El expresidente de la Comisión de Patrimonio Cultural de Paysandú, Arq. Rubens Stagno, señaló que el edificio portuario “es el cuarto más antiguo de Paysandú, con la Basílica, la Jefatura de Policía y el Teatro Florencio Sánchez. No tiene peligro de derrumbe, sino de colapso de sus techos” en un área. Si bien “no tiene declaración como tal, para nosotros tiene un valor patrimonial tremendo. En la administración pasada, se hizo una reestructura en los techos del ala norte. Se retiraron las tejas francesas antiguas y originales, se reparó la tirantería y se trajeron tejas iguales desde Buenos Aires”, dijo a EL TELEGRAFO.
Explicó que “el ala norte está reparada e incluso los entrepisos. Sobre la madera existente se puso una capa de hormigón armado. Por lo tanto, está en condiciones de recibir a las oficinas de la ANP. Faltaban las instalaciones eléctricas y recuperar la carpintería de las ventanas en mal estado. Pero sería ideal seguir con ese proyecto original de trasladar las oficinas”.
El ala sur
Según Stagno, “en el ala sur, si no se hace lo mismo con esa tirantería, va a colapsar. Porque los tirantes de pinotea están amurados a los muros existentes y se encuentran en malas condiciones. Ahí es cuando se produce el colapso y puede caer todo junto. El plan era seguir con esta etapa, pero la actual administración no ha invertido ni ha mostrado interés”.
Detalló que “es un edificio que puede usarse para distintas funciones. En el ala sur se puede instalar un museo de artes plásticas, en tanto Paysandú no cuenta con uno de ese estilo o un museo de la música, en homenaje a Los Iracundos y tantos otros exponentes”.
La construcción “tiene mucha vigencia con un patio central empedrado para realizar conciertos y obras de teatro, con un balconada impresionante hacia el río. En un momento hicimos allí un concierto. Es decir, es un edificio que da para mucho. Lo que pasa es que nadie le puso cabeza, pasan los años y hoy estamos en esta situación”.
Faltan recursos
Stagno reflexionó que “aún si tuviera la declaratoria de monumento, no hay dinero para su inversión en mejoras. Hay otros edificios que son patrimoniales y se están cayendo. Pero en este caso, no hay peligro de derrumbe –porque las paredes tienen unos 30 centímetros de grosor– sino de colapso de sus techos. Si se hubiera seguido con las inversiones, de a poco se iba recuperando”, concluyó.
