Durante la Defensa de Paysandú, la guarnición defensora estaba integrada por unos mil hombres. Las fuerzas de ataque por unos 12.000 combatientes. En la plaza sanducera “había olor a muerte; había heridos, gritos, hambre, sed. Había todo el caldo de cultivo para no generar ni siquiera un ápice de esperanza para lo que se venía. Igualmente, Leandro Gómez dio a sus hombres la proclama para dejar bien en claro por lo que estaban peleando. Un hombre que ante la adversidad militar, ante la superioridad enorme, encontró la fuerza necesaria. Eso nos tiene que interpelar en cuanto a cómo se dimensiona el coraje de un hombre y su gente”, dijo el intendente Nicolás Olivera en el acto en el Monumento a Perpetuidad, realizado en la mañana de ayer.
De la conmemoración del centésimo quincuagésimo noveno aniversario de aquella sangrienta jornada en la cual Paysandú se hizo eterna, el 2 de enero de 1865, cuando Leandro Gómez y tres de sus oficiales fueron fusilados, participaron además de Olivera el presidente del Honorable Directorio, Pablo Iturralde, el presidente de la Comisión Departamental, Gerardo Muria, el ministro de Defensa Nacional Javier García, los precandidatos a la Presidencia Álvaro Delgado, Laura Raffo, Carlos Iafigliola y Roxana Corbran, los senadores Sergio Botana, Luis Alberto Heber y Gloria Rodríguez, la diputada Nancy Núñez, el presidente de la Junta Departamental Alejandro Colacce y el dirigente Jorge Larrañaga Vidal, entre otras autoridades nacionalistas.
El sacerdote Ruben Avellaneda inició el acto con un responso y posteriormente hicieron uso de la palabra el presidente de la Comisión Departamental de Jóvenes, Matías Pereira, también representando a los jóvenes nacionalistas Tomás Casaretto, el presidente de la Departamental, Gerardo Muria, el presidente del Honorable Directorio, Pablo Iturralde, y el intendente Olivera.
Al finalizar el acto, la diputada Nancy Núñez y Pía Bosco, representante de la Departamental de jóvenes, colocaron una ofrenda floral en memoria de los caídos en la Defensa.
“DEFENDER LA CAUSA DE LA LIBERTAD”
“¿Cómo se dimensiona el coraje de quien tiene la responsabilidad de conducir a otros?”, se preguntó Olivera. Y respondió: “No se mide en función del desafío que tenemos enfrente, el coraje se mide en función de la causa que tenemos que defender. De ahí tomaron fuerza los pocos hombres que estaban de este lado de la trinchera contra los muchos que estaban del otro lado. Por eso la vida fue un bajo precio para defender lo que tenían que defender”.
Luego, hablando “a mis compañeros” aseguró que “ese coraje superlativo todavía nos convoca por defender esa causa que no es otra que la causa de la libertad, quizás sí los artilugios de las armas de artillería. Pero sentimos como nuestra causa, la de la nación, la libertad de los otros, el bienestar del prójimo. Los que estamos convocados a hacer política con P mayúscula debemos elegir entre lo conveniente y lo correcto, pese a que muchas veces no sea lo conveniente”.
“El coraje se vuelve a dimensionar en función de las causas que amamos, de las causas que abrazamos. Por eso nunca va a ser suficiente el esfuerzo que hagamos, el sacrificio nunca va a ser suficiente. La política con P mayúscula se traduce en una sola cosa que quienes estamos llamados a la actividad política tenemos que hacer; una sola cosa, no es mucho. La política no se dedica a hacer calles, no se dedica a hacer casas y no se dedica a poner luces. No se dedica a nada de eso. La política con P mayúscula se dedica a transformar la vida de la gente, a hacer que la gente viva mejor. Esto se defiende peleando para que aquellos que están en el asentamiento salgan del asentamiento, porque si no, no van a ser nunca libres; para que aquellos que son pobres dejen de ser pobres, para aquellos que no tienen trabajo vuelvan a tener trabajo”, subrayó el intendente.
“VIVE EN NUESTROS CORAZONES”
“Es una costumbre llegar aquí a recordar nuestro pasado, en busca de la fuerza necesaria para comenzar un año. Desde 1865 en adelante nunca nuestro partido, y nunca los descendientes de aquellos luchadores, dejaron de congregarse aquí en este lugar para hablar de los valores, de lo que significaba todo aquello, la Defensa, la masacre de Paysandú”, expresó el presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional, Pablo Iturralde.
“Vale y mucho recordar que Leandro Gómez, en aquellos tiempos de la leyenda negra de Artigas, marchó a Córdoba y trajo la espada de Artigas, símbolo del artiguismo, profundamente enraizado a nuestra colectividad. Quizás no sea el tiempo de hablar de los valores partidarios. Hoy debemos recordar a nuestros defensores, a los que defendieron la soberanía. Pero sí es tiempo de soñar –como se soñaba en aquellos tiempos– en el desarrollo de Paysandú, una gran ciudad entre las grandes metrópolis que iban creciendo”, agregó.
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