Fue un viernes negro para Paysandú. A la tarde, el último funcionario cerró la puerta de la planta industrial de PILI en la zona sur de la ciudad, y con ella se fue otra emblemática empresa sanducera, que deja por el camino a 128 trabajadores sin empleo, productores remitiendo a otra planta y mucha gente ligada directa e indirectamente a su funcionamiento. Ningún inversor se presentó al llamado a licitación por la planta de elaboración de quesos y la planta de suero en polvo, por lo que pasará a remate, al igual que los campos ubicados en Paysandú y Florida, el ganado, la maquinaria y las herramientas. Los remates no podrán realizarse antes del inicio de la Feria judicial, por lo que habrá que aguardar hasta febrero para que se designen las fechas.
Mientras tanto, desde el jueves los productores lecheros envían su producción a Lactalis, pero lo hacen mediante PILI, administrada por la sindicatura. Esto permite que quien compre la planta en remate, tenga leche para procesar, siendo éste el deseo de los productores, que siguen expectantes de que la industria local vuelva a funcionar, aunque con otro dueño.
