Escribe Ramón Appratto Lorenzo: La civilización occidental y cristiana y la oriental y musulmana

Leí hace tiempo una página de una de las mejores plumas que alternan en la prensa nacional, que se refería a los múltiples efectos bélicos y sociales derivados del ataque criminal infligido el 7 de octubre por Hamás a Israel. De la guerra van 6 meses y sigue. Pero de los efectos sociales vale rescatar algunos sucesos significativos.

Uno es el alzamiento de opiniones contrarias a Israel surgidas en sociedades europeas occidentales del primer mundo, donde además, los inmigrantes musulmanes que pululan en sus ciudades, se manifestaron violentamente a favor del terrorismo islámico y siguen en efervescencia.
La revolución de “los satisfechos”

Otro. En América, varias universidades de primer nivel de los EE.UU. y las no tanto como la nuestra, cuestionan a Israel por defenderse y reclaman un “alto al fuego”, que a todas luces es favorable a los agresores que van perdiendo la guerra que iniciaron. Pueden rendirse y entregar los rehenes. Pero la siguen con el deseo de eliminar a Israel de la faz de la Tierra. Tres presidentas de universidades de EE.UU. (Harvard incluída) fueron al Congreso para defender la tesis de que opinar a favor de la eliminación de Israel estaba amparado constitucionalmente por la libertad de expresión. La crema universitaria de EE.UU. así como la de otros lugares de occidente padecen la infiltración de las ideas de la izquierda revolucionaria. Las élites “iluminadas” colonizadas por corrientes de izquierda aborrecen las propias bases que las creó. La norma es tirar estatuas, enchastrar museos, grafitear propiedades, romper obras del ornato público, escrachar personas y… alentar el terrorismo.

Antonio Gramsci

Centros de estudios referentes mundiales por su nivel técnico, fueron dejando valores fundacionales por el camino rindiéndose a la seducción de las ideas de Antonio Gramsci “el Lenin de occidente”. El que observó la revolución de 1917 y abrevó en el marxismo que entonces parecía superado, pero que él hizo mutar evitando su muerte. Gramsci cambió el fusil de Lenin por la infiltración del marxismo a través de la cultura. El cambio en las ideas dominantes. Lograr la nueva hegemonía cultural. El famoso hombre nuevo que tantas veces escuchamos pregonar a la izquierda del mundo desde la segunda mitad del siglo XX.

Mi experiencia con el gramscismo local

Decía el vasco Miguel de Unamuno que para generalizar no hay mejor cosa que hablar de uno mismo. Por eso allá voy. Hace unos 60 años fui electo consejero de la Facultad de Ingeniería por el Orden Estudiantil al obtener más de 1/3 de los votos. Los otros 2/3 los obtuvo la corriente izquierdista imperante en la Universidad. Con mi voto la mayoría del Consejo no era de izquierda. El decano era el Ing. Industrial y Agrimensor Enrique De Martini. La izquierda no había podido obtener la mayoría de esa Facultad en la primera elección de 1959 con la nueva Ley Orgánica. Y la volvió a perder en la siguiente de 1963. En consecuencia, ante la elección de 1967, donde presagiaban perder nuevamente, el Rectorado decidió drásticamente intervenir la Facultad de Ingeniería en base a “motivos” que esgrimían los consejeros estudiantiles de los 2/3 de votos, afines al Ing. Oscar Maggiolo para tomar la Facultad. El interventor fue un tal Carbonell, agrónomo. Que duró hasta después de la elección del 67 y la toma por la izquierda de la Facultad de Ingeniería.

El Dr. Mario Cassinoni había sido electo diputado por la izquierda. Dejó esa política para ser rector de la Universidad. Seguramente sabía de Gramsci y había entendido bien su mensaje. Los estudiantes de los 2/3 se sublimaban sintiéndose los parteros del “hombre nuevo”. Los más mediocres eran los más fanáticos.

De la intervención a la fábrica de bombas

En tiempos de la guerra de los tupamaros contra la República, queriendo voltear el gobierno constitucional, década de los 70, en la sala de proyecciones del Salón de Actos de la Facultad de Ingeniería explotó una bomba que voló una gruesa pared y mató a un estudiante. Según se dijo, las bombas se fabricaban en el Instituto de Máquinas (subdirector el Ing. Maggiolo). El caso lo tomó la Marina pero rápidamente quedó a cargo del jefe de la Región Militar N.°1 Gral. Líber Seregni. No supimos más nada.

Enseñanza pública y privada

Hubo una enseñanza pública excelente. Hace tiempo los directivos de la Universidad son los máximos promotores de las universidades privadas cuyos resultados son mucho mejores que los de la pública, que sigue produciendo estudiantes eternos. Igual pasó y pasa con los dirigentes sindicales de los maestros y profesores de Secundaria. Los vi en las ATD en mis 32 años de profesor de Matemática. Hasta el propio Valenti (FA) dice que son los máximos promotores de la enseñanza privada. Todo eso es parte de la acción local del gramscismo.

El cristianismo, amalgama de occidente

Vivimos en una guerra cultural, que opaca a otra mayor pero subyacente de origen religioso. Las religiones tienen valores éticos, morales y propios del credo, que forjan la cultura de los pueblos. Si no se colisionan las sociedades viven en paz.

Ortega y Gasset decía que la unidad europea iba a lograrse cuando asomara la coleta del primer chino por detrás de los Montes Urales. Debajo del vidrio de mi escritorio guardo un “Se Dice” del diario El País del 17 de marzo de 1995 cuyo texto dice: “Que según el filósofo español, Julián Marías, es evidente el descenso de la calidad intelectual en el mundo”. Y en el prólogo de un libro de Alonso de Contreras, dice el propio Julián Marías, que cada unos 500 años el Magreb tiende su pinza sobre occidente. Antes fue con centro de palanca en el levante y sus brazos, uno por el norte de África y el otro por el sur de Europa. Ahora pasados 500 años quizás tienda otra pinza con palanca ¿Dónde? Y sus brazos opresores no sabemos ubicarlos bien.

Pero lo único que puede unir a las raíces de Europa y a las Américas de norte a sur, es el espíritu inspirador de quien murió hace 2024 años. Jesús el Nazareno que dio cuerpo al Cristianismo en sus varias vertientes. La cuestión hoy es entre la civilización occidental y cristiana herida por el gramscismo y la civilización oriental y musulmana enferma de terrorismo. Hay otros interesados que merodean esperando su turno para hacer su jugada o retirarse.