Maximiliano Gómez, el futbolista sanducero que juega en España y está entrenando ahora en la preselección uruguaya pensando en la Copa América, tuvo jornada libre, vino a Paysandú para visitar a su gente y en la tarde del domingo fue al Parque Agustín Rivabén a observar el partido entre Amanecer y Laureles de Fray Bentos.
¿Descansando pero siempre con el fútbol entre ceja y ceja? Y la respuesta: “La verdad es que tuve un día libre y me vine a la ciudad que uno extraña y siempre quiere estar”.
Consultado sobre cómo ha vivido este año en el fútbol europeo, reconoció que “la verdad que muy bien, aunque es cierto que no fue un año bueno para el Celta de Vigo, estuvimos bajos, pero gracias a Dios nos pudimos mantener en Primera y pude hacer bastantes goles”.
El goleador remarcó que existen “posibilidades de concretar el pase a otro equipo, pero hay que estar con la cabeza en el Celta y y si sale algo hay que meterle lo mejor para superarse”.
Pero ahora quiere meterse de lleno en la selección. Y sabe que no puede dar ventaja alguna, por lo que en cada entrenamiento hay que brindarse al máximo. “Tenemos que esperar la lista del maestro Tabárez, que va a confirmar un plantel de 25 jugadores.
Hay que eliminar a dos de los convocados, así que vamos a ver qué pasa”. “Chapatín”