“Crimen y castigo” cerró el año de “Docentes en circulación” del MEC

El docente y director de teatro, Raúl Rodríguez, cerró el año con la presentación de escenas de la obra “Crimen y Castigo” de Fiódor Dostoyevski en el auditorio Miguel Ángel Pías de Casa de Cultura, en el marco delprograma “Docentes en circulación” del Instituto Nacional de Artes Escénicas (INAE) del Ministerio de Educación y Cultura (MEC).
“Es el segundo año que trabajo en este programa del MEC, que hace la convocatoria y los interesados presentan su programa. En 2022 presenté un taller de actuación que culminaba con una puesta en escena de la obra ‘En familia’ de Florencio Sánchez, que en forma paralela lo hacía en Salto y Paysandú. Este año, cuando hicieron una nueva convocatoria no me iba a presentar porque ya estuve el año anterior y Álvaro Ahunchain me pidió que lo hiciera. Le adelanté la idea y le gustó”, dijo Rodríguez a EL TELEGRAFO. El director planificaba entonces “un trabajo sobre la novela ‘Crimen y castigo’ de Dostoyevski con mi adaptación teatral. Porque ya habíamos hecho una puesta en escena que estrenamos en la embajada de Rusia, entre otras presentaciones en América Latina, en Rusia y en Bielorrusia”.
Rodríguez propuso que los participantes leyeran la novela y trabajaran escenas para presentar al público, “que den una idea del autor. Nos consta que muy poca gente lo ha leído, si bien todos saben de su existencia. Es muy difícil ver escenas de sus obras. Yo mismo busqué si había alguna versión teatral de la Comedia Nacional y lo único que encontré fue la puesta en escena con tres personajes, de la compañía polaca de Andréj Wajda en Montevideo”.

En obra

El programa se extendió durante cinco meses de trabajo, tres horas por semana. “Los participantes leyeron la novela y eso ya es un acontecimiento. Prácticamente no hubo deserciones y participaron 32 personas. Después de estudiar la biografía de Dostoyevski, se inició el trabajo con la adaptación que hice en 2011 con la búsqueda de la verdad en la escena y no buscando a los personajes, sino que se colocaran en la circunstancia. Después de elegir a los participantes se hizo un desarrollo de la compleja historia de ‘Crimen y castigo’”.
Rodríguez definió que “es mucho más que la historia de un joven estudiante que mató a dos mujeres. En el fondo está el pensamiento fascista que plantea Dostoyevski y se adelanta a su tiempo. Expresa el pensamiento de todos los dictadores que se creen con derecho a matar. En este caso, a una usurera que se aprovechaba de los pobres que iban a empeñar sus pertenencias. Sigmund Freud, entre otros, estudiaron esta novela porque es realista y sicológica”. Dostoyevski “profundiza mucho en el alma humana, en las contradicciones que tenemos todos. En algunas ocasiones nos comportamos como personas solidarias y empáticas y en otras, como canallas. Por eso, no hay ni buenos ni malos en la obra”. Los integrantes del grupo “con la excepción de dos casos, los demás no tenían experiencia y todo el trabajo se hizo en cinco meses, tres horas por semana. Es una novela muy difícil de leer y analizar”.
Rodríguez reafirmó la aplicación del método Stanislavski, tanto en esta obra como a lo largo de su trayectoria. “Quiero transmitir todo lo que pueda porque me considero un misionero que va con la palabra de Stanislavski a todos lados”, enfatizó.

“Almar” en enero

Por otro lado, el 27 de enero a las 19.30 en el teatro Florencio Sánchez, “los estudiantes que no pudieron participar en la presentación de las escenas de ‘Crimen y castigo’, serán teloneros a primera hora. Porque a segunda hora, presentaremos ‘Almar’ –una obra ya estrenada en España por el director– que es la historia de Albert Einstein y Margarita Konenkova, su amante soviética. Se descubrió en la década de 1990 en una subasta, cuando aparecieron cartas de amor y luego de una investigación, se concluyó que ni el FBI ni la KGB lo sabían”.
Explicó que “la obra comienza el día que Margarita viene a despedirse de Einstein porque debe volver a la Unión Soviética, luego del llamado de Stalin. Con el estallido de las bombas nucleares en la Segunda Guerra Mundial, Einstein se cuestiona y no puede eludir su responsabilidad, pero ella lo convence que fue un invento científico que otros utilizaron para la guerra”. El director destacó que la obra, es del dramaturgo Alexander Gelman, “muy respetado y traducido a varios idiomas”.