No ser número

Mañana es el Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Siniestros de Tránsito. En principio podría caerse en el facilismo de pensar que se trata apenas de una fecha más para tratar de sensibilizar acerca de un problema sobre el que se insiste permanentemente. Y, aún si así fuese, y el cometido fuera apenas el de tratar de reducir los siniestros viales, no sería un motivo a desatender, porque vivimos una verdadera epidemia. Pero esta fecha excede ese propósito, porque busca proponer otro enfoque, busca no solo dimensionar un problema sino plantear una reflexión desde el recuerdo a quienes ya no están entre nosotros físicamente a causa de un siniestro de tránsito.

Lo primero que hay que decir es que esta fecha se celebra cada tercer domingo de noviembre desde el año 2005 y es una recomendación de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), a sus Estados Miembros, ésta efeméride. El numeral 10º de la resolución 60/5 convoca a “homenajear a las víctimas de accidentes de tránsito y sus familias” y desde entonces no ha dejado de crecer la cantidad de países en los que se realiza esta recordación, con diferentes actividades. Uruguay adhirió formalmente por medio de la Ley 18.904, del 4 de mayo de 2012 y por ello, también en nuestro país se conmemora el Día Nacional del recuerdo a las víctimas de siniestros de tránsito en el día recomendado.

Por supuesto que, como es habitual en circunstancias de este tipo, se realiza una actualización estadística, y podemos mencionar que, de acuerdo a los datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS, (2018) “los siniestros de tránsito provocan más de 130.000 fallecidos y 6.000.0000 de heridos en los países de Iberoamérica, sin que las personas afectadas reciban la atención y el apoyo que necesitan”.

En nuestro país, de acuerdo a los datos presentados por Unasev en vísperas de esta conmemoración, “en lo que va del 2023 (*), en Uruguay fallecieron 358 personas (más de una en promedio cada día); y 3.006 personas resultaron con lesiones de alta entidad, en un global de 21.921 lesionados”. Son unas 70 personas en promedio “que se lesionan por día –incluyendo heridos de cualquier entidad y fallecidos– como consecuencia de siniestros de tránsito; lo que supone un promedio mensual de 2.128 personas”. Agrega la unidad especializada que el total de fallecidos en siniestros de tránsito “muestra una tendencia decreciente en el período 2011 a 2023. No obstante ello, el año pasado, fallecieron un promedio mensual de 36 personas como consecuencia de un siniestro de tránsito” y no aparece distinción entre géneros, dado que “tanto el sexo masculino como el femenino, presentan dentro de los grupos etarios comprendidos entre 15 y 29 años el mayor porcentaje de lesionados, siendo el grupo de 20 a 24 el que concentra mayor cantidad en ambos sexos con un 14,8% y 20,7% respectivamente”.

En Uruguay existe una organización, la Red Nacional de Víctimas y Familiares de Siniestros de Tránsito Uruguay (Renavic), que nuclea a la mayoría de los siniestrados viales del país y sus familias, que lleva adelante una acción de sensibilización acerca de este problema, aportando vivencias de sobrevivientes de un siniestro o de familias que han sufrido la pérdida de alguno de sus integrantes. Además de esta red nacional, en algunos lugares hay redes departamentales e incluso locales. En 2016, con la colaboración de diferentes organizaciones, se publicó una Guía de orientación y recursos para ciudadanos afectados por siniestros de tránsito, que está disponible en la página de la Unidad Nacional se Seguridad Vial (Unasev), y que está en proceso de actualización, mediante la que se pone a disposición un resumen de los recursos básicos y necesarios que se brindan como respuesta “a las necesidades que surgen en los ciudadanos y familias que atraviesan por la difícil y compleja situación de un siniestro de tránsito”.

Existe también una Asociación Iberoamericana de Víctimas contra la Violencia Vial (Ficvi), con representación en 10 países de la región, que constantemente se ha hecho eco de la convocatoria a conmemorar este Día Mundial, y que ha sostenido que “pocos han sido los avances que se demuestran por parte de los gobiernos de la región” en hacer frente a la dolorosa situación. Fue esta organización, justamente, la que propuso en esta conmemoración de 2023, a lo largo de este mes, poner el énfasis “en el valor superior de preservar la vida, exhortando a todos quienes deseen contribuir a las acciones que cada país promueve, a realizarlo utilizando las redes sociales, utilizando el hashtag: #NoSonNumerosSonPersonas”, que resulta sumamente adecuado a este propósito, en tiempos en los que todo se “numeriza”, para no perder de vista que estas estadísticas, apenas números que suben o bajan cada año y se acompañan de rostros de preocupación o esbozo de sonrisa de algún jerarca, a la postre son personas que sufrieron las consecuencias de una realidad a la que todos nos exponemos a diario apenas salimos a la calle para desplazarnos de un lugar a otro y empleando el medio que sea, porque hoy nadie está libre, sea peatón, ciclista, motociclista, automovilista o usuario del transporte público, porque simplemente sufrir un accidente no solamente depende de tomar las previsiones necesarias, alcanza con una pequeña imprudencia o una distracción ajena para sufrir las consecuencias.