La Justicia condenó a un delincuente de 30 años al ser detenido por efectivos de Investigaciones cuando se encontraba en calle vendiendo “papeles de merca”, una preparación de menor valor y calidad que la conocida como lágrima. El hombre, poseedor de antecedes penales, comenzaba su jornada “laboral” trillando las calles del barrio Tatuses Sur, donde le compraban los “papeles” de clorhidrato de cocaína mezclada con otros elementos a un precio inferior a los 70 pesos.
De acuerdo a datos obtenidos por EL TELEGRAFO, a las 10.30 de la víspera personal de la Unidad de Investigaciones se encontraba patrullando la zona de calle Entre Ríos al sur, cuando avistaron a un hombre en actitud sospechosa. Éste llevaba una riñonera símil cuero colgada al hombro. Le dieron la voz de alto y al pasarle registro a sus pertenencias, encontraron que en el bolsillo delantero de la riñonera había 32 envoltorios de nylon, similares a los que se utilizan en la venta de droga. Al abrir una de las bolsitas, notaron que contenía una sustancia blanca que posteriormente dio positivo al reactivo de cocaína.
Al haber sido detenido en plena flagrancia, es decir con “las manos en la masa”, la Ley de procedimiento policial número 13.315 habilita a los efectivos a conducirlo de inmediato sin necesidad de una orden expedida por Fiscalía. En tanto, mientras David Alejandro Celaya Almirón era indagado, se pesó la sustancia que arrojó un total de 16 gramos.
Una vez ante la fiscal de Segundo Turno, Estela Long, éste habría manifestado que efectivamente se dedicaba a la venta “al pichuleo” de “papeles de merca”. Por su parte, en la sede penal, se resolvió condenar a David Alejandro Celaya Almirón por un delito de tenencia de estupefacientes prohibidos, no para su consumo, imponiéndole como pena dos años y cuatro meses de prisión efectiva.
