El camino para reducir el desperdicio de los alimentos y el compostaje como oportunidad para aprovechar

 

En el marco del diseño de la Estrategia Nacional de Prevención y Reducción de las Pérdidas y Desperdicio de Alimentos (PDA), el Observatorio Nacional Ambiental del Ministerio de Ambiente está realizando desde el 9 de junio y hasta el 9 de julio una consulta pública instalando así “un ámbito de participación ciudadana invitando a la construcción conjunta de políticas, estrategias y planes”, para posibilitar el intercambio y el enriquecimiento de su desarrollo. En nuestro departamento se llevan adelante jornadas con el cometido de sensibilizar y generar conciencia sobre las acciones que podemos realizar para reducir el desperdicio de alimentos, así como herramientas para reciclar a través del compostaje.

En el Espacio Cultural Gobbi realizaron una charla sobre estos temas para instituciones educativas, que estuvo a cargo de la directora de Desarrollo Productivo, Ing. Alimentaria Antonella Goyeneche, y Rolando Calvo, coordinador de Ciclo Orgánico, en tanto este sábado continuará la actividad, pero en una instancia abierta al público en general, en la que se hablará de acciones concretas, se mostrarán algunas prácticas y ejemplos de cómo trabajar en el tema de pérdida y desperdicio de alimentos, además de enseñar a cómo compostar.

“Las 3 R (reducir, reutilizar y reciclar) en la cocina de mi institución”, se denomina la actividad en la que Goyeneche presentó “el plan de diseño blanco, verde, marrón y café”, sobre pérdida y desperdicio de alimentos, aclarando que la primera refiere a “las pérdidas de alimentos” que “se producen al inicio de la cadena: desde la producción agrícola y la cosecha de vegetales, el sacrificio o la captura de animales hasta el nivel minorista, sin incluirlo”, en tanto, el desperdicio “se produce en el nivel de la venta al por menor y el consumo, tanto doméstico como de servicios gastronómicos públicos o privados”. Aludiendo precisamente al título de las charlas, Goyeneche explicó a EL TELEGRAFO, que “reducir y reutilizar viene muy bien de la mano con lo que es la estrategia de reducción de pérdida y desperdicio de alimentos” y precisamente “el enfoque es tratar de desperdiciar lo menos posible”, en tanto que con lo que necesariamente hay que descartar, la oportunidad de “compostarlo. Con las tres cosas cerramos el círculo de las 3 R en lo que es la cocina”.

“En Paysandú estamos recién empezando a trabajar en lo que es la reducción de desperdicio”, indicó indicando en tal sentido que “se trabajó 8-10 meses en diseñar la estrategia a nivel nacional, que deriva del Plan Nacional de Gestión de Residuos, que propone estrategias y objetivos a mediano y largo plazo”, en el período 2022-2032, con una revisión en el 2027. El Observatorio Nacional Ambiental invitó a participar en el diseño de la Estrategia Nacional del PDA, planteándose como meta que “para 2024 ya esté planteada y haya definida una estrategia y se empiece a trabajar en el tema. Ya se escribió, va a estar un mes en consulta pública y luego se aprobará”. A nivel departamental, dentro de las acciones previstas, “la Intendencia quiere empezar a trabajar con la sensibilizacion y difusión”, como es el caso de estas jornadas que se cumplen en el Espacio Cultural Gobbi.

“Cuando hablamos de pérdidas, desde pérdidas en las cosechas, descartes, cosas que se echan a perder, que no se recogen porque no es viable, acá en Uruguay, de acuerdo a estadísticas, hasta el 66% de lo que es pérdida ocurre en esa etapa en la producción primaria hasta el minorista”, en tanto, en los hogares, se desperdicia un 11%, apuntó. Precisamente, “con estas estrategias de charlas de sensibilización, que se trabaje en escuelas, instituciones e Intendencia, se apunta a reducir ese 11%”. Una encuesta realizada en 180 hogares para medir cuánto se desperdiciaba en una semana, arrojó que se tiran “36 kilos de alimentos por persona por año”, pero “en términos de comparación mundial se estima que eso está por debajo de lo que es la realidad, porque a nivel regional la estimación es arriba de 76 kilos”, observó la profesional. A la vez, “está demostrado que aquellos hogares que tienen niños son más tendientes a desperdiciar alimentos”, agregó. En el diseño de la estrategia nacional el enfoque se ha puesto en “la cadena de producción avícola, la cadena hortifrutícola y la producción agropecuaria en general para trabajar en la pérdida”, puntualizó. Las principales causas de los desperdicios están asociadas al tamaño de las porciones a la hora de comprar o elaborar, a las cantidades que compramos en exceso y que luego terminamos por tirar cuando no las consumimos, lo que se puede remediar con “compras inteligentes”, y a la estética de los alimentos que de modo alguno está asociada con la nutrición y el sabor. Corrigiendo esas conductas, muchas veces culturales, nos acercamos a la meta de desperdiciar menos y a la vez contribuir a la economía del hogar, observó Goyeneche.

Destacó la importancia de trabajar con recetas amigables con este propósito, como las que “han ganado premios como el Concurso del Ministerio de Ambiente de Desperdicio Cero”, en el que precisamente nuestra interlocutora fue jurado, entre las cuales “una pascualina con hojas de remolacha, que habitualmente tiramos”, citó.

Invitó a participar de la instancia que se celebrará el sábado, a partir de las 10 en el Gobbi, en la que “Rolando nos va a enseñar cómo hacer compostaje”, porque “cuando hay cosas que se tiran, que por supuesto siempre vamos a tener, ahí empezamos a hablar de compostaje. Además, está invitada Belén Mazzilli, para hacer algunas recetas particulares para aprovechar alimentos, para dar ideas a la gente, a las escuelas y a las instituciones”, concluyó.

EL COMPOSTAJE, UNA OPORTUNIDAD

“La idea era mostrar qué se necesita a la hora de empezar un proyecto de compostaje en el centro educativo, para que vean al compostaje como una herramienta no sólo para gestionar el residuo sino para trabajar en la parte educativa; pueden trabajar distintas ciencias desde matemática, biología, y a la vez el chiquilín fortalecer los vínculos durante la actividad, trabajar con la comunidad educativa. Lo vemos al compostaje como una oportunidad”, observó por su parte Rolando Calvo.

Además, se apunta a “concientizar y sensibilizar a la población, desde los niños y los jóvenes”, destacó, asegurando que actualmente “hay muchas instituciones educativas que están interesadas en compostar” y precisamente desde Ciclo Orgánico “los asesoramos, les damos herramientas y les contamos un poco qué es lo que necesitan antes de empezar un proceso de compostaje”.

El sábado 24, en tanto, “vamos a enseñar a compostar y vamos a estar hablando del abc del compostaje, para mostrar que todos pueden hacerlo.”