Delincuentes coparon una casa de chacras del San Francisco

Un matrimonio sanducero fue víctima de un violento copamiento en que los delincuentes incluso les efectuaron varios disparos, hecho ocurrido al mediodía de ayer miércoles en la zona norte de la ciudad, en la casa y planta de elaboración de agua La Sanducera, ubicada al Este del empalme de ruta 3 con Avenida de las Américas, zona de chacras de San Francisco. Siguiendo una meticulosa planificación, según se puede apreciar en los videos de las cámaras de seguridad –lo que denotaría un amplio conocimiento en este tipo de ilícitos– los malhechores rondaron el lugar 45 minutos antes del ataque y se tomaron el trabajo de quitar las llaves de todos los vehículos de la empresa y particulares, posiblemente para evitar ser perseguidos cuando se retiraran. “Estaban decididos a todo”, indicó una de las víctimas a EL TELEGRAFO acerca de cómo operaron.

Si bien el caso aún no ha sido informado por Jefatura de Policía, este medio obtuvo el relato de las víctimas que comentaron que nunca antes habían pasado por una situación similar. “Estábamos almorzando cuando ella (por su esposa) sintió un ruido en el fondo. Como vienen vehículos a cada momento a dejar cajones, no le dimos mucha importancia. No quedó conforme por lo que fue hasta el fondo; me había encargado que dejara cerrada la puerta del cuarto por higiene y demás y la vio abierta, y eso le llamó la atención”, contó el dueño de casa.
Mientras “él se quedó dándole de comer a los perros en el frente, yo fui para el fondo por la inquietud que sentía ruidos porque, aún mirando por las cámaras en el celular, no veía nada. En el pasillo me fui encontrando con bandejas que nosotros usamos para los sifones, lo que me parecía raro pero a la vez podrían haberla dejado tiradas los chiquilines que trabajan acá. Salí y vi la puerta del fondo abierta y encontré en el medio del camino un fierro con potente peso, que también me llamó la atención, aunque también me convencí de que capaz lo habían dejado los chiquilines del reparto. Entonces fui para el frente de la casa, miré para todos lados pero no veía nada. Escuché ruido como a música, también pensé que podría haber alguna radio prendida de las camionetas, pero no. Me fui hacia el fondo y entré de nuevo para cerrar la puerta con pasador para quedarme más tranquila. En eso que voy pasando por frente al dormitorio me encuentro de nuevo la puerta abierta y al asomarme vi todo revuelto el dormitorio y dije nos robaron”, relató a su vez la señora.
De inmediato llamó a su esposo “diciéndole que nos habían robado y al volver veo a uno de los delincuentes empujando la puerta para entrar. Le había puesto solo el pasador entonces corrí a pasarle llave, pero en el momento en que me apoyé contra el vidrio el tipo me apuntó con un revólver. Estaba encapuchado, solo le alcancé a ver los ojos. Me tiré atrás de la pared y mi esposo salió a correrlo. En ese momento sentí como cuatro disparos y le gritaba a mi marido que se volviera porque al ver que estaban armados no valía la pena arriesgarse a que te maten. En eso llamé a la seguridad y a la Policía, pero no me salía nada, no sabía qué decirles de los nervios”, agregó.

Dispararon a pegar

Mientras la mujer intentaba pedir auxilio, su esposo estaba fuera y era blanco de disparos que afortunadamente no le impactaron. “Fue un momento de muchas cosas encontradas, un momento crítico porque ella que gritaba desesperada que yo volviera porque me iban a lastimar o a matar; el tipo (delincuente) que quería entrar a toda costa, porque lo anecdótico de esto es que desgraciadamente nos han robado otras veces pero hasta ahora solo entraban, robaban y se iban, y uno ya vive resignado. Pero esta gente no, por eso ponemos énfasis en que hay que estar con todo cerrado y con seguridad, porque a la puerta la abrieron ellos con un fierro. En ese momento me encontraba con la situación de que ella podía haber quedado con otro adentro y yo no sabía, y que los disparos no eran para amedrentar sino que me tiraba directo. En el último incluso se ve en el video –al que tuvo acceso EL TELEGRAFO– que el tipo se agachó y me dispara a mí. Y no era pistola de aire, era un calibre .32”, comentó.
Acerca de lo hurtado, “nos robaron joyas, más que anda de valor sentimental, piedras de banco, las llaves de las cuatro camionetas –increíble, para qué no sabemos–… Seguramente iban a seguir investigando más cuartos, pero llegaron solo al primero”, dijo el hombre.
La Policía les indicó que posiblemente se trate de delincuentes del sur del país. “Tengo entendido que los que andan robando a la vuelta, ven gente y se van corriendo. Pero esta gente venía decidida a todo, con armas, a plena luz del día, con la cara cubierta y entrando como en una película. No les importaba nada, por lo que creemos que no son de acá o al menos no de acá pero guiados por alguien más. Si nos robaron los vehículos no eran para acá, porque acá no hay mercado de autos robados, eso es en el sur”, dijo la señora.
Luego de pasado el susto, el matrimonio chequeó las cámaras de seguridad y constataron que los ladrones, en apariencia fisonómica joven y ágiles, “estaban hacía rato rondando y capaz estudiando cuándo entrar”. “Después la Policía los salió a buscar para la parte norte donde dejaron calzado y me ‘daba mucha espina’ porque dejaron tiradas algunas cosas. Se llevaron como lo de valor nomás. Nos dijeron que dos se habrían ido en una moto que estaba por calle Ecuador y los otros dos salieron para el lado de la ruta”.
“Después te ponés a pensar qué hubiera pasado si mi señora hubiera estado sola, o si nos agarraban sentados tomando mate a la tardecita. Capaz andando por adentro de la casa y capaz hoy no estábamos contando el cuento”, dijo el hombre con resignación.