Sin ayuda, pero con “solidaridad antiimperialista”

“A partir de la observación y verificación que realizamos en los diferentes puntos debemos señalar que la dictadura usurpadora hizo lo cobarde, hizo lo indecente, reprimió al pueblo venezolano y bloqueó parcialmente, hasta ahora, el ingreso de ayuda humanitaria”, manifestó en una declaración de las últimas horas el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a partir de que las autoridades venezolanas bloquearan el paso en el Puente Internacional Francisco de Paula Santander de los primeros camiones con ayuda provenientes de Colombia y lanzaron gases lacrimógenos contra los manifestantes que los acompañaban.
Este es un episodio más que lamentablemente se inscribe en el trágico “culebrón” que vive el país caribeño, en un escenario que se viene arrastrando desde hace años pero que ha llegado a extremos inimaginables bajo la conducción de Nicolás Maduro, sucesor del coronel Hugo Chávez, fundador del régimen populista “socialismo bolivariano” que intentó hacer funcionar al amparo de los petrodólares.
Ante el desastre socioeconómico que vive Venezuela, se ha intentado canalizar ayuda humanitaria desde el exterior, pero el régimen de Maduro se ha opuesto aduciendo que se trata de un “intervencionismo militar” de neto cuño imperialista –faltaba más– y en este tire y afloje en el puente Simón Bolívar, que conecta a Cúcuta con la localidad venezolana de San Antonio, un grupo de miembros de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de ese país cortó el paso a los manifestantes que les pedían que permitieran el ingreso de la ayuda.
Ante estos hechos, Almagro afirmó que Maduro “privó al pueblo de bienes que le son absolutamente necesarios para resolver graves problemas de salud y alimentación” y lo acusó de “seguir asesinando” a enfermos y niños.
“Se utilizaron opresivos paramilitares, se disparó a personas desarmadas, se usó violencia para detener medicamentos y comida, eso es el régimen del usurpador, la solución violenta, la solución de las armas, la solución de la agresión armada, esa es la solución Maduro contra la propuesta de paz”, sentenció el secretario de la OEA.
Almagro afirmó que la “violencia definitivamente no debe ser nunca la respuesta” y dijo que se adoptaron medidas para proteger la “vida y la seguridad” de las personas, a la vez que agradeció a Colombia por su apoyo para el acopio de la ayuda humanitaria.
Mientras tanto el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, quien se proclamó presidente encargado de Venezuela hace un mes, dijo que ante los acontecimientos ocurridos este sábado en su país planteará formalmente a la comunidad internacional “tener abiertas todas las opciones” para liberar a su patria.
“Los acontecimientos de hoy me obligan a tomar una decisión: plantear a la Comunidad Internacional de manera formal que debemos tener abiertas todas las opciones para lograr la liberación de esta patria que lucha y seguirá luchando. ¡La esperanza nació para no morir, Venezuela!”, dijo en un mensaje en Twitter.
Guaidó divulgó su mensaje tras los disturbios ocurridos en las fronteras de Venezuela por donde se esperaba que ingresara la ayuda humanitaria que se acopia en Brasil y Colombia y que fue bloqueada por funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro.
El líder opositor, que se encuentra en la ciudad colombiana de Cúcuta desde el viernes, recordó que este lunes acudirá a la reunión del Grupo de Lima –integrado en principio por 14 países americanos– que se celebrará en Bogotá.
Mientras tanto, persisten en la defensa de Maduro grupos cada vez más reducidos de la izquierda internacional, porque buena parte de quienes lo respaldaban –aunque no lo reconozcan explícitamente– se van rindiendo ante la contundencia de los hechos que demuestran claramente que Venezuela padece una dictadura, asociada al narcotráfico y apoyada en la fuerza militar, con la intención de perpetuarse en el poder y en su defecto asegurarse una retirada con las espaldas cubiertas, para disfrutar del dinero mal habido.
Entre los acérrimos defensores figuran el Partido Comunista del Uruguay (PCU) y sus colegas de la región, lo que no puede extrañar en quienes en su momento saludaron la dictadura comunista represora de Nicolae Ceausescu en Rumania y siguieron mintiendo sobre la realidad en los países marxistas que fueron cayendo uno a uno por su inviabilidad y la represión contra sus pueblos.
Tenemos así que el secretario general del Partido Comunista del Uruguay, Juan Castillo, llamó a desplegar toda la “solidaridad antiimperialista” y respalda la gestión del gobierno uruguayo buscando “incesantemente construir ámbitos de diálogo”. A través de un comunicado, Castillo expresó que “nunca como hoy la paz se ha visto tan amenazada” en América Latina.
Por otra parte, los partidos comunistas de América Latina (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay) también emitieron un comunicado conjunto “rechazando enérgicamente cualquier intento de intervención militar en la República Bolivariana de Venezuela. Repudiamos además el bloqueo y la confiscación de recursos que EE.UU. ha impuesto a Venezuela con la complicidad de los gobiernos que adhieren a las políticas neocoloniales del imperialismo”.
“Con la excusa de ingresar a Venezuela una supuesta ayuda humanitaria, el gobierno de los EE.UU. y sus seguidores en la región, amenazan con un ataque militar que solo generaría muerte y destrucción para el pueblo venezolano con graves consecuencias para la paz en toda América Latina y el Caribe”, agrega.
La sola mención de quiénes son los defensores a ultranza de la dictadura caribeña alcanza para situarnos en donde está la verdad, por más apelaciones al imperialismo, al Plan de Atlanta, a la oligarquía de derecha, a los opresores de los pueblos y tantos eslóganes para engañar incautos que acostumbran lanzar grupos de izquierda radical para tratar de justificar sus volteretas.
Pero el tema se plantea claro: para ellos hay dictaduras malas, que son las de todos aquellos que no son afines a la izquierda, y las dictaduras buenas, de compañeros como Maduro, que “tiene sus dificultades” pero siempre en aras de lograr la suprema felicidad popular, aunque al mismo tiempo se estén llenando los bolsillos con el dinero de los manejos turbios. Muchos de estos negocios se hicieron precisamente con alguna contraparte de nuestro país, vinculados al Frente Amplio, de acuerdo a las denuncias, pero el partido de gobierno cerró filas para evitar toda investigación parlamentaria al respecto, cuando en tiempos en que era oposición se promovía y se abrazaba cuanta investigación podían.
La postura del gobierno uruguayo en este tema ha dejado mucho que desear, por decir lo menos, y deja resquicios para que se alimenten las sospechas de relaciones vergonzantes, con dinero de por medio y complicidades justificadas con la ideología, mientras se sigue dando largas y al margen de la postura de la gran mayoría de los países del continente.
Es que la experiencia indica que Maduro solo intenta ganar tiempo, porque ha mentido una y otra vez en toda negociación, y borrado con el codo lo que ha escrito con la mano en sus “diálogos” para perpetuarse en el poder.