Zabala es un caramelo

Si algo caracteriza el ejercicio del poder en todas las épocas, países y regímenes, es la tentación de los gobernantes de creerse fundadores de su tiempo y dueños no sólo del presente en el cual les toca ejercer sus mandatos sino también del pasado, el cual suele ser objeto de continuas y extravagantes manipulaciones en busca de generar un “relato” que les sea favorable. Las manifestaciones de esta tendencia son muchas y variopintas, pero incluyen el cambio de nombre de calles y espacios públicos, la publicación de libros que traten de fundamentar sus desvaríos mesiánicos y por supuesto la celebración de fechas cuyo contenido les sea favorable que obviamente coincidan con el período de sus respectivos mandatos. La proximidad de la celebración de una elección (interna, nacional o departamental) constituye un regalo de cielo porque les garantiza recoger rápidamente los que ellos entienden que serán los supuestos frutos de su manipulación de la historia. En resumen: es como regalarle un caramelo a un niño y en el caso de la intendenta de Montevideo Carolina Cosse, un caramelo marca Zabala.
Dueña de un particular estilo, del cual la soberbia, el elitismo intelectual y su centralismo montevideano son las principales características, en la desesperación por los números negativos para sus aspiraciones políticas, Cosse echa mano a todo lo que está a su alcance, y por supuesto que el muy romano “pan y circo” resulta fundamental para distraer a las masas. Al costo que sea, aunque tenga que reescribir la historia.
En este contexto y sobre todo en un año de elecciones presidenciales, Cosse resolvió utilizar uno de los mojones cronológicos de la historia de nuestro país, en este caso relacionado con la fundación de Montevideo (el año 1726) para dar rienda suelta a su extravagante e incesante culto a la personalidad, invocando los supuestos 300 años de la ciudad de Montevideo para “tirar la casa por la ventana” pero con dinero de los contribuyentes, claro. La intendenta capitalina tiene experiencia en el uso de dineros públicos para sus campañas electorales personales en Montevideo y la muestra de ello es la construcción del Antel Arena, cuya denuncia en la justicia penal aún no se ha dilucidado. Cosse no es nueva en estos menesteres y el polémico edificio de la empresa telefónica estatal le rindió sus esperados frutos: resultó electa intendenta de Montevideo. Como dicen en el fútbol… “penal y gol es gol”.
Sobre la fundación de Montevideo, el profesor de Historia afín al Partido Colorado, Diego Delgrossi, señaló para Montevideo Portal “que en 1717 “inician pedidos de construcción de un reducto militar que flanquee a la Nova Colonia do Sacramento”, y que, en 1723, “se elige el puerto natural, al abrigo de un cerro, que en cartas de Juan Díaz de Solís consta como ‘Monte VI, dirección de este a oeste’, a la postre, ‘MonteVIdEO’”. Delgrossi citó además un texto del historiador Isidoro de María que señala: “Al comienzo del año 1726, dispuso se procediese a la fundación de la ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo”. Comentó que, en 1724, “se instala el reducto militar para asegurar el territorio (donde los lusitanos ya habían estado dando vueltas)” y se “da inicio el loteo y diagramación de la ciudad”. A su vez, señaló que entre 1724 y 1725 se llevó a cabo la construcción de las “primeras viviendas” y el “inicio de obras de la muralla”. El 20 de enero de 1726, según dijo, se instalan los primeros pobladores y se funda San Felipe y Santiago de Montevideo, “la cual no estará finalizada hasta 1730”, quedando “su muralla de manera incompleta. (…) Ante dudas sobre anteriores celebraciones, tanto la administración municipal del doctor Tabaré Vázquez como del arquitecto Mariano Arana, conmemoraron en torno al 1726”, sentenció Delgrossi.
Adicionalmente, y tal como lo dio a conocer el informativo televisivo Subrayado, el historiador y escritor, profesor Leonardo Borges, afín al Frente Amplio (más concretamente al sector de Fernando Amado) “presentó un libro en el 2007 bajo el título “La historia secreta de Montevideo”. Allí cuenta los sucesivos acontecimientos que derivaron en la fundación de Montevideo como respuesta a la instalación en la zona de un contingente portugués que pretendía crear una ciudad para aprovechar la bahía natural, posterior puerto de Montevideo. En ese libro Borges fija posición y sostiene que la fundación de Montevideo fue en 1726 (…) Yo tomo partido en el libro”, dijo Borges este lunes en el programa Arriba Gente de Canal 10. “Para mí una ciudad comienza cuando tiene pobladores, y eso fue en 1726”. Resulta claro que Cosse “adelantó” dos años el calendario para tener la excusa perfecta de los festejos (en realidad los festejos de su candidatura) en un año electoral. Más claro, imposible.
Entonces, ¿en qué se fundamenta la elección de 1724 como fecha para los festejos de los 300 años de Montevideo? Ante la abrumadora evidencia histórica en su contra se justificó en que en ese año ya había “algo” en donde dos años más tarde sería fundada la ciudad por Bruno Mauricio de Zabala, y que por lo tanto no hubo tal fundación sino un “proceso fundacional”, como ocurrió con Paysandú. Sólo que en el caso de nuestra ciudad realmente no hubo fundación, y por eso se habla de “proceso”; ¡pero Montevideo sí fue fundada! Si se toma como válido tal argumento habría que rever la historia –no solo la de Uruguay, sino hasta la universal– porque nada ocurre espontáneamente, siempre pasó algo “antes”. Entonces, habría que dejar de tomar el 14 de julio de 1789 como fecha de la Toma de la Bastilla, mojón fundamental de la Revolución Francesa, dado que el alzamiento popular contra el rey Luis XVI y el sistema monárquico que llevó a ese desenlace comenzó meses antes. En nuestro país, el desembarco de los Treinta y Tres Orientales también fue un “proceso” donde fueron fundamentales los hechos que hicieron posible el cruce del río Uruguay; Artigas no ganó la Batalla de las Piedras el 18 de Mayo de 1811, porque para llegar a eso primero tuvo que reunir a su tropa de indios y paisanos que finalmente pelearon para vencer al ejército realista al mando de José Posadas. Al fin y al cabo, la exdirectora de Cultura de la Intendencia de Paysandú durante la administración Caraballo, gestora cultural Cinthya Moizo, tenía razón: ¡a quién le importa qué pasó un 18 de Julio de 1830 en nuestro país! De tomar como válido el débil argumento de la intendenta, la participación de Bruno Mauricio de Zabala en la fundación de la ciudad de Montevideo –un hecho fundamental para la historia de nuestro país todo– sería muy menor, y quien hasta ahora fuera considerado el “padre” de la ciudad, tendría menos valor que la famosa golosina de dulce de leche que tanto gusta a los niños uruguayos.
Así pues, es clara la manipulación histórica en la cual se encuentra embarcada la intendenta Cosse, que por cierto no es exclusiva de su persona ni del Frente Amplio, porque es hija de las actitudes de soberbia en la cual muchos gobernantes (incluso sanduceros) han caído en aras de soñar con una prolongación de su gestión.
En definitiva se trata de una perla más a favor del revisionismo que nos imponen los radicalismos de todos los tipos, donde nada es lo que es, ni fue lo que fue, sino que depende de quién lo interprete, desde los “pueblos originarios”, la “identidad de género” hasta la Historia misma. Al menos “Bruno Mauricio” vivirá por siempre… mientras exista un caramelo Zabala.