Solidaridad que abriga: entregaron mantas

En las instalaciones del taller Arte & Patch, ubicado en calle Florida esquina Uruguay, se hizo la primera entrega de la campaña de tejido de mantas que resulta de la actividad solidaria que viene llevando a cabo el Rotary Club Paysandú, desde hace seis años.

Rosa Machado, una de las seis responsables del taller, dijo a EL TELEGRAFO, que “como la unión hace la fuerza, desde el año pasado nos hemos sumado al Rotary para poder ayudar a más personas. Ellos lo hacen hace años, e históricamente las donaciones se hacían al hogar Enrique Chaplin, que decididamente lo necesita; pero a la vez hemos conversado al respecto y este año la idea es abarcar más, llegar a más lugares. Nos hemos decidido por varias instituciones que necesitan autorización para recibir donaciones, como Casa Madre, Inau, Santa Mónica y otras”.

“Durante todo el mes de junio seguiremos recibiendo donaciones de lana, de cuadraditos ya tejidos a dos agujas, telar o a crochet, de aproximadamente 20 por 20 centímetros, los que aquí unimos, formando una manta que está compuesta por 24 de esos cuadrados. Las personas pueden participar todos los sábados de junio tejiendo aquí los sábados desde las 10:00 y hasta las 13:00; aún si no saben tejer, aquí podemos enseñarles, o si saben coser, colaboran en la confección de las mantas, toda la ayuda es bienvenida”.

Consultada por las responsables del taller, nos informó que son un equipo de seis talleristas, además de ella, el grupo lo componen Raquel Menta, Mirta Benítez, María José Zucchetti, Nancy Quintana y Adriana Demichelis; todas ellas estarán a la orden los siguientes sábados para guiar a las voluntarias.

En esta oportunidad se entregaron diez mantas a Casa Madre, un hogar donde se alojan madres que tienen hijos internados en Ucepyn o la Sala neonatal del hospital que no son de Paysandú, ni tampoco tienen familiares acá. Inés Reyes, una de las dieciséis señoras voluntarias que llevan adelante Casa Madre, habló con EL TELEGRAFO agradeciendo enormemente la donación recibida, ya que “les vienen muy bien porque lo que hacemos es posible en gran parte por las donaciones que recibimos; también tenemos poco más de doscientos cincuenta socios colaboradores mensuales, que es con lo que cubrimos los gastos de la casa, les damos alojamiento y nosotras personalmente llevamos la comida a diario. Siempre decimos que Casa Grande está bendecida, porque cuando necesitamos, aparecen las donaciones”.