El miércoles 26 de noviembre, en Sarandí Grande (Florida), tuvo lugar la 12ª edición de los Premios Manuel Oribe, en una ceremonia que reconoció a dieciocho referentes de la cultura, el arte, el patrimonio y la identidad nacional. El acto reunió a autoridades nacionales y departamentales, entre ellas el intendente de Florida, Carlos Enciso; el alcalde de Sarandí Grande, Maximiliano Ripoll; el presidente del Partido Nacional, Álvaro Delgado; integrantes del Directorio del Partido y legisladores. La conducción estuvo a cargo de Sergio Puglia, presidente de la Comisión de Cultura, acompañado por Adela Dubra.
Creado en 2011, este premio destaca cada año a personalidades y colectivos que contribuyen de manera significativa al acervo cultural del país, con independencia de banderas partidarias. Entre los galardonados, dos nombres resultan especialmente significativos para Paysandú: Schubert Flores Vasella, distinguido en la categoría Aporte al Patrimonio, y María Julia Burgueño, premiada en Investigación Histórica.
Cultura y descentralización
Periodista, antropólogo, folclorólogo, escritor e investigador, Flores recibió el reconocimiento por su vasta labor de rescate y difusión de la cultura popular rioplatense. Radicado desde hace años en Buenos Aires pero con profundas raíces en el Interior –nació en Guichón y creció en Tacuarembó–, ha recorrido de forma incesante todo el país con su proyecto “Cultura Pago a Pago”.
Tras recibir el premio, expresó su interpretación de la relevancia de esta edición: “Primero, me pareció muy interesante que los Premios Oribe se entregaran en Sarandí Grande, es decir, en una localidad, en una ciudad del interior del país. Una de las razones culturales, patrimoniales, que conllevan estos premios, tiene que ver con la cultura nacional, es decir, una cultura equilibrada, descentralizada. Y sin embargo, once premios anteriores fueron entregados en Montevideo, la capital centralizadora, el puerto, el unitarismo, que todo lo absorbe y gestiona e irradia, generalmente de espaldas a las culturas interiores. A esa cultura diversa que existe en todas las localidades, en todos los pagos, que es riquísima justamente por su variabilidad y, sin embargo, no es tenida prácticamente en cuenta por la cultura predominante. Así que ese es el primer tema: que se haya hecho en Sarandí Grande por primera vez me parece muy importante”.
En segundo lugar, subrayó el simbolismo histórico de la elección del lugar: “Concuerda con la celebración del bicentenario de los hechos históricos de 1825. Allí, el 12 de octubre de 1825, se libró la Batalla de Sarandí, que fue clave para la independencia oriental. Así que es un doble simbolismo que estos premios se hayan entregado en el Teatro Sarandí, de Sarandí Grande”.