Como cada 4 de octubre desde 1929, se celebra el Día Mundial de los Animales, declarado así por la organización World Animal Protection (Protección animal mundial). “Creemos en un mundo donde el bienestar animal importe y la crueldad hacia los animales termine para siempre. Juntos podemos mover el mundo para proteger a los animales”.
El tema del bienestar animal se ha incorporado en la sociedad mayormente gracias a la presión de los activistas por los derechos de los animales y las organizaciones que están permanentemente haciendo visible el uso y abuso de todo tipo de animales, sobre todo de las llamadas mascotas y el maltrato que reciben muchas de ellas. Si bien la mentalidad de muchos ha ido cambiando y se dice que algunos animales de compañía viven incluso mejor que muchos humanos, hay mucho camino aún por recorrer para terminar con el sufrimiento de los que no tienen hogar y de los que lo tienen pero sus vidas transcurren peor que si estuvieran abandonados en las calles. Tal es el caso de los perros que nacen, crecen y mueren, atados a una cadena día y noche.
Como perro que suelto de la cadena
De la crueldad que significa que un perro pase las 24 horas recorriendo cada mismo metro cuadrado con una cadena colgando durante toda su vida, EL TELEGRAFO consultó a Pierinna Tenchio, master en Sicología Clínica y Educativa Canina y especialista en lenguaje corporal canino.
“Antes era una costumbre, algo normal y natural que veíamos de chicos; perros atados a una cadena, una cuerda o un alambre, con la casilla y el agua al lado. A nadie se le ocurría que eso podía ser una crueldad. Mucha gente lo hacía y nadie decía nada”. La famosa frase “contento como perro que lo sueltan de la cadena” surgió de ver la felicidad de un perro cuando se producía el milagro de darles un respiro de esa vida de esclavo y que lo soltaban un rato. El animal salía corriendo de un lado al otro a desparramar toda esa energía acumulada durante tanto tiempo de quietud.
“A nadie se le ocurría que tenerlo así atado es quitarle al perro, como ser sintiente, el derecho a satisfacer unas cuantas necesidades básicas que tiene como animal no humano que es. Por ejemplo, por naturaleza el perro no va a querer jamás hacer sus necesidades al lado de donde come o donde duerme. El perro siempre defeca más lejos, no a escasa distancia de su cucha. Con eso ya le estamos privando de un derecho fundamental, para empezar”, dijo la experta en comportamiento canino.
“La gente dirá ‘¿por qué antes no pasaba nada y ahora es un problema?’ No es que antes no pasaba nada y ahora pasa, afortunadamente lo que ha pasado es que hemos estudiado, hemos entendido y aprendido que los perros y los otros animales sienten, sufren, disfrutan, padecen. Todo tal cual nosotros los humanos y por lo tanto entendemos que tenerlos atados es una crueldad. No solo desde el punto de vista del ser humano, que es cruel al tenerlo atado todo el tiempo sino que, desde el punto de vista del perro, del sufrimiento que padece, genera un tremendo estrés y lleva a que tenga conductas que también van a afectar a las personas. Está todo relacionado. Muchos dirán que es por seguridad, porque no tienen un predio cerrado, entonces prefieren atarlo. O que no lo quieren dejar solo, que no pueden dejarlo entrar a la casa porque no pueden cuidarlo; que rompe cosas cuando lo dejan suelto, y ahí hay que ver por qué rompe también, cosa que no es su culpa”, explicó.
“No se trata de culpar a todas las personas que atan a sus perros. Puede que lo hagan desde la ignorancia, porque toda su familia lo hizo así y creen que el perro está a gusto, aunque ya todos sabemos que no”, resaltó.
Riesgos y consecuencias
Además de percibirse la tristeza profunda de un animal atado y toda esa energía que no puede gastar caminando, olfateando por ahí, acompañando a su compañero humano y por qué no jugando, el ser esclavos eternos de una cadena puede traer consecuencias más graves.
“Si empezamos por lo más leve es que lo dejan al pobre perro atado solo y ahí tenemos falta de socialización. Sabemos que es una especie gregaria; o sea que necesita el contacto con congéneres y con los humanos para tener una vida normal”.
“Los perros son protectores de recursos. Cuidan sus posesiones, sus cosas. Pero un perro atado tendrá como mucho como recurso el platito de comida, el recipiente de agua. Entonces todo lo que se le acerque va a ser una potencial amenaza, porque además él no puede escapar. Esto puede generar una conducta agresiva. Siempre aclaro que el perro no es agresivo, sino que puede manifestar una conducta agresiva. Puede atacar por defender sus recursos”.
Lesiones y enfermedades
“Por otro lado, en la parte física, el estar siempre atado puede generar problemas de heridas en el cuello porque se lastima tirando; tarde o temprano va a tener lesiones”, lamentó.
Entre las cosas más importantes destacó: “un perro atado no puede estirarse a gusto, no puede moverse como quiere, no puede hacer ejercicio, que es fundamental. Pierde masa muscular y se le pueden atrofiar los músculos, situación fisiológica que lo van a llevar, por ejemplo, a una baja en las defensas; le ataca la parte inmunológica, con todo lo que eso implica y puede enfermarse de cualquier cosa”.
Estados de ánimo
“Por suerte ahora sabemos y podemos actuar en consecuencia, porque esto le afecta la parte emocional, por supuesto. Más allá del tremendo estrés que le causa, puede derivar en una depresión, como les pasa a los humanos. Ellos también se deprimen y lo que muchos piensan ‘mirá qué tranquilo está lo que está atado’, en realidad puede ser una tremenda depresión que puede derivar en cualquier conducta o comportamiento”.
A cercar, a cercar porque al perro hay que soltar
Y por todo esto que nos informó la experta Tenchio y porque hoy por hoy está en la tapa del libro que un perro atado sufre, es que debemos buscar alternativas. Antes de integrar un animal a la manada humana, debemos evaluar si tenemos las condiciones necesarias para ofrecerle y una de ellas es lograr un espacio cercado para que nuestro amigo canino no se escape. Y los que permanecen adentro del hogar por falta de espacios abiertos, se los deberá llevar a dar un paseo diario con collar y correa, caminata que resulta también beneficiosa para las personas.
En recorridas por nuestra ciudad se ven cosas tan curiosas e injustas como casas con hermosos terrenos cercados y, aún, los fieles canes permanecen día y noche atados. Como dicen por ahí “si esa es tu idea de tener una mascota, por favor, no la tengas”. → Leer más