Desarrollan hongo para combatir insecto que mata las palmeras

Un ejemplar de picudo rojo atacado por el hongo que le afecta y que podría ser la solución para salvar las palmeras.

Alda Rodríguez dos Santos es ingeniera agrónoma, responsable del Batoví Instituto Orgánico, ubicado en el departamento de Tacuarembó, y quien dio con una combinación de hongos capaz de combatir la plaga del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), insecto originario de Asia que está perjudicando las palmeras Fénix (Phoenix canariensis). Uno de los trabajos que allí se llevan a cabo desde hace muchos años es la investigación sobre hongos entomopatógenos, es decir, hongos que atacan insectos, hongos nativos de nuestro ambiente, para ser más específicos. En una entrevista con En Perspectiva, la investigadora relató los detalles sobre este adelanto en el combate de una plaga para la cual no había más respuesta que la aplicación de insecticidas, con todos los efectos no deseados que ello trae aparejado.

“Llevo mucho tiempo trabajando en alternativas ecológicas, en herramientas biológicas para bajar la presión química; de ahí parte la idea de que cuanto más químicos usamos, más degradamos el ambiente y menos oportunidad tenemos a que se exprese la biodiversidad de organismos nativos que son parte de los equilibrios naturales”, expresó Rodríguez.

CONTROL

Los primeros hallazgos del insecto datan del invierno pasado, de 2022, y en estos relativamente pocos meses que lleva entre nosotros, los daños ocasionados han sido muy significativos. “En algunas zonas la recomendación, además de los químicos, es una vez que el nivel de infestación es muy grande, lo que habría que hacer sería eliminar y prender fuego la palmera para tratar de matar lo que hay adentro, para que eso no siga colonizando”, comentó.

Para la investigadora lo viable como objetivo es hablar de un control de la plaga, más que pensar en una erradicación. “Una vez que está, dudo que se pueda erradicar. No puede estar el foco puesto solamente en moléculas químicas. Tiene que haber lo que mucho se ha escrito y mucho se habla y poco se aplica, que es el manejo integrado de plagas: el control integrado, que implica unir otras herramientas como manejos culturales o como el uso de agentes de control biológico, que pueden ser otros insectos o pueden ser microorganismos. En este caso es un hongo microscópico que lo afecta y que es parte de nuestra naturaleza”, señaló.

Explicó que no se sabe “casi nada de cómo actúan estos organismos nativos, pero este que encontramos nosotros, que aislamos, que tiene efectividad directa sobre los picudos, también es un organismo de un género y especie que está muy mencionado a nivel de la literatura internacional —no es que lo hayamos comprobado nosotros— que es endófito”. Esto quiere decir que “no solamente puede actuar directamente sobre el picudo, provocando la enfermedad del individuo y de las poblaciones, sino que se puede ‘meter’ dentro del cuerpo de la planta y desde allí inducir a la defensa de las plantas contra el picudo, algo que me parece parte de esta sensibilidad que tenemos que tener de decir qué poco sabemos de la naturaleza y cuánto para aprender de ella”. Es decir que “estos hongos, si se los aplica, si se aumenta la población de ellos en palmeras en las que no vemos todavía ataque de los picudos, vamos a estar defendiendo y haciendo como si fuera una vacuna contra la llegada y el ataque”.

BIOLÓGICO

Rodríguez agregó que la forma de trabajo en la cual se ha especializado, es hacer prospección, “es búsqueda de organismos nativos, que pueden estar en el suelo, en las mismas plantas, en los ambientes donde generalmente han sido menos impactados por productos químicos, y en ambientes ‘más sanos’, es donde es más factible encontrarlos”. El centro de investigación que conduce ha generado un banco “de diferentes aislamientos que ahí, sin saber mucho de qué organismos estamos hablando, se hacen pruebas de patogenicidad sobre el organismo plaga que en este caso sería el picudo”.

Esta línea de investigación, valoró, se generó a partir de personas que se comunicaron con ella. “Tenemos una gran ventaja de trabajar de la mano de la gente, quienes logran que nos pongamos en un tema, y se logran resultados relativamente rápidos –porque estos son procesos biológicos y nada es rápido– es eso de trabajar con la gente. Muchos productores y especialmente algunos viveristas de Montevideo, preocupados por esta situación, ya desde el año pasado se comunicaron con nosotros”. Fueron remitiendo individuos de picudos, enviaron tierra, y se comprobó la población de microorganismos criopreservados. “Llegamos a algunos que fueron más efectivos que otros y por eso y por condiciones de poder multiplicarlos y poder devolverlos al ambiente y evaluar en el ambiente su efectividad, llegamos a este organismo, que es un metarhizium, un anisople, que empezamos a hacer pruebas y a nivel natural se confirmó la eficiencia de las pruebas in vitro”.

SE SALVAN

Rodríguez aseguró que “si se agarran palmeras que no están en un grado muy avanzado de ataque, se logran salvar entre un 80 y un 86%, siempre si se las toma desde los primeros indicios de ataque”. Estos organismos, agregó “son hongos, microscópicos, que están en el ambiente, que son parte del olor a tierra mojada cuando llueve, que la gente dice, qué rico olor a tierra mojada. Si estás en un lugar natural seguramente sean organismos, esporas del suelo, hongos que se levantan con la lluvia y es el olor rico que sentimos en realidad”.