En los últimos días, un desprendimiento en la parte superior del atrio de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario y San Benito de Palermo, llevó a que se movilizara maquinaria para proceder a los arreglos correspondientes.
Consultado acerca de la situación edilicia del Monumento Histórico Nacional, el sacerdote Rubén Avellaneda mencionó que además de la reparación que se hizo, “también se estuvo estudiando el lugar para ver si había algún material flojo, haciendo saneamiento preventivo. Algunos detalles son menores, pero resultan costosos por el alquiler de las grúas”. El padre recordó que, más allá del arreglo del atrio, “lo que nos está poniendo en jaque es la restauración de la fachada de la Basílica; eso incluye las torres y al sector que está sobre la calle Florida, además de las escalinatas. La parte de seguridad es algo que nos preocupa también, no sólo en el atrio, sino en todo el frente y la casa parroquial”.
CERRAMIENTO
Una novedad que no tardará en concretarse será el enrejado del sector verde que ocupa la esquina de Florida y Montecaseros. Según Avellaneda, por calle Florida lo primeros que se hizo fue un tratamiento de desagües pluviales, que estaban generando humedad hacia la Basílica. “Para esa parte lo que queremos ahora es hacer un cerramiento, lo estamos pensando con cierta celeridad al enrejado. Sería algo permanente para cuidar el lugar, porque hay gente que incluso lo usa de baño público. En el espacio verde iría un mural, algo que tenga que ver con la Basílica.
Por lo pronto, queremos proteger el lugar de posibles destrozos y el uso inapropiado algo que se ha hecho bastante evidente”.
FACHADA
El principal desafío al día de hoy es la remodelación de la fachada, obra para la cual aún no hay fecha de inicio. “Pintar la casa parroquial sería un comienzo”, dijo Avellaneda, y agregó que “ya se hizo hidrolavado y esperamos que en pocas semanas se pueda pintar la fachada de la casa parroquial; para la reparación de la fachada de la Basílica hemos hecho contacto con alguna empresa. En ese sentido, al ser la Basílica un patrimonio histórico, las empresas que ayuden con la restauración pueden beneficiarse con la reducción de impuestos. A eso le podemos sumar una pequeña reserva de dinero que tenemos”. El sacerdote recordó que la fachada no sólo es pared, “también es iluminación y seguridad, en las torres se necesita además una buena reparación interior”.
ÓRGANO
La comisión del órgano se encuentra trabajando intensamente para mejorar las instalaciones, pues el área donde se encuentra el instrumento necesita mejoras de gran envergadura. “Queremos restaurar la parte interna, recuperar las dos antesalas y que en una de ellas pueda haber un baño para el organista, algo básico. Además, la comisión sueña con colocar un elevador porque no es sencillo llegar hasta ahí. Sin ser un ascensor tradicional podría ser un montacargas o algo similar”, cerró el padre.
