El diputado del Partido Colorado, Tec. Agr. Juan Carlos Moreno, presidirá este año la comisión de Bienestar Animal de la cámara de representantes donde se encuentra alojada una iniciativa parlamentaria que solicita la prohibición de la práctica de equinos destinados a la producción de hemoderivados también conocida como “granjas de sangre”.
En el citado grupo parlamentario, “se sabe informalmente sobre la posición de cada legislador, mientras se recaba más información. En el actual período pasaré a presidir la comisión y se abordará ese tema que quedó para este año porque estamos invitados a recorrer los lugares donde se hace esta tarea”, dijo Moreno a EL TELEGRAFO.
Reconoció que “en el fondo hay una situación muy compleja. Más allá de lo que se hace, está el producto que es muy necesario para la producción nacional porque –habiendo sustitutos y alternativas en otras partes– no son recomendados. En Uruguay no hay alternativas y la hormona que se usa para la concentración de celos en muchas especies productivas en Uruguay, está más dedicado a la producción en sí y a la genética”.
Según el diputado, “son muy fuertes los números para la producción. En cuando a bovinos, hay unos 6 o 7 milones de vacunos y hablamos de cerca de un millón de vacas que se usan para la mejora de la genética y para la concentración de la producción”. A diferencia de Argentina que se encuentra en proceso de pruebas, “en Uruguay no existen los productos alternativos”. En el vecino país, “los resultados no son recomendables, pero la comisión decidió ver cómo se hace esta tarea. Y, por otra parte, buscar una solución alternativa para avanzar sobre esta tarea”.
Moreno consignó que “si llega a aparecer un sintético que cultiva la hormona natural, estaríamos de acuerdo en no avanzar pero aún no hay una postura”. Aclaró que “sería muy irresponsable dar una opinión personal sin consultar a mi bancada ni a mi partido, pero sigo esa posición. Si no hay una solución alternativa, no se puede dejar de producir. Sería dejar de lado un mosaico productivo donde trabaja mucha gente. Por otro lado, no me gusta andar prohibiendo. Porque en el marco de las libertades, la palabra prohibición es el peor remedio para cualquier sociedad”.
