo mismo que justificarlo, una paradoja que nos lleva a privarnos de los argumentos para rebatir aquello con lo que no estamos de acuerdo. Sería tan absurdo como si los abogados nos negáramos a leer la demanda (o la contestación de la demanda, según el caso) porque ello podría interpretarse como una justificación de lo expresado en la misma.

Los libros de este autor español son una buena opción para leer en este incipiente otoño o en cualquier época del año porque reflexionar con profundidad y con espíritu amplio sobre temas importantes es una práctica saludable que, afortunadamente, no depende de la estación del año en la cual nos encontremos.

Rodrigo Deleón