(EFE)
El actor alemán Udo Kier, figura emblemática del cine independiente y eterno secundario de culto en Hollywood, falleció este domingo en California a los 81 años, según confirmó su pareja, el artista Delbert McBride, a la revista Variety. No se ha informado la causa de su muerte.
Nacido en 1944 como Udo Kierspe en la ciudad alemana de Colonia –y rescatado al nacer de los escombros de un hospital bombardeado–, su vida comenzó en medio del caos de la Segunda Guerra Mundial y terminó como una leyenda del cine transgresor, ambiguo y provocador.
Con una trayectoria que abarcó más de medio siglo y cientos de películas, Kier alcanzó notoriedad en los años 70 gracias a sus interpretaciones góticas y viscerales de Frankenstein y Drácula, producidas por Andy Warhol.
Para encarnar a este último, reveló haber vivido una semana solo a base de ensaladas y agua para lograr una extrema delgadez. El esfuerzo lo dejó tan debilitado que debió usar silla de ruedas durante el rodaje.
Su rostro pálido, su acento inconfundible y sus penetrantes ojos azules lo convirtieron en un ícono del cine de culto. Pero también supo insertarse en el cine comercial, con papeles memorables –aunque breves– en éxitos como Blade, Armageddon y Ace Ventura: Pet Detective. Siempre con un aire de misterio, siempre al borde de la caricatura, encarnó villanos elegantes, desquiciados o directamente sobrenaturales, dejando una huella indeleble en cada aparición.
Kier fue un colaborador habitual de Lars von Trier, participando en títulos como Manderlay, Nymphomaniac, Melancholia y Dogville. También trabajó con Rainer Werner Fassbinder, Gus Van Sant, Wim Wenders y Guy Maddin, entre muchos otros. Su filmografía abarca desde el terror experimental hasta el drama político, pasando por el erotismo artístico y la sátira social.
Tras instalarse en Londres a los 18 años para aprender inglés, su carrera lo llevó a vivir entre Europa y Estados Unidos, hasta establecerse en Palm Springs, donde se convirtió en un personaje querido del ambiente cultural local. Dueño de una personalidad excéntrica y una actitud irreverente, alguna vez declaró: “Me gustaba la atención. Por eso me hice actor”.