“El gobierno se ha ido deshilachando, pero no hay que creer que ya está derrotado”

El senador Ec. Mario Bergara, precandidato a la Presidencia de la República por varias agrupaciones del Frente Amplio, destacó a EL TELEGRAFO que la propuesta programática de gobierno de la coalición de izquierdas tiene cambios significativos respecto a lo que llevó adelante a partir de 2005, cuando accedió al gobierno, y durante quince años, “porque los tiempos han cambiado, la realidad uruguaya, del mundo y la región es distinta”, e indicó que si bien se sostiene una misma visión desde el punto de vista filosófico, la idea es aggiornarse a la tecnología, al mundo del trabajo, a los nuevos tiempos, a los cambios en la sociedad, a tener en cuenta “todo lo bueno” que se hizo en el período frenteamplista, también tomando nota para correcciones y malas experiencias en la gestión.
En su visita, acompañado por los dirigentes Mauricio Guarinoni, Jorge Rodríguez, Christian Di Candia, Javier Azpiroz, Ricardo Fleitas, Inti Rodríguez, Michael Guevara y Laura Gutiérrez, consideró asimismo que su candidatura es una suerte de “equilibrio” entre las otras dos que presenta su fuerza política, en las personas de Yamandú Orsi y Carolina Cosse, pero indicó que “apoyaremos el gobierno del Frente Amplio que sea” en la hipótesis, que cree muy favorable, de que la izquierda vuelva al poder en 2025.

Bergara integra el espacio Convocatoria Seregnista, que comprende Fuerza Renovadora, Asamblea Uruguay, Plataforma, Magnolia, PDC, Usina, Claveles Rojos, Izquierda Cristiana y espacios departamentales, y destacó que el reciente acto de demostración de unidad del Frente Amplio en La Paloma, por su aniversario, es una muestra cabal del entusiasmo y optimismo entre dirigentes y militantes de la coalición de izquierdas, lo que percibe en cada lugar en que está recorriendo en la campaña electoral. Advirtió sin embargo que “no debemos creer que están ganadas las elecciones”, y convocó a redoblar esfuerzos a dirigentes y militantes frenteamplistas para encarar una campaña activa en todo el país, en actos y en el mano a mano, para generar una amplia base electoral, porque “no hay que creer que el gobierno ya está derrotado, pese a que se ha ido deshilachando”.
Consideró que a su juicio el gobierno de Luis Lacalle Pou ha sido muy negativo para el país, y que uno de sus planteos respecto a que se abatiría el déficit fiscal ha quedado probadamente incumplido, por cuanto el actual déficit de las cuentas del Estado a esta altura es el mismo que tenía cuando accedió al poder.
Cuestionó asimismo que el gobierno de Lacalle Pou le diera todas las herramientas requeridas a los “malla oro” en aras de la aplicación de la teoría del derrame, en el sentido de que si le iba bien a los empresarios líderes se iba a derramar riqueza hacia todos los demás, pero “la realidad” ha demostrado que no es así, y que se han afectado el empleo y los salarios, al mismo tiempo que entiende que hay un fuerte atraso cambiario que hace mella en la competitividad, entre otros factores, y que es posible corregirlo con alguna intervención del Banco Central, dejando de lado la actitud prescindente que se ha llevado adelante hasta ahora.
Reconoció que es un tema que no es sencillo, que requiere la búsqueda de equilibrios, porque un dólar en determinado valor puede servirle a unos pero es negativo para otros y viceversa, pero destacó que entiende que hay un atraso cambiario de no menos del 15 por ciento y que se genera una distorsión que con el paso del tiempo resulta más difícil de corregir, por lo que requiere gradualidad pero con repercusión efectiva.

Cuestionó asimismo decisiones políticas y actitudes del gobierno, en el sentido de dejar de lado la presencia del Estado, señalando que dijeron que el Estado “es un lastre para los privados”, además de mencionar errores, corrupción y/o manejos irregulares como la concesión monopólica del puerto de Montevideo, los casos Astesiano y Marset, la intervención para ocultar el caso Penadés, el otorgamiento de viviendas en forma directa a militantes de Cabildo Abierto en el Ministerio de Vivienda, el otorgamiento irregular de publicidad en el Ministerio de Turismo, los que en mayor o menor medida tuvieron repercusión en renuncias o destituciones, entre otros episodios.

No a los plebiscitos

Consultado respecto a su postura respecto a los plebiscitos que se intenta llevar adelante para la reforma de la seguridad social y la Ley de Usura, promovidas respectivamente por el Pit Cnt y el partido Cabildo Abierto, Bergara señaló que no apoya ninguna de estas iniciativas, en principio porque no son temas que deberían estar contenidos en la Constitución, y que sí son de resorte legal.
Advirtió que en el primer caso rechaza los términos en que se ha concebido la modificación de la seguridad social por el gobierno, por cuanto se está haciendo recaer todo el peso de la reforma sobre las espaldas de los trabajadores, pero a la vez consideró que no deberían incluirse en la Constitución elementos como salario mínimo y otros parámetros, como así tampoco derogarse las cuentas individuales a las AFAP, “que tienen nombre y apellido”. Subrayó que desde marzo del 2025, en caso de ganar el Frente Amplio, debería convocarse a un gran diálogo nacional para acordar las bases de una reforma ajustada a lo que realmente se necesita.

De la misma forma, evaluó que no deben incorporarse a la Constitución elementos como los que propone Cabildo Abierto respecto a la usura, sobre lo que ya se ha legislado e incluso establecido modificaciones a la ley. Reafirmó que “es un tema legal”, sobre el que hay que trabajar y establecer modificaciones que tomen en cuenta determinados equilibrios y posibles consecuencias colaterales, porque si bien es cierto que se cobran intereses desmedidos, hay factores a tener en cuenta, separando por ejemplo lo que son préstamos bancarios de los de las administradoras de crédito, donde los intereses son más altos, pero que van destinados a quienes no son atendidos por crédito bancario por una serie de causas.
Indicó que se corre el peligro de que a las instituciones de crédito ya no les interese prestar a determinado segmento, y que estas personas sin acceso al crédito caigan en manos de personas inescrupulosas, que lo que buscan es obtener el máximo de su dinero, por diversos métodos, y hasta quedarse con las bienes de quienes han recibido los préstamos.