La implosión del candidato Milei empezó a poco de acabar las internas partidarias, una instancia obligatoria. El recurso del discurso agresivo sin alcance propositivo ha comenzado a desnudar el vacío de la candidatura, pero también que en torno a ella se han nucleado sectores intolerantes que en el pasado sirvieron de sustento a los más siniestros personajes de la última dictadura militar argentina.
Los tercios
El resultado de las PASO, Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, reveló que el país vecino votó en tercios: lo que parecía inicialmente una “aplastante” victoria del candidato Milei no ha sido tal, sino que, en un esquema de tercios, Libertad Avanza es el tercio mayor, 29,86%; Patricia Bullrich ganó su interna dentro de un total de votos del 28%, y el oficialismo cerró muy próximo, el 27,28%.
En el campus de los de Milei, aún en el auge de la victoria, el hecho de que el cierre del escrutinio los ubicara ligeramente por debajo del límite del 30% erosionó un tanto la euforia inicial. De todos modos, el mérito de haber alcanzado la cima de la montaña no se opaca por ello.
La victoria de Patricia Bullrich no la pone en una situación de ventaja. Como lo ha dejado en evidencia Ernesto Tenembaum, la candidata no sabe de economía, solo atina a tartamudear y enredarse en sus frustrantes intentos por explicarse acerca de unos asuntos sobre los que desconoce todo o casi todo. Respetuoso en su enfoque, Tenembaum ha expresado que “ve(o) con preocupación a Patricia, por favor, estudiá de economía porque puede ser que seas la próxima presidenta… se equivoca en lo que dice. Siempre que le preguntás de economía termina usando términos que no sabe, procesos que no describe con precisión, problemas que genera lo que ella plantea que no son los correctos”. Y esta idea le ha reiterado en varias ocasiones.
Por ello, el pasado 31 de agosto Bullrich intentó una movida que para una parte de los analistas políticos argentinos ha sido un gesto de prudencia y reformulación, pero para otros se parece más a asumir una debilidad precisamente allí donde se precisa una fortaleza, dada la realidad del país. En efecto, ese día la candidata confirmaba que Carlos Melconian ocuparía la titularidad del Ministerio de Economía en un hipotético gobierno de Patricia Bullrich. Así, el eje del debate central de la campaña, el de los asuntos económicos en una Argentina con alta inestabilidad, estará a cargo de un profesional de larga trayectoria, que se remonta a los años 1980 en el Banco Central de la República Argentina como funcionario (gerencia de Investigaciones Económicas y la subgerencia del Área Externa), desde 1992 desde su consultora M&S Consultores (Melconian & Rodolfo Santangelo). Desde el 2005 se alineó tras la candidatura de Macri. Melconian no precisa consultar a la candidata sobre ningún asunto, pero al mismo tiempo deberá manejarse con cuidado, respetando su condición de candidata.
Milei ya ha reaccionado, casi desacomodado, con una respuesta breve, del tipo sólo debato con candidatos. Sin embargo, y más allá del ninguneo que una réplica así puede significar, también cabe otra lectura, algo así como rehuir el debate con un colega de profesión, de cierto prestigio. Si Milei baja a la arena política descalificando a los dirigentes políticos, y lo hace como un profesional de la economía, se debilita su proyección ante la sola pregunta de si debatiría con Melconian, un economista como él, un colega.
Camino a octubre
La carrera presidencial en Argentina empieza ahora, con los candidatos ya definidos, reorganizando sus filas para encarar la batalla electoral de una sociedad que se ha expresado en tercios.
Las elecciones presidenciales de Argentina se realizarán el domingo 22 de octubre junto con las elecciones legislativas. Se aplicarán las normas electorales de la reforma constitucional de 1994, es decir, voto directo y la eventualidad de una segunda vuelta en noviembre en el caso de que ningún candidato alcance el 45% de los votos o más de 10 puntos de diferencia si supera el 40%. El ganador, tendrá un mandato presidencial de cuatro años que se iniciará el 10 de diciembre de 2023. Existe la posibilidad de una sola reelección inmediata.
Milei es hoy el candidato que ocupa el centro del escenario. Ha llegado de la mano de múltiples factores, pero ya como candidato presidencial de su fuerza política, ahora es uno de tres, y ese es el escenario en el cual deberá actuar.
¿Propiedad privada?
La debilidad ideológica del candidato Milei ha comenzado a quedar al desnudo. Hace unos días, frente a un debate sobre el aborto, Milei lo resumió todo a una cuestión de “conflicto de propiedad”, una extraña pirueta argumental para ubicar la cuestión como un asunto de la propiedad del cuerpo de la madre, y no en la libertad responsable de la mujer acerca de si seguir adelante con el embarazo o si apela a su derecho a interrumpirlo, en una práctica legal y segura del aborto.
La novedad, ahora, es que Milei en estos días, ante un hecho concreto, ha manifestado que “una empresa puede contaminar un río todo lo que quiera” y argumentó que todo puede ser privatizado. Estas consideraciones fueron realizadas en Congreso Económico Argentino en La Rural. Pero fue más allá, y agregó que “en el caso de una empresa que contamina el río, lo que no está bien definido es el derecho de propiedad. Esa empresa puede contaminar el río todo lo que quiera”. Desafiante, siguió: “¿Adónde está el daño? ¿Dónde está el problema ahí? Eso, en realidad, habla de una sociedad a la que le sobra el agua, y el precio del agua es cero”.
Para Milei, “el problema en realidad radica en que no hay derechos de propiedad sobre el agua, cuando falte el agua, alguien va a ver un negocio ahí y va a reclamar los derechos de propiedad. Van a ver cómo ahí sí se termina la contaminación”.
Milei es un negacionista del cambio climático y desprecia los asuntos vinculados al medio ambiente. Ahora, como antes con el aborto, todo se reduce a un asunto de propiedad privada, y a una antojadiza interpretación de que todo conflicto social se reduce a una cuestión de propiedad. Ya sea de salud reproductiva y de derechos, así como de la prepotencia del manejo irresponsable de los recursos de la naturaleza, sea el medio ambiente en sentido amplio, como el agua, un bien escaso.
El ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, le salió al cruce a esta concepción acerca de los recursos naturales: “tus ideas se deben aplicar en algún otro planeta, no en este dónde convivimos 8.000 millones de seres humanos… (se) necesita agua segura y saneamiento, millones de hectáreas necesitan riego y nuestros ríos tienen la capacidad de generar energía hidroeléctrica, pero para vos la contaminación de los cursos de agua se soluciona con la mano invisible del mercado. Mientras tanto, como consecuencia de la contaminación mueren personas y animales. No podés negar el cambio climático y el calentamiento global”.
Hay que dejarlo hablar…
Concluidas las PASO, hay tres candidatos presidenciales con aspiraciones y posibilidades de lograr en octubre la presidencia. El candidato Milei ha empezado a hablar de cuestiones algo más referidas a la vida real del país, y va dejando en cada ocasión una comprensión muy reduccionista de la vida económica, de las responsabilidades del estado como garante de derechos y equilibrios de poderes.
En el esquema Milei caben apenas dos palabras hasta ahora: propiedad privada. Y eso se llama, la protección de los poderosos y la prescindencia de las mayorías sociales. La calidad democrática se define, precisamente, en este punto, en la salvaguarda de los derechos de los débiles frente a los atropellos de los poderosos. La democracia es lo contrario a la ley de la selva, la primitiva ley Milei. → Leer más