Monos sueltos en Montevideo, consecuencia del tráfico de animales exóticos para mascotismo

El del mono bautizado por los vecinos como “Chiribín” está lejos de ser un caso aislado y se relaciona con el tráfico de animales, sostiene Coendú.

La organización civil Coendú dio a conocer una declaración respecto a la presencia de monos sueltos en plena ciudad de Montevideo que ha cobrado notoriedad por un caso reciente, pero que registra varios antecedentes. Mauricio Álvarez, presidente y vocero de la organización habló de varios casos de primates que se han visto libres en la capital del país. “En realidad ya hace varios meses, por ejemplo, que hay un mono que estaría en el Cementerio del Norte. Ahora apareció otro, y ya había otro caso hace unos meses”, dijo. Para Coendú, este asunto está ligado al tráfico de animales, un tema en el que han venido trabajando “desde hace ya ocho, diez años. Lo que quisimos hacer ver es que en realidad no es sorpresa encontrar un mono suelto en Montevideo si el país no combate el tráfico de la forma que lo tiene que combatir”. Álvarez agregó que “esos animales que son víctimas del tráfico que luego se escapan o a veces también hasta los mismos tenedores los liberan. Sabiendo que es un animal que tienen en forma ilegal, que es ilícito, no pueden tomar otra medida que a veces decir ‘no lo quiero tener más y abro la puerta de la jaula’, por así decirlo”. Citó otro caso reciente. “Hace menos de un mes tuvimos una llamada por un mono adentro de un galpón de una empresa que vende productos cerámicos, estaban los videos y todo. En ese caso le pasé a las autoridades el nombre del dueño del mono, porque en la empresa lo sabían porque era un vecino del barrio, era un cantante de música tropical”.

CADENAS

Por otra parte señaló que el concepto de tráfico a nivel de flora y fauna refiere “a todos los eslabones de una cadena enorme de comercio y de daño a la biodiversidad, que empieza con un cazador, alguien que captura, luego hay alguien que traslada, que acopia, luego tiene incluso varios procesos de venta en el medio, para llegar en un punto al consumidor, donde a veces hay un comprador que ni siquiera es el tenedor definitivo, porque puede ser que lo regale a otra persona, el padre a un niño, o a una pareja”. El Estado, entienden, debería estar tomando medidas sobre cada uno de estos eslabones. “Y en realidad no los está atacando, nos damos cuenta porque basta ir a una feria barrial, mismo ahí en Paysandú, donde pueden ver seguramente aves en venta, algún reptil, algún anfibio, o sea, animales que están protegidos por ley, y se los ve en las ferias barriales con total impunidad –pasa en todo el país–, pasando frente a los funcionarios policiales; también se los ve en las redes sociales, en grupos abiertos”.
Álvarez señaló que es una situación que sigue desatendida a pesar de los diferentes gobiernos. “Es algo generalizado en los distintos gobiernos que ha tenido el país”, planteó.

RIESGOS

La afectación del tráfico se produce a varios niveles, en primer lugar en la conservación de la biodiversidad en los lugares de origen de los animales. “Hoy en día se considera al tráfico de fauna el segundo factor de extinción de especies, luego de la pérdida de hábitat. Hay especies que el tráfico directamente las puede llevar a la extinción, por lo menos en estado salvaje. Recuérdese el caso del Guacamayo azul, el de la película (Rio, 20th Century Animation, 2011)”, indicó. También pueden existir efectos sobre las personas, por la propagación de una zoonosis, por ejemplo. Pero además de poner en riesgo las poblaciones, también se puede alterar las características de las especies. “Hay ejemplos de especies de las que se trafican machos, que comúnmente son más vistosos, como el cardenal amarillo acá en Uruguay, una especie muy traficada. Se han visto en Argentina casos de hibridación con otra especie, fruto justamente de la ausencia de machos. Al haber tanta hembra y no tener machos para reproducirse, lo hacen con otra especie”, explicó el vocero.

MASCOTISMO

Álvarez agregó que en nuestro país la principal causa del tráfico es el uso de los animales como mascotas. “Volviendo al caso de los monos, es para mascota. En otros países sabemos que el tráfico puede tener otros fines, como la obtención de marfil. En otros lugares puede ser por la carne”. En Uruguay la excepción más conocida es la del carpincho, “que es un animal protegido por ley, pero que se ve mucho la carne en el Interior, a veces hasta en la propia carnicería de algún pueblo. Pero en realidad en Uruguay, el 90% del tráfico es con fines de mascota”.