
Los voceros del gobierno
Circula por la web, en un blog particular, un análisis sobre los problemas de comunicación que afronta el gobierno, un gobierno que, paradójicamente, ha incorporado a sus huestes a varios conocidos extrabajadores de los medios de comunicación. A ver, entendámonos, no es nuevo esto de que comunicadores sean incorporados por diferentes dependencias estatales en cargos de particular confianza, es un fenómeno que desde siempre ocurrió por ejemplo en las intendencias departamentales, desde cuando eran municipales. Siempre ha habido cosas que comunicar. Solo que quizás no hubiese ocurrido hasta ahora en la medida que actualmente. Quizás deba considerarse como factor acrecentador los problemas que están afrontando los medios de comunicación tradicionales. Como sea, este gobierno tiene muchos comunicadores en funciones que no siempre son de comunicación, a veces sí, pero hay excolegas que ocupan otros roles; están en el Parlamento en las bancas para las que fueron electos, no hace falta mencionar a nadie pero hay casos muy notorios. Por eso tal vez es que llama la atención que se diga que el gobierno tiene problemas para comunicar las cosas que hace o piensa, algo que tampoco es de ahora, pasó anteriormente con los gobiernos del Frente Amplio.
Pero vayamos un poco atrás, unos meses, y veamos cómo fue la campaña electoral. El tránsito de Yamandú Orsi a la presidencia no destacó precisamente por su constante presencia en los medios de comunicación, muy por el contrario, fue un candidato que habló poco, que prometió poco y solo tuvo algunas apariciones de exposición mediática muy puntuales y muy controladas, como cuando realizó una serie de anuncios en la ciudad de Colonia, anunciando, sin ida y vuelta. Después hubo un episodio muy recordado cuando visitó los estudios de un grupo de medios de comunicación en Montevideo y protagonizó un intercambio con un periodista, pero fue un intercambio sin contenido, solo por el ejercicio de discutir.
Desde su asunción el presidente ha tenido varias apariciones en las que ha estado a disposición de la prensa en ruedas de prensa improvisadas en el contexto de algún evento, una inauguración, o celebración, cosas así, donde si bien es cierto que el tema es libre, en general la dinámica de esas instancias no permite profundizar en los temas, es un ping pong de preguntas y respuestas breves.
Incluso en la misma asunción varios de los comentarios al respecto referían a la escasez de contenidos, de anuncios o compromisos de por dónde iría la gestión.
En este período que lleva desde que tomó las riendas el gobierno ha afrontado algunos asuntos sobre los que ha tenido que salir a dar respuesta, controversias como la que terminó en el alejamiento del cargo de la ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Cecilia Cairo, que se originó en una información que se hizo llegar a un programa radial, conducido casualmente por el mismo comunicador con el que Orsi mantuvo aquella discusión en la puerta de la radio. Más recientemente cobró notoriedad la situación del presidente del directorio del Instituto Nacional de Colonización, Eduardo Viera, que ostenta la condición de colono, claramente incompatible con el cargo que ejerce, lo que se conoció en el marco de un debate político a raíz de la adquisición de una estancia en el departamento de Florida, que fue anunciada en forma totalmente extra protocololar, frente a la sede partidaria del sector del presidente, por su prosecretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, en medio de las ceremonias de despedida del exmandatario José Mujica, lo que valió críticas adicionales.
Más recientemente una delegación del Plenario Intersindical de Trabajadores de Paysandú salió a anunciar, tras reunirse con la ministra de Industria, Energía y Minería, Fernanda Cardona, que había “vuelto a foja cero” el ambicioso proyecto, el más grande en las historia del país, a estar por los anuncios que se conocen al respecto, el que la empresa HIF tiene acordado con el Estado uruguayo desde el período pasado, en una serie de documentos sobre los que pesa un estricto secreto. Cuando EL TELEGRAFO pretendió —con insistencia— corroborar la veracidad de las expresiones de esa delegación no hubo una respuesta desde la Cartera y quedó la del movimiento sindical como única versión sobre lo que se habló en esa reunión.
Lo preocupante del caso es que poco después la ministra Cardona dijo al ex viceministro de Industria, Walter Verri, que la situación no era para nada la que se había planteado por parte de los dirigentes sindicales que se habían reunido con ella. Pero siguió sin brindar declaraciones a este medio, que una vez más, debió valerse de lo que alguien dijo que había dicho la ministra, y sigue no habiendo una versión oficial sobre este asunto. Y vaya si se trata de un asunto serio, que ha motivado numerosas reuniones y gestiones entre diferentes autoridades en la vecina orilla procurando un cambio en aspectos claves del proyecto, como la propia ubicación proyectada de la planta, un planteo que fue motivo de una reunión entre el gobernador de Entre Ríos y el presidente Orsi, y en momentos en que una fiscal federal del vecino país ha abierto un expediente a raíz del mismo asunto, en un movimiento que ha traído recuerdos de otros tiempos.
Más que un problema de comunicación da la impresión de que el gobierno tiene un problema de actitud, y que no se limita únicamente a los medios de comunicación, porque este mismo proceder describe lo ocurrido con las designaciones inconsultas con sus respectivos partidos políticos de Carolina Ache y de Beatriz Argimón en cargos diplomáticos, lo que ha provocado cuestionamientos y rechazos a los que se ha hecho oídos sordos.
El gobierno parece actuar en este caso como si no tuviese que asumir las consecuencias de sus decisiones, simplemente decidiendo y ejecutando como si no pasara nada, dejando que las cosas decanten.
Pero no es así que funciona: una cosa es llegar a las elecciones pretendiendo volar bajo el radar, y hasta ganarlas, sin hacer mucha turbulencia. Pero gobernar es diferente, es otra cosa. → Leer más