Solicitada: Antel Arena, un abuso

Desde Presidencia, con lógica pura, se solicitó al Directorio de Antel el desarchivo de la causa del presupuesto de la construcción del Antel Arena. A ver si se tiene más cordura a la hora de investigar dicho tema desde la Fiscalía. Sobre todo, teniendo en cuenta las manifestaciones de la exfiscal Gabriela Fossati, que tiende un manto de dudas sobre la forma de actuar en un grupo de fiscales funcionales a la administración del exfiscal general, donde sobresalía su filiación partidaria a la hora de fallar en la mayoría de los casos.

De hecho, extrañamente se cambió el fiscal que llevaba la causa y se archivó. Esto sin tener en cuenta otras auténticas necesidades que dejaron patente su urgencia, en la mayor seca de los últimos años sufrida por nuestro país dejando plasmada la preponderancia del proyecto Neptuno, donde sus propios compañeros, Astori y Sendic (muy a pesar del conocido destrozo protagonizado en Ancap), advirtieron la imposibilidad de gastar en el Antel Arena, lo que correspondía por importancia y urgencia al proyecto mencionado. Sin embargo, contra viento y marea se le dobló la muñeca al presidente Vázquez para gastar 40 millones de dólares en su construcción, que terminó redondeando 120 millones entre pitos y flautas.

También el Tribunal de lo Contencioso Administrativo expresó que no se podía construir por inconstitucional. Sin embargo, bajo el rótulo de marketing se siguió adelante. Extrañamente mientras se elevaba aún más el gasto en publicidad. Publicidad que indirectamente recaía en la gestión de la presidenta del ente estatal, la intendente y precandidata presidencial Carolina Cosse.

Volviendo al tema estrictamente legal, hay muchas actuaciones que llaman poderosamente la atención y que podrían encauzar dentro de la ilegalidad considerada como abuso de funciones. Ejemplos: contratación directa, seleccionando entre diez a dos empresas para la compra de artículos comunes que hay en el mercado. Gastos excesivos: seiscientos mil dólares en una cocina, dos millones de dólares en una cancha de baby fútbol, tres millones de dólares en un sistema de audio, son tan solo algunos de los gastos que llevaron a que se alcance la abultada cifra de 120 millones de dólares.

Más allá que haya sido Cosse la abanderada de este emprendimiento para su rédito político particular, el problema es mayor. El mayor problema es que el FA busca facturar políticamente a corto plazo, y luego cuando no hay dinero le echa la culpa a la oposición, o lo soluciona subiendo o creando impuestos que paga Juan Pueblo, aunque no haya podido disfrutar ni un centavo de sus derroches. Porque yo pregunto estimado lector: ¿cuántos sanduceros conocen el Antel Arena? ¿Cuánta gente del Interior lo conoce?, o ¿cuántos montevideanos han disfrutado de él?, más allá de contemplar la soberbia obra, o más bien la obra de la soberbia de una administración que, después de tres legislaturas pasó sin pena ni gloria y sin solucionar ninguno de los grandes problemas de los uruguayos, pretendiendo que en una sola administración de la coalición, que no tuvo viento de cola internacional en la economía, sino todo lo contrario, se solucione todo el desmadre dejado por los gobiernos frenteamplistas.

Javier Pizzorno Edil delPartido Nacional

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