Como se había anunciado, tuvo lugar en la plaza Bella Vista la celebración de la noche de San Juan, organizada por el Centro Cultural que allí funciona. La propuesta fue muy bien recibida por los vecinos del barrio y de otros puntos de la ciudad, quienes se acercaron a compartir este momento especial, en muchos casos con algo para quemar en la fogata. Resultaba sorprendente la diversidad de edades entre los asistentes, entre los que había desde niños hasta personas mayores.
La actividad se desarrolló en “el pozo”, el espacio ubicado en el sector norte de la plaza, al cual se ingresaba a través de la Biblioteca Enrique Chaplin del Centro Cultural. Poco antes, el escultor Ignacio Andrada había instalado en el lugar una estructura metálica que sirvió como contenedor para encender la fogata. Su forma generó diferentes interpretaciones entre los vecinos. Algunos la compararon con un tambor, otros con un barril y algunos incluso con el capullo de una flor. Alrededor de la fogata se dispusieron asientos formando un círculo.
Marcelo Goyos –actor, músico e integrante del Centro Cultural Bella Vista– asumió el rol de maestro de ceremonias de la velada, y poco después de las 20 dio la bienvenida a todos los presentes. Invitó a todos a componer una canción de forma colectiva, y comenzaron a surgir historias y anécdotas sobre la Fiesta de San Juan, narradas por aquellos que la habían vivido en tiempos anteriores, junto con referencias históricas de esta celebración.
Alrededor del fuego
El objetivo de la celebración era por un lado rescatar una tradición que se ha ido perdiendo, y por otro disfrutar de un tiempo compartido entre vecinos. Los momentos de expresión artística comenzaron con la cuentacuentos Jimena Torres, que interpretó un cuento y ofreció sesiones gratuitas de tarot. Pronto, las guitarras y otros instrumentos comenzaron a pasar de mano en mano, y la música comenzó a sonar, en muchos casos con canciones muy conocidas, que fueron coreadas por todos. Entre los músicos presentes se encontraban José Freitas, Magui Mas, Matilde Muñoz, Eduardo Lemes, Tomás Andreoli, el propio Marcelo Goyos y su hijo Felipe, quien tocó el bandoneón. Otro vecino relató un cuento y cantó, y hubo incluso un momento de meditación a través de Viviana Torres y Graciana García, que hicieron sonar tambores chamánicos y una flauta lakota. Desde el principio, se había acordado prescindir de equipos de sonido, música grabada y luces artificiales, buscando mantener el clima de cercanía “y para que la luz que nos acompañara fuera la del fuego”, expresó Marcelo Goyos al concluir la actividad. “Fue una noche hermosa y mágica”, agregó. “Reunirse alrededor de un fuego con tantos vecinos para cantar canciones, tocar la guitarra y contar cuentos es algo realmente mágico en la actualidad. Además, creo que es revolucionario”.
La idea es retomar la tradición de celebrar la Noche de San Juan, por lo cual desde ya se comenzará a pensar, junto a los vecinos, cómo celebrarla el próximo año, “para ver cómo crece y cómo se rescatan las tradiciones, que es lo fundamental: rescatar tradiciones como estas, que son divinas”, culminó Goyos.